23-6-2014 -KRADIARIO- N°903
COLUMNA SEMANAL DE PSICOLOGÍA FAMILIAR
Por Jessika Krohne
www.psicologiaglobal.cl
La felicidad hoy en día es
distinta; ya no hablamos de una felicidad romántica como la conocíamos antes,
una felicidad que dependía de la persona que uno tenía al lado y de los
acontecimientos que uno estaba viviendo en ese momento.
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Lipovetsky, el gran autor de los fenómenos sociológicos y escritor de "La era del vacío" que analizó y de alguna forma predijo el postmodernismo en el siglo pasado, es la nueva era que estamos viviendo en los tiempos actuales. En su último libro describe una felicidad paradójica que depende total y absolutamente del consumismo y que él también denomina el hiperconsumo.
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"El vivir mejor se ha convertido en una pasión de masas. Hemos entrado en una nueva etapa del capitalismo: hemos entrado en la sociedad del hiperconsumo. Nace un Homo consumericus de tercer tipo, un turboconsumidor desatado, con gustos imprevisibles, al acecho de experiencias emocionales nuevas y de mayor bienestar, de calidad de vida y de salud, de marcas y de autenticidad, de inmediatez y de comunicación.
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El espíritu de consumo ha conseguido infiltrarse hasta las relaciones con la familia y la religión, con la cultura y el tiempo disponible. Pero estos placeres privados descubren una felicidad herida: jamás el individuo contemporáneo ha alcanzado tal grado de desamparo."
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Es cierto, nos estamos convirtiendo en esclavos de los créditos y de los bancos, para tratar de adquirir más cosas y tener los equipos más actualizados en tecnología y poder competir con nuestros pares. Pareciera que el consumo es la nueva y única felicidad. Especialmente en nuestro país se puede apreciar ese fenómeno y no deja de ser un tema de preocupación.
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Cada vez se construyen más malls. Hay más centros comerciales que plazas y la gente disfruta ir de shopping en su tiempo libre. Atrás ha quedado la vida al aire libre, los pic nic con la familia, los juegos en los vecindarios entre los niños del barrio y la vida tranquila en casa.
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Tras la modernidad vino la postmodernidad pero tras esta estamos ya en la hiper modernidad: Una vida mucho más acelerada, rápida, cibernética y donde el tiempo se nos hace escaso, porque no alcanzamos a hacer tantas cosas en un día como hacíamos antes, ya que el whatsapp y las páginas sociales nos mantienen "ocupados" gran parte de un día, por lo que el tiempo se nos pasa volando. No nos damos espacios para detenernos, reflexionar, compartir con nuestros seres más queridos o simplemente disfrutar del ocio. Ya no nos permitimos esos espacios de no hacer nada.
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Tenemos que estar siempre y permanentemente con algo en las manos sino nos aburrimos y ese aburrimiento asusta y no queremos vivirlo. Es por eso que no nos damos cuenta cómo pasan los minutos, los días y los meses y nos asombramos cuando llegamos nuevamente al final de un año. Vivimos en un aceleramiento constante y no logramos disfrutar de las cosas simples. Me pregunto qué viene después de esto y si volveremos a retroceder en algún momento de la vida.
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Lipovetsky, el gran autor de los fenómenos sociológicos y escritor de "La era del vacío" que analizó y de alguna forma predijo el postmodernismo en el siglo pasado, es la nueva era que estamos viviendo en los tiempos actuales. En su último libro describe una felicidad paradójica que depende total y absolutamente del consumismo y que él también denomina el hiperconsumo.
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"El vivir mejor se ha convertido en una pasión de masas. Hemos entrado en una nueva etapa del capitalismo: hemos entrado en la sociedad del hiperconsumo. Nace un Homo consumericus de tercer tipo, un turboconsumidor desatado, con gustos imprevisibles, al acecho de experiencias emocionales nuevas y de mayor bienestar, de calidad de vida y de salud, de marcas y de autenticidad, de inmediatez y de comunicación.
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El espíritu de consumo ha conseguido infiltrarse hasta las relaciones con la familia y la religión, con la cultura y el tiempo disponible. Pero estos placeres privados descubren una felicidad herida: jamás el individuo contemporáneo ha alcanzado tal grado de desamparo."
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Es cierto, nos estamos convirtiendo en esclavos de los créditos y de los bancos, para tratar de adquirir más cosas y tener los equipos más actualizados en tecnología y poder competir con nuestros pares. Pareciera que el consumo es la nueva y única felicidad. Especialmente en nuestro país se puede apreciar ese fenómeno y no deja de ser un tema de preocupación.
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Cada vez se construyen más malls. Hay más centros comerciales que plazas y la gente disfruta ir de shopping en su tiempo libre. Atrás ha quedado la vida al aire libre, los pic nic con la familia, los juegos en los vecindarios entre los niños del barrio y la vida tranquila en casa.
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Tras la modernidad vino la postmodernidad pero tras esta estamos ya en la hiper modernidad: Una vida mucho más acelerada, rápida, cibernética y donde el tiempo se nos hace escaso, porque no alcanzamos a hacer tantas cosas en un día como hacíamos antes, ya que el whatsapp y las páginas sociales nos mantienen "ocupados" gran parte de un día, por lo que el tiempo se nos pasa volando. No nos damos espacios para detenernos, reflexionar, compartir con nuestros seres más queridos o simplemente disfrutar del ocio. Ya no nos permitimos esos espacios de no hacer nada.
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Tenemos que estar siempre y permanentemente con algo en las manos sino nos aburrimos y ese aburrimiento asusta y no queremos vivirlo. Es por eso que no nos damos cuenta cómo pasan los minutos, los días y los meses y nos asombramos cuando llegamos nuevamente al final de un año. Vivimos en un aceleramiento constante y no logramos disfrutar de las cosas simples. Me pregunto qué viene después de esto y si volveremos a retroceder en algún momento de la vida.
Estimada Jessika,
ResponderBorrarMuy acertado artículo, la vida está demasiado acelerada, no nos damos ni cuenta como pasan los días y semanas, ya no hay tiempo para disfrutar la vida en familia.
Saludos ... El Seguidor del Gurú
Muchas gracias por el comentario. Es verdad la vida está demasiado acelerada, es por esto que nosotros tenemos que proponernos como meta crear espacio de reflexión y organizar espacios con nuestra familia nuclear.
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