Los últimos levantamientos sociales en los países árabes con opositores que demandan cambios económicos y políticos, porque quieren vivir como en Occidente, no han tenido hasta ahora un desarrollo contundente o más rápido, como ocurrió al comienzo con los casos de Túnez y Egipto.
Los gobernantes que se mantienen en el poder se ven todavía fuertes y resistentes, como los casos de Siria y Libia, donde los rebeldes han tenido que sufrir horribles represiones. La violencia más brutal se observa igualmente en Yemen y Jordania. Sin embargo, en todos estos países no se ve una oposición fuerte que pueda manejar la situación, como se observó por ejemplo en Egipto, donde además estaban en juego los intereses de Estados Unidos en ese país africano como aliado estratégico en el Medio Oriente, especialmente por su situación geográfica.
En Libia, a pesar del apoyo incondicional del presidente francés Nicolás Sarkozy, y el respaldo de las fuerzas militares aliadas que persiguen expulsar al líder libio Muamar Gadafi del país, no se ve una oposición muy coordinada y fuerte, pero si a un dictador todavía militarmente poderoso.
Sin embargo, las fuerzas pro democráticas lograron al fin entrar hoy a la ciudad de Ajdabiya, punto estratégico en el este libio y lo hicieron justamente con la cooperación de aviones de Francia y Gran Bretaña que destruyeron durante la noche las piezas de artillería y los carros blindados del ejército libio que dominaban los accesos a la ciudad. Está por verse si los rebeldes solos serán ahora capaces de mantener la posición. Tras la victoria rebelde, las tropas del dirigente libio, Muamar Gadafi, comenzaron a replegarse a la localidad petrolera de Brega.
Ajdabiya es una ciudad de gran importancia estratégica. Es la entrada a la Cirenaica, la región en poder de los rebeldes desde el inicio de la revolución el pasado 17 de febrero. Controlarla supone reafirmar un dominio del territorio que debe permitir mantener la ofensiva hacia el oeste, hacia Misrata, donde se combate con fuerza, y también Ras Lanuf.
Hace una semana, cuando Francia forzó con sus ataques aéreos la retirada de Gadafi de las afueras de Bengasi, el ejército libio se replegó en torno a Ajdabiya y ahí siguió hasta la última noche.
A primera hora de la mañana, los rebeldes han enviado refuerzos desde Bengasi. Se trata de los voluntarios equipados con armas ligeras en furgonetas sobre las que pueden haber montado una ametralladora. Nada que el ejército libio no pueda liquidar de un plumazo. La aviación aliada, sin embargo, lo mantiene a raya. Anoche destruyó, al menos, cuatro carros blindados apostados en la autovía de circunvalación de Ajdabiya, controlando las entradas principales, así como baterías de cohetes. Eliminadas estas defensas, los rebeldes pudieron entrar en la ciudad, publicó La Vanguardia de Barcelona.
Los rebeldes, muy escasos en armas pesadas, han empezado a exportar petróleo. Un petrolero atracó ayer por la noche en el pantalán de la refinería de Tobruk, que funciona a pleno rendimiento. Esto ha de permitir al Consejo Nacional de Transición, progobierno rebelde, conseguir las divisas necesarias para rearmarse. El bloqueo marítimo que impone la OTAN sólo afecta a los 965 kilómetros de costa bajo control de Gadafi. La Cirenaica, en manos rebeldes, está libre de ese bloqueo.
Las promesas de Gadafi ante la Organización para la Unidad Africana, reunida en Adis Abeba, de que llevará a cabo una reforma política que permita celebrar elecciones libres, ha caído en saco roto en Bengasi, donde la cúpula rebelde ha reiterado que no negociará nada y que su único objetivo es ver a Gadafi fuera del poder.
También hay promesas en Siria
Así como Gadafi promete hacer una reforma política que no tiene acogida en los rebeldes por “ser poco creíble”, como se ha dicho, el presidente sirio Bashar al Assad ha adoptado el mismo camino pero aplicando medidas de inmediato. Por ejemplo decidió subir en un 75% los sueldos de los funcionarios y bajar los impuestos para retomar el control del país.
