La iglesia católica se opone firmemente al aborto, considerándolo un grave error moral, pues cree en la sacralidad de la vida humana desde la concepción y sanciona esta práctica con pena canónica de excomunión.
Mirosevic, uno de los principales impulsores de la ley de eutanasia, afirmó que “hay una gran mayoría social” para aprobar la iniciativa. Según una última encuesta, “el 83 % de la sociedad chilena estaba de acuerdo con esta ley”, señaló.
Otras confesiones cristianas, como la de los Santos de los Últimos Días, también
condenan el aborto electivo, aunque establecen excepciones para casos de
violación, incesto, o peligro para la salud de la madre o del feto.
La oposición de las iglesias se basa en
interpretaciones de las escrituras y en la santidad de la vida, aunque existen
diversas interpretaciones y grados de oposición entre las distintas
denominaciones religiosas.
El parlamentario liberal aseguró que esta vez se dan en Chile las condiciones para que el proyecto se convierta en ley antes de que termine el mandato presidencial. “Tenemos un gobierno que le pone urgencia al proyecto” y “en el Senado tenemos una mayoría favorable”, dijo, en alusión al respaldo de senadores como Ximena Rincón, Matías Walker y Sebastián Keitel.
El cardenal y arzobispo de Santiago de Chile declaró hace algunos días, también en Radio Pauta, en conversación con la periodista María Alejandra Gallardo Contreras, diciendo que lo que a él le complicaba era es que la acción que se realiza es una acción excesiva”.
Advirtió que es distinto morir por una enfermedad a que un médico ejecute una acción deliberada para terminar con la vida. “Nadie está obligado al sufrimiento, nadie está obligado al dolor (…) pero lo que yo no voy a estar de acuerdo es que un médico (…) tenga que realizar una práctica que va en contra de su ethos”, agregó.
Mirosevic, uno de los
principales impulsores de la ley de eutanasia, afirmó que “hay una gran mayoría
social” para aprobar la iniciativa. Según una última encuesta, “el 83 % de la
sociedad chilena estaba de acuerdo con esta ley”, señaló.
Otras confesiones
cristianas, como la de los Santos de los Últimos Días, también condenan el aborto electivo, aunque
establecen excepciones para casos de violación, incesto, o peligro para la
salud de la madre o del feto.
La oposición de las
iglesias se basa en interpretaciones de las escrituras y en la santidad de la
vida, aunque existen diversas interpretaciones y grados de oposición entre las
distintas denominaciones religiosas.
El parlamentario
liberal aseguró que esta vez se dan en Chile las condiciones para que el
proyecto se convierta en ley antes de que termine el mandato presidencial.
“Tenemos un gobierno que le pone urgencia al proyecto” y “en el Senado tenemos
una mayoría favorable”, dijo, en alusión al respaldo de senadores como Ximena
Rincón, Matías Walker y Sebastián Keitel.
El cardenal y arzobispo
de Santiago de Chile declaró hace algunos días, también en Radio
Pauta, en conversación con la periodista María Alejandra Gallardo
Contreras, diciendo que lo que a él le complicaba era es que la acción
que se realiza es una acción excesiva”.
Advirtió que es
distinto morir por una enfermedad a que un médico ejecute una acción deliberada
para terminar con la vida. “Nadie está obligado al sufrimiento, nadie está
obligado al dolor (…) pero lo que yo no voy a estar de acuerdo es que un médico
(…) tenga que realizar una práctica que va en contra de su ethos”, agregó.
Para Chomali, la
prioridad debe estar en fortalecer los cuidados paliativos: “La muerte es un
hecho natural y requiere ser vivida con cuidados paliativos, con
acompañamiento, con amor”.
Aseguró que en su
experiencia pastoral, incluso en centros con personas postradas, “nunca alguien
ha pedido una eutanasia porque se sienten queridos, amados, respetados”.
El cardenal también
cuestionó la viabilidad técnica del proyecto: “Así como está, es absolutamente
inviable (…) jamás una persona de fuera de Santiago y del sistema público va a
tener acceso a un psiquiatra”.
Respecto del debate
sobre aborto libre, anticipó la posición de la Iglesia e indicó que “es
bien triste que los dos espacios de la vida humana más frágiles, el embrión y
el enfermo terminal, sean aquellos más susceptibles de ser eliminados cuando debiesen
ser los más cuidados”.
Finalmente Fernando
Chomali aseveró que “jamás voy a reconocer como válida una
acción que elimina a una persona”, y reafirmó su postura: “Vamos a
orientar a los católicos y a las personas de buena voluntad de tal manera que
podamos tener un presidente que vele por el bien común y especialmente por los
más débiles”.
Mirosevic, uno de los
principales impulsores de la ley de eutanasia, afirmó que “hay una gran mayoría
social” para aprobar la iniciativa. Según una última encuesta, “el 83 % de la
sociedad chilena estaba de acuerdo con esta ley”, señaló.
Otras confesiones
cristianas, como la de los Santos de los Últimos Días, también condenan el aborto electivo, aunque
establecen excepciones para casos de violación, incesto, o peligro para la
salud de la madre o del feto.
La oposición de las iglesias se basa en interpretaciones de las escrituras y en la santidad de la vida, aunque existen diversas interpretaciones y grados de oposición entre las distintas denominaciones religiosas.
El parlamentario liberal aseguró que esta vez se dan en Chile las condiciones para que el proyecto se convierta en ley antes de que termine el mandato presidencial. “Tenemos un gobierno que le pone urgencia al proyecto” y “en el Senado tenemos una mayoría favorable”, dijo, en alusión al respaldo de senadores como Ximena Rincón, Matías Walker y Sebastián Keitel.
El cardenal y arzobispo
de Santiago de Chile declaró hace algunos días, también en Radio
Pauta, en conversación con la periodista María Alejandra Gallardo
Contreras, diciendo que lo que a él le complicaba era es que la acción
que se realiza es una acción excesiva”.
Advirtió que es distinto morir por una enfermedad a que un médico ejecute una acción deliberada para terminar con la vida. “Nadie está obligado al sufrimiento, nadie está obligado al dolor (…) pero lo que yo no voy a estar de acuerdo es que un médico (…) tenga que realizar una práctica que va en contra de su ethos”, agregó.
Para Chomali, la prioridad debe estar en fortalecer los cuidados paliativos: “La muerte es un hecho natural y requiere ser vivida con cuidados paliativos, con acompañamiento, con amor”.
Aseguró que en su experiencia pastoral, incluso en centros con personas postradas, “nunca alguien ha pedido una eutanasia porque se sienten queridos, amados, respetados”.
El cardenal también
cuestionó la viabilidad técnica del proyecto: “Así como está, es absolutamente
inviable (…) jamás una persona de fuera de Santiago y del sistema público va a
tener acceso a un psiquiatra”.
Respecto del debate sobre aborto libre, anticipó la posición de la Iglesia e indicó que “es bien triste que los dos espacios de la vida humana más frágiles, el embrión y el enfermo terminal, sean aquellos más susceptibles de ser eliminados cuando debiesen ser los más cuidados”.
Finalmente Fernando Chomali aseveró que “jamás voy a reconocer como válida una acción que elimina a una persona”, y reafirmó su postura: “Vamos a orientar a los católicos y a las personas de buena voluntad de tal manera que podamos tener un presidente que vele por el bien común y especialmente por los más débiles”.
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