“Hemos arribado a la conclusión de que resulta recomendable limitar a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales. Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución , aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones". Así dijo el presidente cubano Raúl Castro (Foto Izquierda), sorprendiendo a todos los delegados que asisten al Sexto Congreso del Partido Comunista que se realiza en La Habana.
El esperado evento, donde en cuatro días se debatirá la nueva política económica que impulsará el Gobierno cubano en el futuro, fue inaugurado horas después de terminar los actos de conmemoración del 50 aniversario de la victoria de Bahía de Cochinos en la peor derrota que ha tenido Estados Unididos en Cuba.
Tras esta invasión fracasada, ocurrida en abril de 1961, el líder Fidel Castro proclamó la revolución socialista en la isla. Eran años de triunfo para los Castro.
Sin embargo ahora, el discurso de su hermano Raúl Castro, con el cual inauguró el Congreso comunista, fue más bien palabras de reconocimiento del fracaso político y económico y por esta razón incluyó una dura autocrítica, además de la sorpresiva propuesta que ya no afectará directamente a los dos hermanos por su condición de octogenarios y su pronto retiro definitivo de la política activa, lo que ya ha intentado hacer Fidel, pero sin éxito hasta ahora, porque contínúa activo pero sin cargos.
Cuando todos esperaban un discurso referido a lo económico, ya que el Congreso tiene como objetivo central debatir reformas cruciales al modelo actual, el mandatario giró hacia lo político y destacó la necesidad de garantizar “ el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas ”. Así, según la agencia Prensa Latina, se incluyó a sí mismo en la renovación porque comprende a todos los cargos, desde la base hasta las principales responsabilidades, sin excluir el Primer Secretario del PCC que se designe en este Congreso y al Presidente del Consejo de Estado y de Ministros.
Las palabras del presidente cubano ayer por la tarde tuvieron un sentido autorreferencial, ya que él y Fidel (foto derecha) gobernaron durante 52 años el país caribeño, y la generación histórica que los acompaña en los principales cargos sobrepasa los 75 años.
De esta manera, Raúl Castro ha señalado que el anuncio anterior contribuirá "al fortalecimiento del espíritu democrático y el carácter colectivo del funcionamiento de los órganos de dirección del Partido y del poder estatal y gubernamental, al tiempo que se garantice el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas".
"El reforzamiento sistemático de nuestras instituciones será a la vez condición y garantía imprescindible para que esta política de renovación de los cuadros jamás ponga en riesgo la continuidad del socialismo en Cuba", añadió Castro, según se puede leer en el texto del informe presentado por el presidente al Congreso, publicado por el sitio web 'Cubadebate'.
Pero al mismo tiempo fue crítico con las nuevas generaciones de militantes: “ Hoy afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el partido, el Estado y el gobierno, cuestión que debemos solucionar paulatinamente a lo largo del quinquenio sin precipitaciones ni improvisaciones”.
"El reforzamiento sistemático de nuestras instituciones será a la vez condición y garantía imprescindible para que esta política de renovación de los cuadros jamás ponga en riesgo la continuidad del socialismo en Cuba", añadió Castro, según se puede leer en el texto del informe presentado por el presidente al Congreso, publicado por el sitio web 'Cubadebate'.
Pero al mismo tiempo fue crítico con las nuevas generaciones de militantes: “ Hoy afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el partido, el Estado y el gobierno, cuestión que debemos solucionar paulatinamente a lo largo del quinquenio sin precipitaciones ni improvisaciones”.
Vestido con guayabera blanca, el presidente cubano empleó dos horas para presentar su informe central.
También hubo dardos contra los sectores ortodoxos que ponen frenos a los cambios. “Lo único que puede hacer fracasar a la revolución y al socialismo -sostuvo- es la incapacidad para superar los errores ” que se han cometido durante más de cincuenta años. “Lo que aprobemos en este Congreso no puede sufrir la misma suerte, ni lo permitiremos, que los acuerdos de los anteriores (congresos): casi todo olvidado sin haberse cumplido.
Se me cae la cara de vergüenza de tener que confesarlo públicamente ”, lanzó el mandatario.
El cónclave debatirá durante cuatro días el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, documento discutido masivamente desde diciembre pasado en lugares de trabajo, universidades y centros comunitarios.
La reforma, explicó Castro, contempla una significativa reestructuración del Estado, que controló desde los años 60 casi la totalidad de la economía. Allí se incluye la apertura de negocios privados en 178 oficios, reducción de la gigantesca burocracia con el recorte de 1,3 millones de puestos laborales, descentralización agrícola, autogestión empresarial, incremento de los impuestos, atracción de capitales privados y eliminación de subsidios.
