OSCAR NIEMEYER: MURIÓ EL ARQUITECTO "MAIS GRANDE DO MUNDO"
Ciento cuatro años de edad. Una larga vida para Oscar Niemeyer, considerado el más grande arquitecto de Brasil. En 2007, antes de su centenario, Niemeyer dijo a la periodista Anne Gasnier de RFI: “Mire usted, yo voy a desaparecer el día que cumpla cien años. Nadie me encontrará”. Y luego agregaba: “Lo más importante, es la vida. El pasado pero, sobre todo, el presente. La vida, un mundo mejor. Es por eso que hay que vivir. El resto no es importante”, escribió hoy la Radio Universidad de Chile en su página web.
El legado del arquitecto brasileño es colosal: unos 600 proyectos en el mundo entero, la mayoría de ellos realizados, durante cerca de ocho decenios. Niemeyer logró domesticar el cemento armado, modelándolo a menudo en volúmenes imponentes, suavizado empero por largas curvas que definen su estilo. Paradójicamente, su visión futurista se inscribió en su época.
Nacido en el seno de una familia burguesa, Niemeyer estudió en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro en los años treinta, en una época en la que también surgieron arquitectos como Frank Lloyd Wright en Estados Unidos, Ludwig Miles en Alemania y Le Courbusier en Francia, otros tres maestros de la arquitectura moderna. De hecho, Niemeyer participó en la elaboración de la sede del edificio de la ONU en Nueva York junto a Le Corbusier.
En su atelier frente a Copacabana |
“Brasil perdió hoy a uno de sus genios, es un día para llorar”, se lamentó la presidenta brasileña Dilma Rousseff en el blog oficial de la Presidencia. “Niemeyer fue el mayor arquitecto de Brasil. Un genio de la arquitectura mundial. Dulce en el trato, firme en sus convicciones y amado por el pueblo brasileño”, afirmó por su lado el gobernador de Rio, Sergio Cabral, que decretó tres días de duelo en el estado.
Niemeyer trabajaba en su taller de grandes ventanales curvados, frente a la famosa playa de Copacabana. Por el innovador uso del hormigón en sus edificios de Brasilia, que fue inaugurado en 1960, el denominado “arquitecto de la sensualidad” ganó varios premios, entre ellos el Pritzker, equivalente al Nobel de Arquitectura, en 1988.
Niemeyer fue ateo y militante comunista hasta el final de sus días en este país de enormes desigualdades sociales. “Sólo quedan dos comunistas en el mundo, Oscar y yo”, dijo en 1995 el entonces presidente cubano, Fidel Castro, durante una visita a Niemeyer en su atelier.
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