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UNA DE LAS MÁS BRUTALES REPRESIONES POLICIALES DE LA HISTORIA DEJA YA 525 MUERTOS Y 3.572 HERIDOS EN EGIPTO
EL PAÍS ESTÁ AL BORDE DE UNA
GUERRA CIVIL
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La brutal operación policial iniciada el pasado miércoles
para desmantelar las acampadas de protesta de los seguidores del depuesto
presidente egipcio Mohamed Morsi en las plazas de Rabea al Adauiya y de Al
Nahda de El Cairo, provocó duros enfrentamientos entre ambos bandos, que dejaron
un saldo de 500 muertos y la imposición por parte de las autoridades del estado
de emergencia durante un mes para frenar el estallido de violencia en la peor
masacre en el país en décadas.
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Sin embargo, la violencia no cesa y los choques entre
partidarios y opositores de Morsi estallaron hoy durante las protestas de los
islamistas en la ciudad de Alejandría, en el norte de Egipto, informó la
televisión estatal. La situación ha llegado a extremos muy peligrosos quedando
el país al borde de una guerra civil. Estos enfrentamientos comenzaron en el barrio de
Victoria, hacia donde se dirigió una marcha organizada por los Hermanos
Musulmanes desde la mezquita del distrito de Sidi Bishr, después del rezo del
mediodía.
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La cadena estatal dijo que en estos momentos hay miles de seguidores
de la Hermandad en el paseo marítimo de la ciudad, donde claman venganza por
las muertes de ayer
Entretanto grupos de manifestantes
asaltaron e incendiaron la sede de la
Gobernación de Guiza, una de las tres provincias que abarca El Cairo,
informaron a la agencia Efe fuentes de la seguridad egipcias.
Los ataques contra iglesias y comisarías en diversos puntos
del país continúan. En este sentido, el primer ministro egipcio, Hazem al
Beblaui, condenó las "acciones criminales" que sufrieron ayer varias
iglesias en el país, informó la agencia estatal de noticias Mena.
Una tensa calma ha acompañado el levantamiento del toque de
queda nocturno, tras el que se ha podido hacer un primer balance del número de
víctimas mortales. Las cifras que apuntan las autoridades egipcias y los
Hermanos Musulmanes, sin embargo, ha encendido las alarmas tras los
enfrentamientos en todo el país y hace imposible determinar el alcance real de
la tragedia.
Según el ministerio de Sanidad, al menos 525 personas han
muerto y 3.572 han resultado heridas en El Cairo, Alejandría y varios pueblos y
ciudades de todo el país de población mayoritariamente musulmana en los choques
entre las fuerzas de seguridad egipcias y los seguidores del ex presidente
Mohamed Morsi.
Sin embargo, Gehad El Haddad, un portavoz del partido
islamista, afirmó que más de 4.500 personas han muerto en los choques del
pasado miércoles.
Tras la operación de desalojo de las acampadas, en la que la
policía usó retroexcavadoras, gases lacrimógenos y munición, y en la que
murieron tres reporteros, los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militó Morsi
hasta que accedió a la Presidencia, instaron a sus simpatizantes a que salieran
a protestar, en repulsa por la actuación policial, lo que convirtió las calles
de distintas ciudades en campos de batalla.
En El Cairo, hubo marchas de partidarios de la Hermandad en
varias áreas, como el distrito de Ciudad Naser, donde se ubica Rabea al
Adauiya, y en la plaza de Mustafa Mahmud, en el barrio de Mohandesín, donde los
islamistas se enfrentaron a la policía.
Pero los disturbios
no solo se limitaron a la capital, sino que también se produjeron en otras
localidades de Egipto, tanto de norte a sur como de este a oeste. Asaltos a comisarías de policía y sedes de las
gobernaciones provinciales fueron la tónica durante la jornada de ayer, e
incluso la Biblioteca de Alejandría (norte) fue blanco de un ataque armado.
En
el sur, numerosas iglesias fueron atacadas, muchas de ellas, incluso
incendiadas. Las autoridades y la Hermandad se han acusado mutuamente de estar
detrás de las agresiones a templos cristianos.
Dimisión de el Baradei
Los graves incidentes de ayer tuvieron consecuencias
políticas, con la dimisión del vicepresidente de Relaciones Internacionales,
Mohamed el Baradei. En una carta dirigida al presidente interino, Adli Mansur,
Mohamed El Baradei, ganador del Premio Nobel de la Paz que brindó respaldo
político al derrocamiento del primer presidente electo libremente, justificó su renuncia por no sentirse capaz de
asumir la responsabilidad de decisiones con las que no está de acuerdo y de las
que teme sus consecuencias. "Se ha vuelto difícil para mí seguir cargando
con la responsabilidad por decisiones con las que no concuerdo y cuyas consecuencias
temo. No puedo cargar con la responsabilidad de una gota de sangre", dijo
El Baradei.
El primer ministro provisional Hazem el Beblawi habló en un
discurso por televisión de un "día difícil para Egipto", pero dijo
que el Gobierno no tenía más elección que ordenar la represión para impedir que
se propagara la anarquía. "Nosotros consideramos que los temas habían
alcanzado un punto que ningún estado que se respete podría aceptar", dijo.
Ante este panorama, la Presidencia, con el visto bueno del
Consejo de Ministros, decretó el estado de emergencia durante un mes por el
"peligro" que se cierne sobre "la seguridad y el orden en los
territorios del país".
El estado de emergencia estuvo en vigor en Egipto con la
excusa de la lucha contra el terrorismo desde 1981 hasta mayo de 2012, cuando la
junta militar que gobernó el país desde el derrocamiento de Hosni Mubarak
(1981-2011) hasta la ascensión de Morsi, decidió no renovarlo.
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El Gobierno también resolvió imponer el toque de queda por
tiempo indefinido desde las 19:00 a las 06:00 en 14 de las 27 provincias, entre
ellas El Cairo y Giza.
Las fuerzas del orden
consiguieron tomar el control de la plaza de Rabea al Adauiya, después de que
lo hicieran horas antes con la plaza de Al Nahda.
Con la ayuda de
excavadoras y vehículos blindados, la policía irrumpió en Rabea al Adauiya,
donde destruyó las tiendas de campaña y el escenario montado en la plaza,
además de detener a manifestantes en la zona.
Entre ellos se encontraban ocho dirigentes de los Hermanos
Musulmanes, como el vicepresidente del Partido Libertad y Justicia, brazo
político de la cofradía, Esam al Arian; el clérigo Safuat el Hegazy y el
dirigente de la Hermandad Mohamed el Beltagui.
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