12-8-2013-KRADIARIO-EDICIÓN N°866
La columna del periodista Fernández
QUE NOS DEVUELVAN
QUE NOS DEVUELVAN
LA PLATA
Por Enrique Fernández
Porque nadie sabe ahora con
certeza cuántos somos los chilenos.
En 1990 éramos 13 millones. En el
año 2000 crecimos a 15.397.000. A ese ritmo de aumento demográfico, en 2010
debimos sobrepasar los 17 millones de habitantes, si aplicamos las proyecciones
del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Pero en abril pasado, después del
censo que durante tres meses se efectuó en el año 2012, el INE informó que
Chile tenía una población total de sólo… 16.634.603. ¿Qué fue lo que ocurrió?
Hubo errores de metodología en las encuestas y en el recuento de los datos,
según estableció una comisión de expertos.
“A juicio de la comisión, el censo de 2012 adolece
de serios problemas en aspectos que son esenciales en este tipo de instrumento.
La tasa de omisión de la población asciende, conservadoramente, a un 9,3%,
porcentaje que es tres veces lo obtenido en censos recientes en otros países de
la región”, advirtió el informe de los expertos.
"Quiero
pedir humildemente perdón por esos errores a todos los chilenos", dijo el
mandatario mientras más de alguien ponía en duda su sinceridad.
Al día siguiente de su “mea
culpa”, Piñera se trasladó a la comuna de Maule, para entregar un grupo de
viviendas reconstruidas tras el terremoto de febrero de 2010. El alcalde local,
Luis Vásquez, lo recibió con la cortesía propia de un dueño de casa. Eso no
impidió que le hiciera presente las consecuencias que el fallido censo tendrá
para su comuna. Le explicó que Maule tiene más de 40.000 habitantes, pero la
Municipalidad recibe aportes estatales para una población de sólo 16.000…
¡que es la cifra del censo del año 2002!
“He
recorrido todas la partes donde tenga que ir, he conversado con don Pedro, Juan
y Diego… pero no nos envían los recursos”, se quejó al alcalde, sin
obtener una respuesta concreta del presidente.
La misma situación podría
repetirse en otras comunas del país, con efectos prácticos, por ejemplo, en los
colegios que administran las municipalidades y que tendrán menos recursos de
los que deberían recibir si el censo hubiera sido riguroso.
“Con un
mal censo, al no saber cuántos somos, no podemos ni siquiera saber el PIB per
capita”, apuntó el analista político Patricio Navia.
Otros observadores recordaron que el INE, además
del censo, es el responsable de las cifras sobre la inflación, el desempleo y
otros indicadores que ahora pueden quedar en tela de juicio.
“Hay que
botar el censo a la basura. Una tragedia. Millones de dólares perdidos y
estamos sin información”, señaló el director del centro de encuestas Adimark,
Roberto Méndez.
Y si no se realiza un nuevo recuento de la
población del país, como recomendaron los expertos, ¿nos devolverán la plata?
Son 30.000 millones de pesos los que se perdieron en el censo que no fue. Sería
justo que nos devolvieran lo que pagamos (con los impuestos), como hacen las
tiendas cuando un producto sale fallado. Pero como nadie sabe cuántos somos…
tampoco podemos saber cuánto le tocaría a cada uno.
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