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martes, 21 de diciembre de 2010

4,2% versus obesidad mórbida

Por Eugenio Alvial Díaz

Aconsejar a las personas que tengan y mantengan una alimentación sana es bastante fácil, lo difícil es practicarlo, especialmente cuando se obtiene un sueldo, salario o jornal que, ni siquiera, cubre las necesidades esenciales de un grupo familiar.

Afortunadamente, para aquellos que deciden en Chile, en cuánto se debe remunerar a un trabajador, se estableció desde hace algunos años, a nivel mundial, rimbombantes cadenas de restaurantes de comida rápida, en cuyos menús, o los llamados “combos”, reinan las masas, frituras y dulces; es decir, pocas proteínas y fibra, todo a un precio al alcance de casi todos los bolsillos, saciador y al gusto del paladar de una gran mayoría.

¡Como los expertos en marketing han sabido explotar el “appetite appeal” de estos verdaderos venenos a largo plazo, con magníficos carteles a todo color”!

Sin embargo, es una solución para la inmensa masa con escuálidos presupuestos: una hamburguesa, un trozo de pizza o un cono de helado.

Esto es algo parecido a lo que ocurre con la ropa usada. Por poco dinero una persona se viste de pies a cabeza.

Estas son unas maravillosas soluciones para mantener tranquilos a los “ilotas”, y de paso, mantenerlos alejados de ideas revolucionarias revoltosas, saturando sus mentes con programas de televisión de vergonzosa calidad.

Pero, aquí vamos. Un empleado que ganaba mensualmente $380.000.-líquido, ahora, con el aumento del 4,2%, ganará $395.960, vale decir, el aumento fue de $15.960.-, lo suficiente para pagar 28 viajes combinados bus-metro, por lo tanto, en medio mes se acabó el reajuste.

En un momento de su vida, este empleado decidió casarse y tener dos hijos...

Pero, por favor, para qué seguir.

Hemos visto en varios medios, una campaña sustentada por supermercados donde recomiendan a la gente que consuma cinco frutas diarias, además de ensaladas y otros sanos consejos que solamente podrán seguir aquellos hogares donde sus ingresos les permita ese tipo de alimentación; el resto tiene que llenar el estómago con lo que puede, eternamente sentados delante del televisor absorbiendo mentalmente basura. Y no da para más, luego hemos encontrado la punta de la hebra que nos lleva al origen de obesidad mórbida, al menos en Chile.

Todos hemos leído o escuchado, en muchas ocasiones, las recomendaciones que han hecho a los gobernantes chilenos, diversos organismos y foros internacionales como la FAO, la CEPAL, el BID, la UNCTAD, etc. respecto a la conveniencia de distribuir los ingresos de manera equitativa para obtener un mejor desarrollo y dejar de ser un país del Tercer Mundo. En vano, los políticos y aquellos que los manejan, es decir, los dueños de las riquezas no quieren ceder, porque la ambición y el egoísmo ya está inserto en los genes de estos individuos.

Lo curioso de esta situación es que parece que no se han dado cuenta que mientras más gana un trabajador, más consume, por lo tanto las industrias y las empresas deben producir más y el Fisco recauda más impuestos.

¿O no saben que los Estados Unidos viven en gran parte por su consumo interno?

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