Los decretos respectivos ya fueron firmados en una medida que beneficiará tanto a empleados temporales como indefinidos, informó la agencia estatal SANA. Al mismo tiempo ordenó reducir los impuestos que pesan sobre estos sueldos. El decreto añade 1.500 libras sirias (22 euros) a todos los salarios. A este aumento hay que añadir un incremento del 30 por ciento sobre las nóminas por debajo de las 10.000 libras (151 euros), y del 20 por ciento para las que se sitúan por encima de esa cantidad. Mientras, el Gobierno fija el salario mínimo para los sectores público y privado y las empresas de participación mixta en 9.765 libras (148 euros). Estos cambios se harán efectivos en abril.
Al Assad también ha ordenado un aumento del 25 por ciento en los sueldos de pensionistas, tanto civiles como militares. Además se les concederá una paga de 1.500 libras. En otro decreto, el presidente establece la reducción progresiva de los impuestos que afectan a todas estas nóminas, y exime de todo tipo de tasas los salarios inferiores a las 10.000 libras sirias. Estas modificaciones también entran en vigor con los sueldos del próximo mes.
El ministro de Finanzas, Mohamad al Husain, explicó que el aumento de salarios y la reducción de impuestos tienen por objeto mejorar el nivel de ingresos de todos los empleados.
Las medidas adoptadas coinciden con un momento de gran tensión en la sociedad siria, a consecuencia de las manifestaciones opositoras y las refriegas con las fuerzas del orden, que ya han dejado un saldo de decenas de muertos.
Jordania: Renuncias en el Comité de Diálogo
Mientras tanto, en Jordania renunciaron ayer al Comité de Diálogo Nacional 16 miembros que decidieron apoyar las protestas. Estos políticos responsabilizan al Gobierno de la muerte de al menos dos manifestantes opositores. El Comité estaba integrado por 53 personalidades políticas.
"Lo que ocurrió no fue un enfrentamiento entre la Juventud del 24 de Marzo y simpatizantes del Gobierno, sino una acción sistemática de parte de las autoridades, que deberían ser responsables de la masacre", dijeron los políticos en un comunicado conjunto.
Al menos dos personas murieron el viernes y unas 120 resultaron heridas, según un recuento de víctimas actualizado hoy, cuando la policía intervino durante un choque entre grupos políticos rivales en una céntrica plaza de Ammán, según fuentes oficiales.
Pero los activistas de la oposición, que crearon el jueves el movimiento Juventud del 24 de Marzo, dijeron que fueron atacados tanto por los policías como por los simpatizantes del Gobierno, que desde la noche del jueves les estaban hostigando a pedradas.
Se trató de los incidentes más violentos desde que hace varias semanas comenzaron las protestas políticas contra el Gobierno jordano, al calor de las revueltas de Túnez y Egipto.
Entre los firmantes de la renuncia se encuentra el secretario general del izquierdista Partido de Unidad Popular, Said Thiab, y el secretario general del Partido Comunista de Jordania, Munir Hamarneh.
El Comité para el Diálogo Nacional fue creado por el primer ministro jordano, Maruf Bajit, el pasado 13 de marzo, con el fin de analizar las peticiones políticas que han surgido durante las manifestaciones de las últimas semanas. Las protestas buscan presionar para que haya reformas constitucionales, se limiten los poderes del rey, quede disuelta la cámara baja del Parlamento (la única elegida por voto popular) y haya nuevos comicios parlamentarios.
Los principales grupos de la oposición, los Hermanos Musulmanes y su brazo político, el Frente de Acción Islámica (FAI), ya habían rechazado participar en este comité porque en su agenda no se incluían las reformas constitucionales que se están pidiendo.
Entre los 53 miembros originales del comité había representantes moderados de los Hermanos Musulmanes y del FAI, pero nunca llegaron a participar en las reuniones. Anoche, Bajit acusó a los grupos islámicos de fomentar la protestas políticas y "recibir instrucciones de Egipto y Siria", y les advirtió que "dejen de jugar con fuego".
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