El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a amenazar este jueves a Canadá con imponerle un arancel del 35% a partir del 1 de agosto y avanzó que podría considerar un ajuste si el país le ayuda a detener el flujo de fentanilo que entra a EE.UU. o elimina sus barreras.
En una carta similar a las que el líder republicano empezó a enviar esta semana a algunos socios comerciales con la nueva cifra arancelaria que aplicará a partir del mes que viene, Trump advirtió en una nota al primer ministro Mark Carney que si su país eleva a su vez los aranceles la cifra que estos elijan se añadirá al 35% anunciado.
En los últimos años, el fentanilo ha irrumpido en el mercado norteamericano de drogas ilegales, aprovechando la demanda preexistente de opiáceos como la heroína y los medicamentos recetados. En los últimos años el fentanilo y sus análogos fueron la causa más común de muerte por sobredosis en Estados Unidos, donde su uso está permitido sólo para tratamientos médicos.
Trump recordó que impuso aranceles a Canadá en un principio precisamente para abordar la "crisis" que esa droga provoca en Estados Unidos, y que atribuyó en parte al "fracaso" de Ottawa a la hora de frenarlo.
La carta añadió que si Canadá colabora a la hora de poner freno al paso de esa droga por la frontera Washington considerará "tal vez" un ajuste a la cifra anunciada, que podría modificarse "al alza o a la baja" dependiendo de la relación con el país vecino.
"No habrá ningún arancel si Canadá, o las empresas de su país, deciden construir o fabricar productos dentro de Estados Unidos y, de hecho, haremos todo lo posible para otorgar las aprobaciones de forma rápida, profesional y rutinaria", añade la misiva de Trump.
Anticonceptivos
Por
otra parte el gobierno de Estados Unidos confirmó que destruirá
anticonceptivos valorados en US$ 9,7 millones, adquiridos por la Agencia
de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Los productos
estaban destinados a mujeres en países vulnerables, pero serán incinerados en
Europa pese a estar en condiciones óptimas de uso. Un vocero del Departamento
de Estado detalló que el costo de la quema será de US$ 167.000, y que la
eliminación responde a "nuevas" políticas que prohíben financiar
organizaciones vinculadas al aborto.
La
decisión ha generado rechazo de organizaciones internacionales y autoridades
belgas, que buscan evitar que los insumos terminen en hornos industriales.
Más de 5 millones de unidades de productos anticonceptivos, entre DIU de cobre, implantes subdérmicos, inyecciones hormonales y tabletas combinadas, permanecen almacenadas en Geel, Bélgica, a la espera de ser incineradas.
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