Por Walter Krohne
Escuche bien Señor usuario de los bancos: Las utilidades netas de las entidades bancarias en Chile alcanzaron este año, al mes de noviembre, $ 1.561.039 millones (unos US$ 3.332,9 millones), informó hoy la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif).
¿Cuánto de este dinero lo ha pagado Ud. por cobros excesivos, "errores" por presiones o por moras? Revise las comisiones, intereses, cobros extraños o no habituales, revise todo su año financiero y podrá saber cuánto podría haber ahorrado si estuviese desvinculado del sistema bancario chileno.
El sistema económico, en el que los bancos juegan un papel clave, debe cambiar necesariamente en el mundo y especialmente en Chile. En este país la gente está endeudada y es obligada a pagarle a los bancos por servicios que en la práctica no necesitan, pero que deben adquirir por presión de los mismos ejecutivos bancarios, que, a su vez, tienen metas de producción que cumplir porque de lo contrario podrían arriesgarse a perder el empleo. En otras palabras, todo esto es un círculo vicioso. En el fondo, el banco coloca casi como condición la adquisición de otros productos para dignarse, por ejemplo, a aprobar una hipoteca.
Son los créditos atados los peores enemigos de los clientes más modestos, de los trabajadores, porque es el momento cuando los bancos sacan sus garras y obligan a los más necesitados a endeudarse en extremo. El gobierno y todos los gobiernos en Chile, desde 1990 hasta ahora, han hecho muy poco o nada para controlar a estas entidades y evitar los abusos que a veces llegan a ser millonarios.
La ganancia neta de los bancos hasta noviembre significó un alza de 37,48% respecto de igual lapso de 2009. En términos de caso por caso, el resultado fue así: Banco Santander Chile se mantuvo en el primer lugar, con ganancias por $ 468.034 millones, seguido del De Chile ($ 364.581 millones); De Crédito e Inversiones ($ 214.807 millones); Corpbanca ($ 112.056 millones); Estado ($ 84.242 millones); BBVA ($ 69.507 millones); Scotiabank ($ 70.379 millones); Itaú Chile ($ 45.969 millones); Bice ($ 37.904 millones); JP Morgan ($ 22.456 millones); Deutsche Bank ($ 17.764 millones) y Falabella ($ 17.634 millones).
En contraste, 6 instituciones registraron pérdidas: DnB NOR ASA (- $5.674 millones), Rabobank Chile (- $2.732 millones), RBS Chile (- $7.532 millones), HSBC Bank Chile (-$1.611 millones), De la Nación Argentina (- $228 millones) y Do Brasil (- $129 millones). Para ser un año de crisis, son estas pérdidas muy escasas y se basan en causas muy especiales.
Esto significa un alza de 37,48% respecto de igual lapso de 2009 y una baja de 6,71% en noviembre respecto de octubre de 2010.
Así están las cosas. El poder de los bancos en Chile supera todos los límites de la imaginación humana. Si un cliente se atrasa o deja de pagar por problemas, por ejemplo, de tener operaciones médicas graves dentro de la familia, los datos del cliente pasan inmediatamente a DICOM dejándolo en peores condiciones financieras y de "hoja de vida financiera" de lo que estaba.
El banco tiene muchas herramientas de protección que disminuyen sus riesgos, porque si se trata de hipotecas, la deuda está casi siempre protegida por el valor de la propiedad que en Chile están casi siempre en alza. Sin embargo al cliente le cobran adicionalmente una serie de seguros como resguardo institucional, lo que disminuye a largo plazo las posibilidades de los solicitantes de créditos hipotecarios, que, además, por el costo que tienen los intereses y las comisiones, terminan pagando no sólo la vivienda adquirida sino también el valor de al menos otras dos o tres propiedades.
"Es que es la única forma de comprar en Chile", dicen los clientes de los bancos. El Estado confirma que así es y el Gobierno de turno no hace nada para enmendar esta situación, porque parece que en Chile es mucho mejor "por una cuestión de país", como dicen algunos políticos, mantener a los banqueros y empresarios muy contentos y con escasas obligaciones tributarias. A nadie le interesa la tragedia que está sufriendo la gente más modesta.
Pero lo peor de todo es que el Gobierno no tiene fuerza para enfrentar a los bancos. El 22 de septiembre se dijo que un interesado en adquirir una propiedad podía ir a cualquier banco de Chile, pedir un préstamo hipotecario y ningún ejecutivo podía obligarlo a abrir una cuenta corriente o contratar una tarjeta de crédito para obtener el “si definitivo” del servicio solicitado. Sin embargo, esto no pudo llegar a ser efectivo, porque por presiones de los bancos la norma fue cambiada entre gallos y medianoche quedando igual o peor de lo que estaba en septiembre. Responsable de todo esto es el Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).
Este cambio de opinión causó la indignación en sectores de la oposición, preferentemente, pero también entre algunos parlamentarios oficialistas. Es que no se entiende cómo se puede aprobar una medida beneficiosa para muchos chilenos y luego, por presiones de los bancos, todo vuelve a cambiarse para quedar como estaba antes, es decir como una norma completamente abusiva.
Así es muy fácil comprender el por qué los bancos tienen estas ganancias millonarias que hoy le hemos dado a conocer.
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