4-6-2014-KRADIARIO-Nº900
.
CHINA PROYECTA UNA LARGA SOMBRA SOBRE AMÉRICA LATINA
Por Jill Richardson (*)
.
En los últimos 15 años, China pasó de ser un socio económico
relativamente menor de América Latina a ocupar la primera posición en la
balanza comercial de algunas de las mayores economías de la región.
.
En muchos casos, China desbancó a Estados Unidos de lo que
Washington consideraba su propio patio trasero. En su conjunto, las
exportaciones latinoamericanas a China crecieron considerablemente a partir del
año 2000, con una expansión anual promedio de 23 por ciento.
.
Sin embargo, este cuadro relativamente optimista oculta el
hecho de que en los últimos años ese porcentaje se redujo precipitadamente. En
2012 el crecimiento de las exportaciones a China bajó a 7,2 por ciento.
.
Gran parte de la contracción se puede atribuir a la caída de
los precios de las materias primas. Aunque las exportaciones latinoamericanas a
China crecen en volumen, la volatilidad de los precios permitió el
estancamiento de su valor, cuando no su caída.
.
América Latina tiene una fuerte dependencia de la
exportación de sus materias primas a China y esto hizo que la región sea
vulnerable a las fluctuaciones de precios. Más de 50 por ciento de sus envíos
al exterior se limitan a tres sectores: el cobre, el hierro y la soja.
.
Esta falta de diversificación genera un conjunto de
problemas, ya que los precios del cobre y del hierro cayeron en un porcentaje
de dos dígitos en los últimos años, mientras los valores de la soja comenzaron
a estancarse.
.
Además, estos tres principales productos de exportación se
concentran en Argentina, Brasil y Chile, lo que revela también la falta de
diversificación regional en las ventas a China.
.
Por el contrario, las exportaciones chinas a América Latina
crecen tanto en volumen como en valor, sobre todo debido a la diversidad y a la
naturaleza relativamente especializada de los productos exportados, en su
mayoría provenientes del sector manufacturero, con un fuerte énfasis en la
electrónica y los vehículos.
.
Estas industrias, en comparación con las materias primas,
son mucho menos propensas a la volatilidad de los precios.
.
La consecuencia de esta tendencia es el déficit comercial
que se abrió paso entre América Latina y China desde 2011. Aunque el volumen de
las exportaciones latinoamericanas va en aumento, la naturaleza fundamental de
sus productos socava el crecimiento y genera un problema en la balanza de
pagos.
.
Mientras los precios de los productos básicos sigan a la
baja, esta tendencia se mantendrá a lo largo de 2014.
.
A medida que China continúe superando a Estados Unidos como
el principal socio comercial de América Latina, la influencia de Washington en
la región podría menguar.
.
Es probable que la política exterior de la región se rija en
el futuro próximo por la mayor dependencia de la demanda china por los
productos básicos de exportación latinoamericanos.
.
China ya empleó su peso económico para disminuir la
influencia política de Taiwán en América Latina.
.
Los nacionalistas chinos ven al pequeño estado insular como
una extensión rebelde del territorio chino. Por eso los gobiernos chinos han
procurado limitar todo apoyo internacional a la independencia de Taiwán.
.
Si la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Corte
Penal Internacional alguna vez tratan el asunto, Beijing ya tiene asegurado el
respaldo de casi todos los países latinoamericanos.
.
Algunos de los países de tradición de izquierda en la región
se arriman a China por razones políticas, ya que la ven como una alternativa a
la hegemonía de Estados Unidos, pero quizás más significativamente es que lo
hagan por razones económicas.
.
Naciones productoras de petróleo – como Venezuela, Brasil y
Ecuador – son enormemente dependientes de la economía china, y Beijing ejerce
gran influencia en ellos por este motivo. En consecuencia, tienden a seguir el
liderazgo chino en el escenario diplomático internacional.
.
De hecho, un reciente estudio concluyó que cuanto mayor sea
el comercio de un país con China, más propenso estará a votar a favor de
Beijing en la ONU.
.
Eso limitará la capacidad internacional para indagar en la
situación de derechos humanos china, y podría significar una gran ayuda para
aquellos países en conflicto que reciben el apoyo de Beijing, pero no el de
Washington.
.
En última instancia, a medida que China continúa la
expansión de su influencia política y económica en América Latina, es posible
que Washington se sienta cada vez más ajeno en lo que otrora calificaba como
“el patio trasero de Estados Unidos”.
.
(*) - Jill Richardson es investigadora en comunicaciones de
la Iniciativa de Gobernanza Económica Mundial de la Universidad de Boston y
colaboradora de Foreign Policy In Focus. Actualmente realiza una maestría en
Relaciones Internacionales y Comunicación. Este artículo apareció por primera
vez en Foreign Policy in Focus. Publicado por IPS y Other News
No hay comentarios.:
Publicar un comentario