En las últimas 24 horas se han producido numerosas dimisiones en el gobierno provisional de Túnez, lo que ha hecho temer en un golpe militar debido a las divisiones internas que se están produciendo.
Uno de los ministros que dimitieron, Ahmed Nayib Chebbi, que ocupaba la cartera de Desarrollo Regional, dijo que se vislumbraba una intervención militar en el país que está lejos de encontrar la estabilidad política. El peligro está en que se produzca un vacío de poder si el gobierno de transición y la oposición no logran llegar a acuerdos sobre la sucesión en el poder.
El político tunecino, líder del Partido Demócrata Progresista (PDP), explicó que el próximo día 17 expira el mandato del presidente interino de Túnez, Fuad Mebaza, y que en las conversaciones que ha mantenido con el nuevo primer ministro, Beyi Said Essebsi, éste le comunicó que por el momento no se ha decidido convocar comicios presidenciales, sino a una asamblea constituyente.
A juicio de Chebbi, esta situación podría conducir "a un vacío de poder" que llevaría al Ejército a asumir la conducción del país mediante un golpe de Estado.
"Tengo miedo de que la revolución de los jazmines (como se conoce al movimiento que el pasado 14 de enero depuso al presidente tunecino, Zine el Abidín Ben Alí) se transforme en un golpe de Estado", afirmó Chebbi.
Además de Chebbi, hoy dimitió el ministro de Educación Superior, Ahmed Ibrahim, del izquierdista Movimiento de Renovación, y ayer, lunes, lo hicieron los titulares de Industria, Aziz Chlabi, y Cooperación Internacional, Mohamed Nuri Yuini, ambos pertenecientes al Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD), el partido de Ben Alí, cuya disolución exigen algunas formaciones de la oposición.
A la dimisión de estos cuatro ministros hay que añadir que el pasado domingo hizo lo propio el jefe del Gobierno, Mohamed Ghanuchi, quien fue incapaz de soportar la enorme presión social que generaba su presencia al frente del Ejecutivo.
Essebsi, de 85 años y estrechamente vinculado a los círculos tradicionales del poder en Túnez (fue ministro de Asuntos Exteriores durante el mandato del padre de la independencia tunecina, Habib Burghiba) tampoco ha sido bien acogido por la oposición, que lo considera como una figura del antiguo régimen sin demasiada capacidad como para encabezar una transición política, informó la agencia efe.
No obstante, parece que el blanco de todas las críticas sigue siendo Ghanuchi, a quien hoy acusó Chebbi de toda la situación de parálisis creada desde la formación del gobierno de transición.
Chebbi culpó directamente a Ghanuchi de"hacer fracasar el gobierno de transición por su forma dubitativa y oscura" de gobernar, agregó la gencia española.
Crece el Partido Islamista En Nahda
Por otro lado, el partido islamista En Nahda (Renacimiento) fue legalizado oficialmente hoy por el ministerio tunecino del Interior, según informaron a EFE fuentes de esta formación.
En Nahda permaneció 23 años en la clandestinidad, todo el tiempo que duró el mandato de Ben Alí (1987-2011) y desde 1991 sufrió una gran campaña de represión, que llevó a la cárcel a muchos de sus dirigentes y militantes y forzó al exilio a muchos otros.
Hace un mes, el líder de En Nahda, Rachid Ghanuchi, llegó a Túnez para participar, según dijo, en el proceso político iniciado tras la revolución que el pasado 14 de enero derribó a Ben Alí.
En Nahda ha anunciado que próximamente convocará un congreso nacional en el que se estudiarán las formas de integrarse de nuevo en la vida política de Túnez.
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