19-6-2014-KRADIARIO-N°902
EL DISCURSO DEL NUEVO REY DE ESPAÑA
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Felipe VI pronunció este jueves un extenso discurso tras su proclamación como nuevo rey de España en el que ha defendido la unidad de la nación dentro de su diversidad, la utilidad de la Corona, de la Monarquía parlamentaria, y ha apuntado los retos del futuro, entre los que ha citado la necesidad de regenerar la vida política, las instituciones del Estado y mejorar la confianza de los ciudadanos y su bienestar, en especial el de los castigados por la crisis económica. Sin hacer mención específica a una eventual reforma constitucional o a la cuestión catalana, el monarca ha señalado que "en esa España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos".
Según Felipe, "caben todos los sentimientos y
sensibilidades, las distintas formas de sentirse español", porque
"los sentimientos, más aún en los tiempos de la construcción europea, no
deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir
y compartir".
En su discurso, el nuevo Rey ha apelado al valor de la
diversidad de las culturas española. Si bien, el parlamento ha sido por entero
en castellano, al término ha agradecido la atención en las otras tres lenguas:
castellano, catalán y euskera. Además, el discurso contenía referencias varios
a autores como Cervantes. Pero sin duda, una de las referencias más
interesantes en este capítulo fue el referido a las lenguas cooficiales, para
las que pidió "un especial respeto y protección", "pues las
lenguas constituyen las vías naturales de acceso al conocimiento de los pueblos
y son a la vez los puentes para el diálogo de todos los españoles". Y
"así lo han considerado y reclamado tanto señeros como Machado, Espriu,
Aresti y Castelao".
El monarca apuesta por "revitalizar cada día" la
convivencia, "con el ejercicio individual y colectivo del respeto mutuo y
el aprecio por los logros recíprocos". "Trabajemos todos
juntos", ha animado, "hagámoslo con lealtad, en torno a los nuevos
objetivos comunes que nos plantea el siglo XXI", porque "una nación
no es sólo su historia, es también un proyecto integrador, sentido y compartido
por todos, que mire hacia el futuro", ha destacado.
"Monarquía renovada para un tiempo nuevo"
Felipe VI también se ha referido a la institución que él
representa, la Corona, de la que ha destacado su independencia y su utilidad a
la hora de representar y buscar "la cercanía con los ciudadanos". En
un momento en el que también el debate de monarquía o república se extiende
entre la sociedad, el nuevo Rey ha prometido "hacer honor al
juramento" que acababa de pronunciar y ha expresado su deseo de que
"encontrarán en mí a un jefe del Estado leal y dispuesto a escuchar, a
comprender, advertir y aconsejar", así como a "defender siempre los
intereses generales".
En este sentido, ha destacado que la monarquía todavía puede
seguir prestando "un servicio fundamental" a España, eso sí,
"una monarquía renovada para un tiempo nuevo". Pero la tarea de la
Corona tiene los límites de "su neutralidad política y su vocación
integradora" ante las diferentes opciones ideológicas", si bien es
precisamente este carácter el que le permitirá "contribuir a la
estabilidad de nuestro sistema político" y a facilitar el equilibrio entre
los órganos constitucionales y territoriales, ha asegurado.
El monarca también ha expresado su voluntad de ser un
referente de la "ejemplaridad" que, "con toda razón"
demandan los ciudadanos, y en el deseo de ganarse "el respeto y
confianza" de los ciudadanos ha asegurado que velará por "preservar
el prestigio de la institución", con una "conducta íntegra, honesta y
transparente".
Empieza el reinado de un "Rey constitucional", al
que accede de acuerdo con la Constitución refrendada por los españoles y que es
la norma suprema "hace ya más de 35 años". En esta línea, ha
proclamado la "independencia de la Corona", su "neutralidad
política" y su "vocación integradora" ante las diferentes
opciones ideológicas, que le permiten contribuir a "la estabilidad de
nuestro sistema político y a facilitar "el equilibrio con los demás
órganos constitucionales y territoriales".
El Rey ha señalado ser consciente "desde siempre"
de que la monarquía parlamentaria debe estar abierta y comprometida con la
sociedad a la que sirve". Por ello, habló de "cercanía con los
ciudadanos" para saber ganarse su "aprecio, respeto y
confianza". Todo ello, velando por la "dignidad de la
institución", preservando "su prestigio" y observando una
conducta "íntegra, honesta y transparente". Ha admitido que sólo de
esta manera, la monarquía se hará acreedora de la "autoridad moral
necesaria" para ejercer sus funciones. "Hoy más que nunca, los
ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren
-y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública", ha enfatizado para
añadir acto seguido que el Rey, "a la cabeza del Estado, tiene que ser no
sólo un referente , si no también un servidor de esa justa y legítima
exigencia".
"Tenemos un gran país, somos una gran nación, confiemos
en ella"
También ha subrayado que "tenemos un gran país; somos
una gran nación, creamos y confiemos en ella". "Decía Cervantes en
boca de Don Quijote: 'no es un hombre más que otro si no hace más que otro', ha
indicado el nuevo Rey al terminar su discurso en el que ha recalcado que aspira
a "una monarquía renovada para un tiempo nuevo", según la versión publicada por La Vanguardia de Barcelona.
Otro de los últimos mensajes de su discurso ha sido para
agradecer a los españoles "el apoyo y el cariño" que en tantas
ocasiones ha recibido y reiterar su esperanza en el futuro de España y su fe en
la sociedad española, a la que ha calificado como una "sociedad madura y
vital, responsable y solidaria".
En este punto, el Rey ha resaltado el "deber
moral" de proteger a las familias vulnerables ante la crisis, de luchar
contra la crisis económica y sus consecuencias y de proteger a las familias que
se encuentran en una situación vulnerable como consecuencia de la misma, además
de transmitir un "mensaje de esperanza" a los ciudadanos. Así, don
Felipe ha dedicado unas palabras a "todos aquellos ciudadanos a los que el
rigor de la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su
dignidad como personas". Con ellos, los poderes públicos tienen "el
deber moral de trabajar para revertir esta situación y el deber ciudadano de
ofrecer protección a las personas y a las familias más vulnerables", ha
subrayado.
Asimismo, ha subrayado "la obligación de transmitir un
mensaje de esperanza, especialmente a los jóvenes, de que la solución de sus
problemas y en particular la obtención de un empleo, sea una prioridad para la
sociedad y para el Estado". Para mejorar la situación del país, el Rey ha
abogado por "renunciar al conformismo y a la resignación", compartir
una "visión renovada" de los intereses y objetivos comunes y
adaptarse a la realidad de cada tiempo, porque "los grandes avances de
España" se han producido cuando se actuado de esa manera, publicó La Vanguardia.
Recuerda a las víctimas del terrorismo
Ha tenido un recuerdo especial para las víctimas del
terrorismo, en el que ha defendido que la victoria del Estado de Derecho es
"el mejor reconocimiento a la dignidad que merecen. Ha defendido que en la
mirada al "pasado" de España, que ha abogado que se haga "sin
nostalgia" y con "un gran respeto" hacia su historia, deben
estar "siempre presentes, con un inmenso respeto también, todos aquellos
que, víctimas de la violencia terrorista, perdieron su vida o sufrieron por
defender nuestra libertad". "Su recuerdo permanecerá en nuestra
memoria y en nuestro corazón", ha continuado don Felipe, tras ser
interrumpido por los aplausos del Hemiciclo. El Rey ha añadido que la victoria
del Estado de Derecho y el "mayor afecto" de los españoles es
"el mejor reconocimiento a la dignidad que merecen.
Retos de futuro
En el capítulo de los retos para el futuro, Felipe VI ha
nombrado la innovación, la ciencia y la investigación y el desarrollo, así como
las relaciones con los países iberoamericanos e incluso el medio ambiente.
"El siglo XXI, el siglo también del medio ambiente, deberá ser aquel en el
que los valores humanísticos y éticos necesitamos recuperar y mantener,
contribuyan a eliminar las discriminaciones, afiancen el papel de la mujer y
promuevan aún más la paz y la cooperación internacional", ha indicado.
Para finalizar, don Felipe se ha dirigido a los españoles
para expresarles su deseo de honrarles: "Yo me siento orgulloso de los
españoles y nada me honraría más que, con mi trabajo y esfuerzo de cada día,
los españoles pudieran sentirse orgullosos de su nuevo Rey", ha
finalizado.
Jura como Rey
En un acto solemne equivalente al de la Coronación, don
Felipe, con la mano derecha sobre la Carta Magna, ha prestado juramento “de
desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y
las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades
Autónomas”.
Don Felipe ha entrado en el hemiciclo, donde para el acto
laico de la coronación frente a los diputados y senadores. Al evento han sido
invitadas 160 personas entre representantes de las instituciones del Estado,
presidentes autonómicos, los expresidentes del Gobierno y los ponentes de la
Constitución Perez Llorca, Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.
El presidente del Congreso, Jesús Posada, se ha dirigido al
futuro Rey, en un breve parlamento. A sus pies, sobre un túmulo, estarán la
corona y el cetro, símbolos de la monarquía española. El rey Felipe VI estaba
acompañado por la Familia Real, excepto por su padre el rey don Juan Carlos,
que decidió no asistir para no restar protagonismo a su hijo. Así, don Felipe
estuvo acompañado de Doña Letizia y sus hijas, Leonor (Princesa de Asturias) y
Sofía.
Tras el acto protocolario, sonó el himno nacional, que
precedió al discurso que Don Felipe ha dirigido al Congreso de los Diputados,
en su primer parlamento como Rey de España y, hasta la fecha, el más importante
de su vida.
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