Los cambios económicos, advirtió el mandatario casi en tono épico, son irreversibles. Y en una frase final dirigida a los mandos más reaccionarios a las reformas, les aclaró: “ Hay que desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas ”.
Cuadros inexpertos
Agregó Castro que "no pocas lecciones amargas nos han legado los desaciertos sufridos en este ámbito a causa de la falta de rigor y visión que abrieron brechas a la promoción acelerada de cuadros inexpertos e inmaduros a golpe de simulación y oportunismo, actitudes alimentadas también por el erróneo concepto de que para ocupar un cargo de dirección se exigía, como requisito tácito, militar en el Partido o la Juventud Comunista", señaló el mandatario cubano.
Por ello, ha afirmado que hay que abandonar "resueltamente" esta práctica y que salvo para las responsabilidades propias de las organizaciones políticas "la militancia no debe significar una condición vinculante al desempeño de puesto de dirección alguno en el Gobierno o el Estado, sino la preparación para ejercerlos y la disposición de reconocer como suyos la política y el Programa del Partido".
"Los dirigentes no surgen de escuelas ni del amiguismo favorecedor, se hacen en la base, desempeñando la profesión que estudiaron, en contacto con los trabajadores y deben ascender gradualmente a fuerza del liderazgo que sólo otorga ser ejemplo en el sacrificio y los resultados", indicó Castro.
Importancia de la autocrítica
El mandatario consideró que la dirección del PCC, a todos los niveles, "debe hacerse una severa autocrítica y adoptar las medidas necesarias para evitar la reaparición de tales tendencias. Ello, a su vez, es aplicable a la insuficiente sistematicidad y voluntad política para asegurar la promoción a cargos decisorios de mujeres, negros, mestizos y jóvenes, sobre la base del mérito y las condiciones personales", afirmó.
"No haber resuelto este último problema en más de medio siglo es una verdadera vergüenza, que cargaremos en nuestras conciencias durante muchos años, porque sencillamente no hemos sido consecuentes con las incontables orientaciones que desde los primeros días del triunfo revolucionario y a lo largo de los años nos impartió el compañero Fidel (Castro), porque además la solución de esta desproporción formó parte de los acuerdos adoptados por el trascendental Primer Congreso del Partido y los cuatro que le sucedieron y no aseguramos su cumplimiento", ha valorado.
Asimismo, aseguró que asuntos como estos "jamás deberán volverse a guiar por la espontaneidad, sino por la previsión y la más firme intencionalidad política de preservar y perfeccionar el socialismo en Cuba.
Hay que meditar en los viejos y contraproducentes hábitos
En cuanto a la vida interna del país, Castro dijo que hay que meditar en los "efectos contraproducentes de viejos hábitos que nada tienen que ver con el papel de vanguardia de la organización en la sociedad". Entre ellos destacó "la superficialidad y formalismo con que se desarrolla el trabajo político-ideológico, la utilización de métodos y términos anticuados que no toman en cuenta el nivel de instrucción de los militantes y la realización de reuniones excesivamente extensas y con frecuencia dentro de la jornada laboral, que debe ser sagrada".
"Estos criterios son aplicables también a la emulación, movimiento que con los años fue perdiendo su esencia movilizadora de los colectivos obreros, al transformarse en un mecanismo alternativo de distribución de estímulos morales y materiales, no siempre justificados con resultados concretos y que en no pocas ocasiones generó fraudes en la información", agregó.
Asimismo, destacó que para alcanzar esta meta "se hace imprescindible cambiar la mentalidad, dejar de lado el formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones, o lo que es lo mismo, desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías para llegar a las esencias más profundas de las cosas".
Fin de un sueño...hacia el capitalismo puro
Las reformas que se realicen en Cuba en el marco de la "actualización" de su modelo nunca permitirán una concentración de la propiedad que vaya en contra de la esencia del socialismo, advirtió el presidente Raúl Castro. Sin embargo anunció leyes que autorizan a comprar y vender casas y autos y acceder a créditos, para lo cual el Gobierno ya prepara las leyes respectivas.
"Se encuentran en fase avanzada las normativas jurídicas asociadas a la compra-venta de viviendas y de
automóviles", indicó Castro en su discurso de apertura.
El mandatario y segundo secretario del PCC dijo que también se preparan normativas para otorgar créditos bancarios a los trabajadores del sector privado y "a la población en general".
Además, se prevé ampliar los límites dispuestos para la entrega de tierras ociosas en usufructo a los productores agropecuarios que tengan "resultados destacados".
