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martes, 13 de agosto de 2013

13-8-2013-KRADIARIO-EDICIÓN N°866
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PIÑERA PERDIÓ OTRO ROUND
Por Hernán Ávalos Narváez (*)


El Gobierno de Sebastián Piñera perdió otro round en el combate contra la delincuencia que aseguró ganaría mediante una gestión eficiente antes de asumir el poder, con la promesa de mejorar la seguridad ciudadana, la sensación de temor y la calidad de vida de la población.

Así, en medio de la disputa de la derecha por levantar una candidatura presidencial única, el Ministerio del Interior publicó las estadísticas en su página web, sin mayor difusión en los medios de prensa tradicionales, donde aparece un aumento importante de los delitos contra la propiedad.
El segundo trimestre del año en curso (abril, mayo y junio) comparado con igual período de 2012 presenta un incremento del 27,6% en robos por sorpresa (lanzazos), aumento del 8,9% en robos con violencia o intimidación (asaltos) y 3,2% en robos con fuerza en las cosas.

El análisis estadístico efectuado por la Subsecretaría de Interior considera las tasas de denuncias presentadas por las víctimas y las detenciones de imputados por delitos flagrantes cada 100 mil habitantes, proporcionadas por Carabineros y la Policía de Investigaciones.
 “! Vamos a cerrar la puerta giratoria ¡” y “! Se terminó la fiesta de los delincuentes ¡” fueron algunas de las frases de Piñera cuando era candidato a La Moneda. Pero el tiempo se ha encargado de demostrar que era sólo una promesa, desprovista de contenido.

Porque lo de la puerta giratoria de los delincuentes que son aprehendidos y luego recuperan su libertad es una mentira. En el continente americano Chile tiene la tasa más alta de personas privadas de libertad, léase encarceladas, detrás de EE UU y Brasil que lideran el ranking.
Los Juzgados de Garantía fueron instituidos para asegurar el debido proceso tanto de imputados como de víctimas, aplicar la ley y dar efectividad al Derecho. Aquí concurre el Ministerio Público que tiene la prerrogativa legal de llevar adelante la acción penal con el auxilio de Carabineros, la Policía de Investigaciones y demás órganos del Estado, presentando las evidencias y demás elementos probatorios.  La Defensoría Penal alega en favor de los imputados.

Durante el Gobierno de Michelle Bachelet, por una campaña publicitaria de la Derecha, fue modificado por ley el Código Procesal Penal el cual había sido concebido en la reforma que terminó con el sistema penal inquisitivo. Y los jueces de garantía perdieron la facultad para resolver sobre las libertades. En la práctica esto significa que durante la audiencia de control de detención basta que el fiscal del Ministerio Público apele la resolución del juez, para que el imputado vaya a la cárcel hasta que la Corte de Apelaciones resuelva sobre su libertad.
Nuestro sistema procesal penal no puede ser más restrictivo del derecho a la libertad. Y esto considerando que en las sociedades que se precian de civilizadas, como la nuestra, los bienes jurídicos más protegidos por el andamiaje jurídico y que por tanto tienen mayor valor para los ciudadanos son, primero la vida y segundo la libertad.

¿Cómo entonces Piñera prometió terminar con la delincuencia si esta no depende del Gobierno?
Porque en verdad la delincuencia tiene su origen en múltiples factores los cuales pueden ser abordados mediante una política nacional de seguridad ciudadana para lograr una adecuada prevención y contención.  Pero su ejecución en la primera línea de la represión está mediatizada por los mandos de Carabineros y la Policía de Investigaciones, quienes más bien responden a su doctrina y a sus propios reglamentos más que a una política gubernamental.

Luego el Ejecutivo carece de injerencia directa en el sistema de persecución penal, ya que el Ministerio Público es autónomo en su gestión. Y los tribunales de justicia constituyen uno de los Poderes del Estado y por tanto  son independientes en el ejercicio de la magistratura.
Por lo demás hay  consenso que en la generación de criminalidad influye la distribución del ingreso. Y en esto nuestro país ocupa los últimos lugares del ranking mundial. Esta inequidad social genera marginalidad, pobreza y falta de oportunidades, entorno donde de seguro se reproducen y perpetúan  las conductas antisociales. Y es aquí donde el sistema económico neoliberal  como el que nos han impuesto carece de respuestas adecuadas.

 Terminar con la delincuencia debe ser una de las causas de la discreta aprobación a su gestión  que tiene Piñera, según las últimas encuestas de opinión pública (33% CERC en Julio y 37% ADIMARK en Agosto 2013).  En la misma medición del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea CERC, el 86% de los encuestados considera la inequidad como uno de los mayores problemas que afectan a nuestra sociedad.

( *) Periodista Universidad de Chile
 

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