PARAGUAY: GOLPE CON OLOR A DÓLARES
Lo sucedido también tiene que ver con que Paraguay “geopolíticamente está en una posición estratégica: aquí está el acuífero guaraní y eso es un tema que interesa mucho a los Estados Unidos”.
“En este golpe no hubo ruido de sables, ni pólvora, pero si hubo mucho olor a dólares. Aquí se complotaron los ganaderos, sobre todo los sojeros, los brasiguayos -como se le dice en Paraguay a los latifundistas brasileros- y la mafia”, dijo el Dr. Martín Almada (*), abogado paraguayo y Premio Nóbel Alternativo de la Paz 2002, otorgado por el Parlamento de Suecia.
En una entrevista concedida a la agencia argentina de noticias TELAM, publicada hoy en Buenos Aires, el activista por los derechos humanos sostuvo que para entender lo que ocurrió en Paraguay, donde el Congreso destituyó al Presidente constitucional Fernando Lugo hace casi una semana, hay que analizar la “masacre de Curuguaty” del 15 de junio, en la que murieron 6 campesinos y 11 policías durante el desalojo de unas tierras que son “del Estado y no privadas, como dice la derecha”.
“Los territorios eran del Estado. Yo lo tengo comprobado, lo he estudiado. ¿Por qué se mandan a desalojar? ¿Quién ordenó el desalojo?”, se preguntó, en diálogo con Télam. Los responsables de lo que allí ocurrió “fueron un juez, una fiscal y un señor que se llama Blas Riquelme, dueño de un supermercado, de estancias; un latifundista, que estuvo al servicio de la dictadura donde se enriqueció”.
En ese contexto, el investigador se quejó porque “en vez de investigarlos a ellos, se le apuntó a Lugo. Aquí, los jueces, los fiscales, los parlamentarios, son todos alquilados. Es un simulacro de democracia el que tenemos”, definió.
Alamda aseguró: “En este golpe no hubo ruido de sables, ni pólvora, pero si hubo mucho olor a dólares. Aquí se complotaron los ganaderos, sobre todo los sojeros, los brasiguayos -como se le dice en Paraguay a los latifundistas brasileros- y la mafia”.
Agregó su sospecha de que los campesinos (los sin tierra) no fueron los que dispararon.
“Las armas de los campesinos son machetes, armas artesanales, pero las muertes de los oficiales, con los chalecos antibalas, no podría ser a manos de los campesinos”, explicó.
Consultado sobre los posibles motivos de que habrían enemistado a los empresarios agropecuarios con el gobierno de Lugo, Almada señaló que, por ejemplo, “quiso cobrar un impuesto del dos por ciento a los sojeros que se niegan a pagar”.
En esa línea remarcó que “este pequeño país, es el sexto en el ranking de exportación de soja en el mundo” y explicó que quienes más se benefician con ese negocio son los denominados “brasiguayos”.
“Lugo plantea el 2 por ciento de impuesto, se niegan a pagar. Los ganaderos no pagan impuestos. Tenemos más de diez millones de ganado. El pueblo no come carne, no toma leche. Todo para exportación", analizó.
Si bien apoyó a Lugo (derecha), Almada no esconde las críticas: “Impulsó tímidas medidas. Entonces viene la reacción", afirmó.
En la misma línea afirmó que “el error más grave de Lugo es que el tenía tanto el apoyo del pueblo como del Ejército, pero no confió ni en el pueblo ni en el ejército. Hacía sus tratativas en forma individual sin consultar a la organización”.
También lo criticó por haber llegado al poder “en acuerdo con la derecha y con el Partido Liberal” cuando, según dijo, “un gobierno progresista no puede acordar con la gente de la derecha porque después viene el golpe”.
En cuanto a la definición de la destitución de Lugo como “golpe de Estado” dijo que “fue un golpe con apariencia legal” ya que estuvo “legalizado por los diputados y senadores que integran el parlamento más corrupto de América Latina”.
Además consideró que la situación que atraviesa Paraguay también tiene que ver con que “geopolíticamente está en una posición estratégica: aquí está el acuífero guaraní y eso es un tema que interesa mucho a los Estados Unidos”.
En esa dirección lamentó que la destitución haya ocurrido “justo en que estamos por celebrar los 20 años de la promulgación de la Constitución Nacional".
(*) Martin Almada descubrió los llamados “Archivos del Terror” que permitieron desentrañar la Operación Cóndor en diciembre de 1992 y en cuya sede actualmente funciona el Centro de Documentación de los Derechos Humanos del Poder Judicial de la República (ECU-MapochoPress). Este abogado e investigador ganó el "Premio al Sustento Bien Ganado", también llamado "premio Nobel alternativo" de la Fundación Right Livelihood Award en el año 2002.
Agencia Mapocho Press
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