Por Walter Krohne
Miles de chilenos que sufrieron la violación más atroz de los derechos humanos, como también los que perdieron a sus familiares en manos de los pinochetistas (entre 3.000 y 4.000 muertos o desaparecidos), deberán soportar el domingo nuevamente el grito de la extrema derecha chilena cuando se reúna en el Teatro Caupolicán de Santiago. No fue posible por ninguna vía o medio suspender este encuentro en el que se mostrará un documental sobre lo que los extremistas de la derecha denominan “la obra de Pinochet”.
El encuentro, que recibió abiertamente la protección del vocero gubernamental, el UDI Andrés Chadwick,y en cuya organización desde la cárcel colaboró uno de los criminales condenados de la dictadura, como Alvaro Corbalán, va a terminar seguramente en un nuevo acto de violencia cuyas consecuencias son difíciles de predecir y que seguramente serán muy malas para la imagen del Gobierno.
Aparte de la Agrupación de Familiares de Desaparecidos y de otras entidades de derechos humanos que llegaron al Palacio de la Moneda en un intento para evitar que se produzca este caos innecesario en pleno centro de Santiago, se han escuchado protestas de parlamentarios y de muchos sectores nacionales, no sólo de la oposición, sino también de la derecha democrática.
Cuando las puertas del Poder Ejecutivo se cerraron, se recurrió a la Justicia en un trámite de último momento que tampoco tuvo ningún efecto.
Ahora sí, los golpistas tienen luz verde para que hagan de las suyas y celebren hasta cansarse con bombos y platillos el reguero de sangre que dejaron entre Arica y Punta Arenas en 17 años de gobierno de facto. Pero de esta tragedia que ha padecido Chile no sólo han quedado registradas las muertes y los robos, sino también innumerables irregularidades y corrupciones conocidas mucho después a través informaciones proporcionadas por el Banco Riggs de Londres y de otras fuentes nacionales e internacionales. Muchos escándalos han quedado sin aclarar, como los “pinocheques” o las oscuras ventas de armas a través de empresas fuleras o nombres falsos que controlaba el dictador y su camarilla más estrecha.
Fueron ellos también los que llevaron a Chile por un camino equivocado aceptando que entrara con toda fuerza el nuevo capitalismo que transformó con el tiempo a la educación en una verdadera basura, permitiéndole a los ricos que levantaran sus propios colegios pagados. El lucro fue practicado abiertamente a través de centenares de colegios y universidades y también en clínicas privadas que, tras la destrucción del sistema estatal, supieron jugar un papel clave en la salud chilena. Para que hablar de las isapres que ya conocemos como escándalo nacional por permanentes cobros indebidos. No preguntamos tampoco lo que ocurrió con las empresas estatales que fueron de a poco apareciendo en manos de privados que antes eran pobres o simples funcionarios y hoy son los llamados nuevos ricos.
Todo esto fue un golpe muy bajo para los chilenos, especialmente para la clase media, que se encontró de pronto en un país dividido y desigual, lo que sigue siendo así hasta el día de hoy. Ahora son los estudiantes y los movimientos sociales los que intentan poner otra vez las cosas en su lugar. Es el poder joven que quiere educación de calidad y gratuita igual que un sistema de salud y vivir en una sociedad donde todos tengan las mismas posibilidades y donde el negocio y el dinero no tengan la importancia vital que tuvieron bajo Pinochet y que sigue así hasta ahora.
Estos jóvenes, por ejemplo, quieren saber a dónde van los dineros que depositan o depositarán para su jubilación, hoy manejados sin ninguna transparencia por las controvertidas afp’s.
Esta es la llamada “obra de Pinochet” que va a celebrar un puñado de seguidores del dictador.
Chile es un país de mucho sufrimiento que ha desarrollado a través de los años a seres humanos con serios problemas por las eternas postergaciones, muchos de ellos son hoy hostiles, poco solidarios y egoístas, no por ellos mismos, sino debido justamente a la frustración por haber sido obligados a arruinar sus vidas por pensar diferentes o ser empujados como animales a abandonar a la familia y el terruño para aceptar a regañadientes un idioma y costumbres diferentes en otras naciones del mundo.
Esto es lo que quieren celebrar el domingo los pinochetistas.
Se ha dicho hasta el cansancio que una de las virtudes de la democracia es el derecho a la libre expresión que usted practica con su publicación y que yo también practico siendo uno de esos del puñado de seguidores que solo agradece al que se atrevió a hacer un Chile libre.
ResponderBorrarEstamos plenamente de acuerdo en el respeto mutuo, cada uno con sus ideas y pensamientos sobre nuestra historia reciente. Quizá por eso somos tan amigos y nos queremos tanto. La opinión de Krohne Archiv se concentra sólo en los artículos firmados y no en los relatos del acontecer nacional diario. Un abrazo fraterno Walter Krohne, director de Krohne Archiv
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