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SIRIA ES EL TALÓN DE AQUILES DE LA CUMBRE DEL G-8 EN IRLANDA DEL NORTE
Para los analistas internacionales los líderes de las potencias mundiales (G8) que se reúnen en Irlanda del Norte en medio de las acusaciones de espionaje mutuo y las diferencias de Rusia con el resto de los participantes por la guerra siria, constituye quizá una de las más incómodas cumbres en la historia de los encuentros de los ocho países más industrializados del mundo.
Gran Bretaña es el país anfitrión que tiene como sede el espectacular Lough Erne Resort de Irlanda del Norte. Los temas “de agenda” de la reunión son los impuestos y los paraísos fiscales, pero antes han surgido los pedidos de explicaciones al presidente Barack Obama por el plan de vigilancia global y de espionaje estadounidense, que el año 2009 incluyó también la cumbre del G20 celebrada en Gran Bretaña con las instalación de cámaras secretas e intercepción de los teléfonos a todos los delegados presentes.
Sin embargo, el paso más difícil parece que será “negociar” o al menos “dialogar” con el presidente ruso Vladimir Putin sobre lo que él ha denominado de “estar armando a los caníbales” en Siria, refiriéndose al apoyo occidental a los rebeldes sirios.
Siria es la clave de la reunión, mas allá de la intención de David Cameron de progresar en un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Cameron va a buscar las coincidencias y no las masivas diferencias en Siria. Tratará de impulsar una conferencia de paz en Ginebra mientras hasta su propio partido y su coalición están divididos con la entrega de armas a los rebeldes. Ni los liberales demócratas de su gobierno ni Boris Johnson, alcalde de Londres y probable sucesor de Cameron, quieren ver armados a los rebeldes sirios.
En todo caso EE UU y Rusia, al mismo tiempo de reconocer ayer posiciones divergentes entre ambos, compartieron el interés mutuo de poner fin a la violencia y que las partes negocien. Los presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Rusia, Vladímir Putin, abordaron, al margen del G8, la dramática situación de Siria durante una reunión que duró más de dos horas.
"He tenido una conversación con Putin sobre la tragedia que se está viviendo en Siria. Compartimos que hay que reforzar la cooperación en este asunto", dijo Obama al término de la reunión, mientras que Putin insistió en que ambos "queremos parar la violencia y que las dos partes se sienten a negociar".
Con este mensaje de los líderes de las dos superpotencias aumentan las posibilidades de que se pueda lanzar unas conversaciones de paz próximamente en Ginebra, un planteamiento que también respalda la Unión Europea (UE).
No obstante, como ellos mismo reconocieron, sus posiciones aún difieren, pues Washington dice estar dispuesto a suministrar armas a la oposición siria tras confirmar que el régimen de Bashar al Assad ha utilizado armas químicas contra los rebeldes y la población civil. Putin, por su parte, mantiene su rotundo rechazo a cualquier intento de Occidente de suministrar armas a los rebeldes del país árabe, si bien Moscú continúa justificando su suministro de ayuda militar a Damasco.
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