CIENCIA Y SEXUALIDAD
EL ORGASMO ESTIMULA EL CEREBRO, SANA A LOS SERES
HUMANOS DE LA DEPRESIÓN Y DISMINUYE EL DOLOR, ESPECIALMENTE EL DE CABEZA
El orgasmo proporciona al cerebro una mejor
estimulación que juegos mentales como crucigramas, sudokus o puzzles, ya que
aumenta la actividad en todo el órgano y no en una área localizada del mismo,
según expresó el neurocientífico Barry Komisaruk, publicó hoy en su página web
la Radio Cooperativa de Santiago de Chile justamente cuando se celebra el Día
Mundial del Orgasmo Femenino.
Komisaruk también afirma que la depresión, la ansiedad y la
adicción podrían beneficiarse si los científicos aprovechan el mecanismo de
placer que produce el orgasmo en el cerebro.
El investigador estadounidense, que ha estado estudiando el
placer sexual de la mujer desde la década de los sesenta y ha sido testigo de
más de 200 orgasmos femeninos en vivo en su laboratorio, llegó a estas
conclusiones luego de estudiar a un grupo de mujeres.
"Durante el orgasmo se observa un enorme aumento en el
flujo de sangre en el cerebro. Así que mi creencia es que no puede ser malo, ya
que aporta todos los nutrientes y la oxigenación necesaria al cerebro", señala
el científico.
Komisaruk hizo esta nueva publicación cuando hoy se celebra
el Día Mundial del Orgasmo Femenino en varios países, luego de que en Brasil un
grupo de mujeres, hace algunos años, exigiera públicamente a sus parejas
proporcionarles el necesario placer sexual.
En el marco de la conmemoración, medios españoles han publicado
que un 61 por ciento de las mujeres de ese país han fingido alguna vez un
orgasmo para dar por concluido el encuentro sexual y un 65 por ciento de ellas
lo ha hecho con su pareja estable.
De acuerdo a los expertos, muchos son los factores que influyen
a la hora de sentir un orgasmo, como el sonido, el movimiento y la duración del
acto sexual. Elementos que ahora se pueden medir con la aplicación de un orgasmómetro,
aparato que registra y permite comparar los mejores momentos sexuales de la
pareja en base a los criterios mencionados.
El investigador analiza el cerebro de las mujeres cuando
llegan al clímax para comprender los mecanismos que disparan este estado de
entusiasmo, qué papel juegan las hormonas, los péptidos y las neuronas, y cómo
se podrían provocar esas sensaciones de forma más intensa. «Quiero encontrar
una manera de aumentar el placer en la vida de la gente», asegura.
A sus 68 años, Komisaruk trabaja en la Universidad de
Medicina de Nueva Jersey y ha pasado gran parte de su vida dedicado a la
estimulación vaginal, «profesionalmente hablando», bromea. Selecciona a
voluntarias que se autoestimulan en una máquina de resonancia magnética (fMRI,
por sus siglas en inglés) para que él y su equipo puedan estudiar las áreas del
cerebro que se activan en ese momento. Asegura que cuando llega el climax, el
sonido amplificado de las neuronas se asemeja al ruido que hacen las palomitas
de maíz a punto de estallar en el microondas.
Durante sus investigaciones, el científico ha aprendido unas
cuantas cosas del sexo femenino. Por ejemplo, que el orgasmo es un bloqueante
natural del dolor -es capaz de disminuirlo un 50%-, y que aumenta la
sensibilidad de la mujer al tacto, por lo que las caricias de la pareja se
aprecian aún más.
.
Pero este campo sigue rodeado de misterios, como, por
ejemplo, qué función evolutiva cumple el orgasmo femenino, algo que todavía es
asunto de debate mientras en el hombre resulta tan claro. Komisaruk cree que
hay un propósito para el éxtasis. A su juicio, las contracciones en el útero
durante el orgasmo podrían ayudar al semen a alcanzar las trompas de Falopio y
conseguir un embarazo. Por otro lado, parece bastante obvio que el placer puede
animar a la mujer a copular varias veces y permite una liberación de la tensión
muscular del cuerpo.
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