Reiteró que la "actualización económica" requerirá modificaciones en la normativa cubana e incluso ajustes en la Constitución de Cuba que se propondrán "en su debido momento".
Ajustes económicos
El plan de ajustes económicos ha llegado al VI Congreso del PCC tras un proceso de debate ciudadano, con la celebración en los últimos meses de 163.000 asambleas en todo el país en las que han participado un total de 8,9 millones de cubanos.
Según Castro, en ese debate popular el aspecto que levantó más polémica fue la propuesta de eliminación de la cartilla de racionamiento, una medida que su Ejecutivo se ha propuesto implementar de forma ordenada.
Vigente desde 1962, la cartilla entrega a precios simbólicos una serie de productos básicos a los 11,2 millones de habitantes.
Sobre la ampliación del sector privado, aseveró que "está llamado a convertirse en un factor facilitador para la construcción del socialismo en Cuba" que permitirá al Estado "concentrarse" en elevar la eficiencia y "desprenderse" de actividades no estratégicas.
Los delegados del Congreso debatirán una serie de "lineamientos", pero no se incluirán 45 que habían sido propuestos por la población durante un debate previo al acto y están "en abierta contradicción con la esencia del socialismo" pues "abogaron por permitir la concentración de la propiedad", dijo el presidente Raúl Castro.
Cuba conmemora 50 años de la derrota" de EE UU en Girón
Las reformas que se realicen en Cuba en el marco de la "actualización" de su modelo nunca permitirán una concentración de la propiedad que vaya en contra de la esencia del socialismo, advirtió el presidente Raúl Castro. Sin embargo anunció leyes que autorizan a comprar y vender casas y autos y acceder a créditos, para lo cual el Gobierno ya prepara las leyes respectivas.
"Se encuentran en fase avanzada las normativas jurídicas asociadas a la compra-venta de viviendas y de
automóviles", indicó Castro en su discurso de apertura.
El mandatario y segundo secretario del PCC dijo que también se preparan normativas para otorgar créditos bancarios a los trabajadores del sector privado y "a la población en general".
Además, se prevé ampliar los límites dispuestos para la entrega de tierras ociosas en usufructo a los productores agropecuarios que tengan "resultados destacados".
Reiteró que la "actualización económica" requerirá modificaciones en la normativa cubana e incluso ajustes en la Constitución de Cuba que se propondrán "en su debido momento".
Ajustes económicos
El plan de ajustes económicos ha llegado al VI Congreso del PCC tras un proceso de debate ciudadano, con la celebración en los últimos meses de 163.000 asambleas en todo el país en las que han participado un total de 8,9 millones de cubanos.
Según Castro, en ese debate popular el aspecto que levantó más polémica fue la propuesta de eliminación de la cartilla de racionamiento, una medida que su Ejecutivo se ha propuesto implementar de forma ordenada.
Vigente desde 1962, la cartilla entrega a precios simbólicos una serie de productos básicos a los 11,2 millones de habitantes.
Sobre la ampliación del sector privado, aseveró que "está llamado a convertirse en un factor facilitador para la construcción del socialismo en Cuba" que permitirá al Estado "concentrarse" en elevar la eficiencia y "desprenderse" de actividades no estratégicas.
Los delegados del Congreso debatirán una serie de "lineamientos", pero no se incluirán 45 que habían sido propuestos por la población durante un debate previo al acto y están "en abierta contradicción con la esencia del socialismo" pues "abogaron por permitir la concentración de la propiedad", dijo el presidente Raúl Castro.
Cuba conmemora 50 años de la derrota" de EE UU en Girón
Hace ya 50 años, el 17 de abril de 1961, unos 1.500 exiliados cubanos adiestrados y dirigidos por la CIA desembarcaron en Playa Girón, en la Bahía de Cochinos del centro sur de Cuba. Su plan era despejar el camino para la llegada desde Miami de un "gobierno provisional" y que éste reclamara desde Cuba una intervención militar de Estados Unidos.
Pero dicha intervención nunca se produjo. El 19 de abril, las tropas de Castro habían capturado ya a los últimos mercenarios, quienes encontraron una fuerte resistencia al llegar a Cuba.
Lejos de conseguir sus propósitos, la operación destruyó el mito de la invencibilidad de Washington, reforzó a Castro y acercó a Cuba todavía más a la Unión Soviética, recrudeciendo la Guerra Fría.
La invasión de Girón, zona convertida hoy en un importante destino turístico de playa, se produjo apenas dos años después del triunfo de la revolución liderada por Castro, que derrocó al régimen de Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959.
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