A finales de septiembre, varios países occidentales planean reconocer a Palestina como Estado en la Asamblea General de la ONU. Alemania no está entre ellos. Sin embargo, la presión sobre el Gobierno alemán aumenta.
Francia, Canadá y Bélgica planean reconocer a Palestina como Estado, y probablemente el Reino Unido seguirá su ejemplo. Su objetivo es presionar a Israel para que ponga fin a la guerra en Gaza e inicie un nuevo proceso de paz.
Casi 150 de los 193 miembros de la ONU ya han reconocido a Palestina. Francia, el Reino Unido y Canadá, pesos pesados del G7, el grupo de las siete principales naciones industrializadas occidentales, se unirían ahora a ellos. Estados Unidos, por otro lado, rechaza rotundamente tal reconocimiento, al igual que Israel.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo ve como "una recompensa al terrorismo" del grupo islamista radical Hamás. Para la Autoridad Palestina, el reconocimiento estatal por parte de Estados tan importantes sería todo un privilegio y una derrota diplomática para Israel, especialmente ahora, en medio de la escalada del conflicto en Gaza.
Sin embargo, el Gobierno alemán en Berlín no dará este paso "a corto plazo", como se ha declarado oficialmente. "No nos sumaremos a esta iniciativa", declaró el canciller Friedrich Merz, del partido conservador CDU, en agosto, durante una visita del primer ministro canadiense, Mark Carney.
La justificación de Merz fue más bien formal: "Actualmente, no consideramos que se cumplan en absoluto los requisitos para el reconocimiento estatal". El reconocimiento, afirmó, debe ser el paso final de un proceso de paz que conduzca a una solución de dos Estados.
El problema es que no se vislumbra en absoluto una solución de dos Estados. Desde la masacre perpetrada por la organización terrorista islámica radical Hamás en Israel, el 7 de octubre de 2023, y la posterior acción militar israelí en la Franja de Gaza, que aún continúa, las probabilidades de que esto ocurra son prácticamente nulas. Por lo tanto, los críticos con el Gobierno alemán creen que simplemente está planteando este requisito irreal para el reconocimiento con el fin de evitar tomar una decisión.
El Gobierno alemán se encuentra en un dilema particular con respecto a Israel y Palestina: por los millones de judíos asesinados durante la era nazi, siente una responsabilidad especial por la seguridad de Israel e incluso la ha confirmado como "razón de Estado" de Alemania. Para el canciller, esto es obviamente mucho más que simples palabras. En un discurso pronunciado hace unos días en la reapertura de una sinagoga en Múnich, destruida por los nazis, Merz apenas contuvo las lágrimas al decir:
"Desde el 7 de octubre, hemos estado experimentando —ustedes han estado experimentando— una nueva ola de antisemitismo, con formas viejas y nuevas, abiertamente y sin disimulo, con palabras y hechos, en redes sociales, en universidades, en espacios públicos". Esto lo averguenza, dijo Merz, luchando visiblemente por mantener la compostura, y declaró la guerra a toda forma de antisemitismo en Alemania.
Texto de la Deutsche Welle
 
 
 
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