kradiario.cl

lunes, 4 de julio de 2011

El Presidente Piñera deberá dar respuestas contundentes a tres temas de la crisis educacional: Fin del lucro y de la educación municipalizada y financiamiento universitario fuera de los bancos

ARTÍCULO
Por Walter Krohne
Director-Editor de Krohne Archiv

El discurso del Presidente Sebastián Piñera sobre cambios en la educación chilena, anunciado con bombos y platillos para mañana a una hora que todavía se guarda en reserva, debería ser especialmente contundente y novedoso porque de lo contrario el gobierno de la derecha será cada vez menos creíble y volverá a caer en porcentajes de aceptación y de rechazo.

En este tema hay al menos tres materias que son fundamentales: Fin al lucro, fin de la educación municipalizada y mejoramiento substancial del crédito universitario.

El lucro debe desaparecer porque la educación no es en ningún caso y por ningún motivo un negocio o un comercio con ingresos, salidas y ganancias que finalmente son repartidas entre sus propietarios. Este es un concepto demasiado capitalista que debe ser eliminado del debate que involucra una reforma contundente a la educación chilena, si realmente existe la voluntad para ello.

Con el lucro se origina una división social que es hasta peligrosa para un país que desea encaminarse a una sociedad con igualdad de oportunidades. No es posible que sólo el lucro lleve a los establecimientos de la media y a las universidades a buscar formas de cobrar más para ganar más. Deben eliminarse, por ejemplo, las cuotas de inscripción en colegios y universidades y reducirse considerablemente el monto de las matriculas, como también el nivel de los aranceles, que con los intereses bancarios, en algunos casos son impagables. Todo estos altos costos son impulsados por el lucro, porque en este tipo de establecimientos educacionales el objetivo no termina siendo el mejoramiento del nivel de la educación al máximo sino cómo poder ganar cada vez más dinero o tener mayores ingresos para que “la torta”, al momento de repartir, pueda ser más apetitosa para los dueños de este “negocio”.

Otro punto que debe sufrir un cambio radical es lo que respecta a la educación municipalizada. Hay municipalidades ricas que están en condiciones de mantener bajo un severo equilibrio el asunto financiero de las escuela medias, pero hay otras que son tan pobres que casi no tienen dinero para pagar los sueldos, ocurriendo casos en que los fondos que les envía el Ministerio de Educación son a veces "temporalmente malversados" para cubrir sectores que pasan por momentos deficitarios o críticos en extremo. Además las Municipalidades no están ni para financiar escuelas ni tampoco consultorios u hospitales. Son para atender las necesidades urbanas propias, especialmente en ciudades o comunas que están llenas de problemas ambientales, de aseo, culturales, viales, áreas verdes y de recreación. La educación debe ser dirigida por técnicos educacionales y estos deben estar en un organismo centralizado, ya sea nacional o regionalmente, llámese Ministerio o Administradoras de Colegios. Hoy, la mayoría de los colegios tiene problemas de infraestructura, equipamiento y de higiene, habiéndose encontrado hasta nidos de ratones en un liceo de la rica comuna de Providencia. Ninguna de estas dificultades pueden ser fácilmente resueltas por los procedimientos burocráticos que afectan a las municipalidades, menos las que carecen de fondos.

El tercer punto es el asunto de los cobros (aranceles) y del financiamiento de los créditos. En primer lugar no debe entregársele al sistema bancario tradicional la concesión de créditos para que los alumnos puedan financiar sus estudios. Los cobros de intereses de los bancos son en Chile “draconianos” y conduce a los jóvenes a tener que cancelar altas cuotas mensuales por el crédito que por este motivo no terminan nunca de pagar. Los estudiantes recibidos tienen que asumir estos créditos tengan o no un trabajo, porque los bancos no perdonan y un mes sin pago, significa el inmediato envío del nombre al registro de Dicom, lo que deja a los ya jóvenes profesionales mucho más debilitados para hallar un trabajo interesante y bien remunerado.

En Chile debería crearse un organismo de becas a cargo del Estado de Chile, con préstamos universitarios que tengan un interés mínimo. La devolución de los créditos debería hacerse siempre y cuando dicho profesional tenga un trabajo estable. El porcentaje de pago mensual debería estar también regulado, porque de lo contrario el joven profesional no va a tener posibilidades de desarrollarse económicamente, menos si tiene planes de formar una familia. No hagamos negocio también con el crédito universitario, porque, repetimos, la educación no puede ser un negocio y debe entregarlas el Estado porque el desarrollo chileno dependerá en gran medida del éxito o fracaso que tengan los nuevos profesionales. Es por lo tanto una obligación estatal lo concerniente al financiamiento educacional.

Resulta curioso entonces que el ministro secretario general de la Presidencia, Cristian Larroulet,  haya reconocido hoy que los intereses de los créditos universitarios son altos y que se podrían bajar… la pregunta es ¿si ya  sabían que son altos porque no los bajaron cuando asumieron el Gobierno?

Es por todo esto que el Presidente debe tener respuestas claras y sólidas a estos tres graves problemas, especialmente cuando los chilenos observamos que estamos frente a una mala gestión educacional, como ya lo han dicho algunos expertos, entre ellos el coordinador nacional de Educación 2020, Mario Waissbluth.

Pero lo peor está en la cuestión del lucro, que el gobierno se niega a terminar, como lo dijo el Ministro Larroulet “no estamos dispuestos a avanzar en derogar el fin de lucro en la educación, porque tenemos la experiencia de que colegios particulares subvencionados, en donde hay colegios con fines de lucro y sin fines de lucro, tienen resultados que son muy favorables”, añadió.

Y para peor…los colegios que lucran con la educación chilena reciben también una subvención estatal, cuando este dinero podría destinarse a mejorar el financiamiento de los colegios más pobres y sin lucro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario