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lunes, 27 de diciembre de 2010

Ex general argentino no ha saldado aún deuda con la justicia: En marzo comienza indagatoria por asesinato del obispo Angelelli

Los ex generales Videla y Menéndez enfrentarán
 nuevamente a la Justicia, esta vez por el
 asesinato del Obispo riojano Enrique Angelelli,
ocurrido el 4 de de agosto de 1976 (Fotro dpa).
Ex general argentino Jorge Rafael Videla no ha saldado aún todas sus deudas con la justicia transandina, porque recién en marzo próximo se efectuará la indagatoria en su contra por el asesinato del obispo riojano Enrique Angelelli, del cual el militar aparece como imputado junto con el también ex general  Luciano Benjamín Menéndez.

La indagatoria estaba prevista para hoy pero, tras ser declarado culpable en la provincia de Córdoba del homicidio de 31 presos políticos y condenado a cadena perpetua, fue enviado a una cárcel de Buenos Aires, lo que demorará su presencia en los estrados riojanos.

Videla, junto con Luciano Benjamín Menéndez, están imputados en la investigación por el homicidio del obispo Angelelli, ocurrida el 4 de agosto de 1976 a la altura de la localidad de Punta de los Llanos de la mencionada provincia del norte argentino. Menéndez también fue condenado a cárcel perpetua por el mismo delito de Videla el miércoles pasado 22 de diciembre por un tribunal federal de Córdoba.

El caso de Monseñor Angelelli

En 1974, Argentina vivía un recrudecimiento de la crisis social y política, con asesinatos, atentados y ataques a los dirigentes y organizaciones populares. En setiembre Angelelli viaja a Roma en visita "ad limina". Estando en Europa le sugirieron que no regresara porque su nombre figuraba en la lista de amenazados por la "Tres A" (grupo para-policial de la Alianza Anticomunista Argentina). Angelelli retornó a su Diócesis y planteó los ejes de trabajo para 1975: "caminar con y desde el pueblo, seguir actuando con el Concilio y continuar la promoción integral de los riojanos".

En febrero de 1976 fueron detenidos en Mendoza el Vicario General de la Diócesis riojana, Mons. Esteban Inestal junto a dos dirigentes del Movimiento Rural, Rafael Sifre y Carlos Di Marco. Luego del golpe de estado del 24 de marzo se intensificó el control y seguimiento a los miembros de la iglesia, en el marco de la represión desatada por la dictadura militar. Mons. Angelelli levantó su voz para denunciar las violaciones a los derechos humanos e hizo conocer al Episcopado la persecución de que era objeto la iglesia en La Rioja.

Hizo gestiones ante las autoridades militares, incluso ante el Comandante del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez. "El que se tiene que cuidar es usted", lo amenazó el militar. Ante la inseguridad, Angelelli aconsejó a sacerdotes, religiosos y laicos abandonar la Diócesis para protegerlos, pero no aceptó la invitación de Obispos latinoamericanos para un encuentro en Quito, Ecuador. "Tengo miedo, pero no se puede esconder el Evangelio debajo de la cama", confesó a sus familiares que vislumbraban el trágico final.

La represión se agudizó. Fueron detenidos el P. Eduardo Ruíz, de Olta y el P. Gervasio Mecca, de Aimogasta. El 18 de julio fueron secuestrados, torturados y asesinados los padres Gabriel Longueville y Carlos Murias, de Chamical. El 26 de julio ametrallaron en la puerta de su casa al laico campesino Wenceslao Pedernera, en Sañogasta. Y cuando el 4 de agosto, Mons. Angelelli, junto al P. Arturo Pinto, retornaba a la capital riojana, luego del novenario a los sacerdotes asesinados en Chamical, a la altura de Punta de los Llanos, su camioneta fue embestida por un auto "Peugeot 504", que le provocó el vuelco.

El cuerpo del Obispo fue sacado y su nuca golpeada contra el asfalto, quedando su corpulenta figura extendida con los brazos abiertos sobre la ruta. Aunque se intentó ocultar el crimen, como un "accidente automovilístico" y la investigación judicial iniciada fue enseguida archivada, en 1983, con el retorno de la democracia, la causa se reabrió. En 1986 el juez Aldo F. Morales dictaminó que la muerte de Mons. Angelelli fue un "homicidio friamente premeditado", debiéndose identificar los autores. En 1989, los altos jerarcas de las Fuerzas Armadas implicados en el crimen fueron beneficiados por la Leyes de Obediencia Debida y Punto Final del presidente Carlos Menem, que consagraron la impunidad en las violaciones a los derechos humanos.

El pueblo creyente, que desde el mismo 4 de agosto tuvo el convencimiento de que se había tratado de un asesinato, todavía espera que el episcopado argentino reivindique el martirio de Mons. Angelelli, rompiendo el silencio de 28 años. Ahora, la Justicia argentina tiene el caso en sus manos. ¿Significaría este horrible crimen una tercera condena a perpetua para el ex general Videla?

Historia tenebrosa
 
 La historia de Jorge Rafael Videla es larga y tenebrosa, igual que otros dictadores latinoamericanos, como el mismo Augusto Pinochet Ugarte. Con 85 años, Videla sumó hoy su su segunda condena a reclusión perpetua, después de ser juzgado y condenado en el proceso contra las Juntas Militares, en 1985, y posteriormente beneficiado con el indulto que decretó el ex presidente Carlos Menem.

Videla gobernó Argentina entre 1976 y 1981 y su período estuvo marcado por la desaparición y el asesinato de miles de personas, secuestros y torturas, igual que en el caso de Chile.

La diferencia entre ambos está en que Pinochet nunca fue juzgado y murió en el Hospital Militar con toda clase de atenciones, tanto médicas como de hotelería, y luego recibió en su funeral honores militares en la Escuela Militar. Videla en cambio fue condenado dos veces a cadena perpetua, fue declarado culpable de crímenes de lesa humanidad por dos tribunales, y ahora cumplirá su pena en una cárcel pública y no en una cárcel especial como en Chile, donde los represores que han sido condenados están en Punta Peuco o en otros lugares, donde viven con todo tipo de comodidades.

1 comentario:

  1. Estando lejos de la Argentina me dio una gran satisfacciòn leer que se empieza a hacer justicia poco a poco se condenan a los que hicieron tanto mal y se desmuestra que no nos olvidamos de lo que pasò. Me encuentro ahora en Hoteles cinco estrellas en playa del carmen disfrutando unas vacaciones para luego volver a mi trabajo en DF

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