Álvaro García junto a Evo Morales |
La huelga general indefinida decretada por la Central Obrera Boliviana (COB), en demanda de un mayor incremento salarial, se constituyó en una aventura política mal planificada que buscó la caída del gobierno del presidente Evo Morales, afirmó hoy, el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera.
La huelga que duró 11 días se resolvió anoche cuando el presidente Evo Morales aceptó un aumento de 11 por ciento contra 15% que había demandado la COB.
En conferencia de prensa, la autoridad de Estado dijo que los sectores sociales de la "clase media estatal" fueron los que se movilizaron, sobre todo en la sede de gobierno, y no así el conjunto de los trabajadores campesinos, petroleros, fabriles, gremialistas, mineros y funcionarios de las empresas productivas que continuaron con sus actividades cotidianas.
García Linera, quien hizo una extensa explicación sobre la evolución de las demandas sociales y los conflictos en Bolivia en los últimos diez años, dijo que detrás de las movilizaciones y ruidosas marchas de protesta existieron intereses políticos de tipo conservador y restaurador del antiguo sistema económico.
Aseguró la existencia de una manipulación política en las movilizaciones de la cúpula sindical, pues tras la declaratoria de huelga general indefinida se buscó paralizar todo el aparato productivo del país para culpar al gobierno de esta situación caótica, lo que no sucedió, pues sólo paralizaron actividades el magisterio urbano, rural, los trabajadores de las cajas de salud, apoyados por la minería mediana.
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