Por Krohne Archiv
La presidente argentina Cristina Kirchner espera arrasar en las primeras elecciones primarias para las presidenciales que se efectuarán el próximo domingo y así también lo dicen las encuestas, aunque dependerá mucho de la cantidad de electores que acuda a las urnas, porque hay indecisos que esperan que se defina el panorama para decidirse por entre el kirchnerismo y la oposición.
En todo caso, según la consultora Managment, en las elecciones del 23 de octubre, Cristina Kirchner ganaría en primera vuelta y duplicaría al segundo, el radical Ricardo Alfonsin, según un sondeo que difundió hoy el diario Perfil de Buenos Aires.
Según esta consulta, con la proyección de los indecisos, la fórmula K obtendría el 41 por ciento de los votos contra el 19,6 por ciento que lograría la alianza Unión para el Desarrollo Social (conformada por Francisco de Narváez y Ricardo Alfonsín para repartir los candidatos a intendente según la posición dominante de cada fuerza en los distintos distritos bonaerenses. Ricardo Alfonsín postula a la Presidencia de Argentina, mientras Francisco de Narváez es candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires).
En este escenario, el Gobierno nacional cumpliría con el requisito de la Ley Electoral que establece un piso de 40 puntos y una diferencia de diez sobre el rival para retener la Casa Rosada evitando un balotage.
Según la encuesta, en un tercer lugar, más lejos, aparece Eduardo Duhalde, del Frente Popular, con un 14,3 por ciento. Otros tres candidatos sacan entre 5 y 7 puntos. Se trata de Elisa Carrió (5,1%), el socialista Hermes Binner (7,1%) y el peronista federal, Alberto Rodríguez Saá (7,2%). Los votos en blanco alcanzan el 4 por ciento y por otros candidatos se inclinan el 1,7 por ciento de los encuestados.
Las elecciones a Gobernadores
Ayer en Córdoba resultó reelegido gobernador, por tercera vez, José Manuel de la Sota, de la Unión por Córdoba, con un 42,48 por ciento de los votos, derrotando a Luis Jerez del Frente Cívico, que obtuvo 29,68 por ciento y en tercer lugar quedó el radical Oscar Aguad con 22,85%.
Pero el resultado no fue tan problemático para el oficialismo porque allí no llevó candidato propio. Distinto fue en Santa Fé, el 24 de julio, donde el candidato oficialista Agustín Rossi, del Frente Santa Fe para Todos, obtuvo sólo el 22,2 por ciento de los sufragios, quedando en tercer puesto. Arrasó en las urnas Antonio Bonfatti del Frente Progresista con 38,7 por ciento y quedó segundo Miguel del Sel, de la Unión Pro, con 35,2 por ciento. Santa Fe significó para Cristina Kirchner una dolorosa derrota.
Si ayer en Córdoba hubiera ganado Luis Jerez del Frente Cívico, hubiese significado que había un crecimiento importante del socialista y candidato presidencial Hermes Binner y su partido Frente Amplio Progresista a nivel nacional, lo que podría haber significado un grado más o menos importante de preocupación para la kirchnerismo. Pero no fue así .
Ya el triunfo de Mauricio Macri como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires significó ya un dolor de cabeza grande para Cristina, especialmente después de siete elecciones provinciales adelantadas donde el kirchnerismo ganó la mayoría. ¿Se trató la de Buenos Aires de una elección o fenómeno particular que no indicó una tendencia nacional?
Aunque la historia muestra que los bonaerenses suelen votar en contra de la tendencia electoral nacional, sin que ello altere su predominio, la influencia de las derrotas del kirchnerismo en Santa Fe y la ausencia de un postulante kirchnerista ayer en Córdoba, serían de una influencia relativa para las primarias del domingo.
El conflicto histórico entre el interior y Buenos Aires y las derrotas electorales que tuvieron en la Capital los grandes líderes políticos nacionales lo confirman. Desde que la reforma constitucional de 1994 estableciera el voto directo para elegir al jefe de gobierno, el candidato Menem fue derrotado por De la Rúa en la primera elección y Kirchner por Macri en 2007.
Históricamente, también en la Ciudad de Buenos Aires ha sido el distrito cuyo electorado se ubicaba por lo general a la izquierda de la tendencia nacional, aunque ahora, con el reciente triunfo de Mauricio Macri ha sucedido a la inversa. El candidato derechista y empresario derrotó al postulante kirchnerista (hoy cristinismo), Daniel Filmus, pero en este caso hablamos del alcalde de la capital federal, es decir de un político-empresario que tiene un gran arrastre electoral y que supera las fronteras provinciales.
Situación del clima electoral
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Ricardo Alfonsín |
Esto da para pensar que el clima pre-electoral argentino está un poco enrarezido. El kirchnerismo en Buenos Aires tendría que haber ganado para hacer posible que la capital se alineara con el modelo nacional, pero los electores bonaerenses eligieron un camino distinto. En esta forma, la historia dice que lo sucedido en la ciudad capital no anticipa lo que sucederá el 23 de octubre en la elección presidencial. El domingo, como dijimos, dependerá fundamentalmente del interés que muestren los electores por acercarse a las urnas. Por lo demás las elecciones anticipadas crean más bien un clima político, pero no adelantan resultados, dicen algunos analistas bonaerenses. Por otra parte, se sabía ya de antemano que los resultados en Santa Fe y Córdoba iban a ser desfavorables para el oficialismo. Sin embargo, se señala igualmente que si el kirchnerismo llega a las internas abiertas del domingo con tres derrotas seguidas en distritos grandes, el clima político a favor de la oposición podría crecer.
Los distritos de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba representan el 25 por ciento de los 40 millones de habitantes del país, lo que tanto los resultados positivos como los negativos para la Presidenta podrían influir en el “humor de los votantes".
Casi 2,5 millones de cordobeses estuvieron ayer habilitados para elegir gobernador y vice, 44 diputados provinciales, un legislador por departamento y un presidente del Tribunal de Cuentas. Además, en cerca de 200 municipios, se votaron nuevos intendentes (alcaldes).
El candidato triunfante es peronista, pero no cristinista, José Manuel de la Sota, quien ya había gobernado la provincia entre 1999 y 2007. Anoche le advirtió al kirchnerismo: "Cuenten con Córdoba para unir y no para dividir".
La prensa bonaerense destacó hoy el hecho de que anoche el kirchnerismo o cristinismo trató de aporovecharse del triunfo de De la Sota, cuando una agrupación kirchnerista cordobesa, liderada por Ricardo Moreno, candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria, se quiso sumar al festejo portando banderas con las imagenes de Néstor Kirchner y de la presidenta Cristina Fernández y al grito de "Cristina y De la Sota, un solo corazón". Militantes de De la Sota, que antes habían cantado "Y ya lo ve, y ya lo ve, para Cristina que lo mira por TV" intentaron evitar el ingreso de los seguidores K lo que produjo algunos forcejeos. Afortunadamente los cruces no prosperaron y la calma se apoderó de la escena minutos después.