¿QUÉ ES LO QUE QUIERE WALKER?
El presidente de la DC Ignacio Walker viene
tomando protagonismo por sus pataleos respecto al “sagrado programa” de
la señora Bachelet. Programa que él mismo firmó, apoyó y predicó. Pero, al
parecer, le sucedió lo que acontece a muchos parlamentarios y políticos de hoy,
es decir no leyeron lo que firmaron y afirman conocer, entonces caen luego en
la cuenta que no están de acuerdo con el
meollo del asunto. Claro que para no parecer tan abandonados, simplemente dicen
que apoyan lo sustantivo pero que no
están de acuerdo con algunos aspectos.
Zaldívar las emprende, por otro lado, contra la reforma tributaria. Bueno, todos sabemos que Zaldívar
es más empresario de derecha antes que político progresista; además sabemos que
le tiene sangre en el ojo a la misia Presidenta, por lo que le aconteció en su
frustrado paso por el ministerio del interior. Claro que hace ocho años de
esto, pero el hombre es pequeño de estatura pero largo de memoria, y no olvida.
La cosa es que la DC se está luciendo. También aparece el
señor Cornejo advirtiendo que no está de acuerdo en estatizar toda la educación
en Chile. Como si el programa hablara de eso. Tampoco ha leído el “sagrado
programa” o no se atreve a llamar a Eyzaguirre por teléfono para preguntarle
cuáles son sus aviesas intenciones, si es que acaso pretende reeditar la ENU.
Entonces se contenta con lanzar ese gruñido “urbi et orbe”, como para marcar
territorio, para decir….”Oye, aquí estoy… ¿ya?”.
Es que la DC debe tener enormes presiones internas. Imagine
que son casi todos aficionados al ósculo arzobispal y la Iglesia Católica está
defendiendo su coroto con uñas y muelas; además las familias connotadas del
partido están metidas en el negocio de la educación privada, con lucro y todo.
Entonces la chilladera interna debe ser estruendosa. Y como el pobre de Walker tampoco está muy
contento al lado del PC, imagino que por razones ideológicas, puesto que por razones de clase, no creo: Teiller no es
tan apuesto como Walker pero tampoco tiene pinta de primate o “humanoide”, como
les llamaba el almirante de triste memoria.
Entonces los intereses enquistados en la DC están sacando
las castañas con la mano del pobre Walker, quien hace sus más gesticulantes
esfuerzos para salir del paso con algo ingenioso, aunque para nada divertido.
Se le ocurren frases como esa de que “la lealtad no significa obsecuencia”.
¡Imagine usted! Las lealtades o son
obsecuentes o no se juran…O, si no, preguntele al sacerdote cuando se casa usted
por la Iglesia. Por lo menos su mujer se
lo va a exigir… Además, debe recordar que Bachelet es mujer, por tanto también
se lo va a exigir: consecuencia y
obsecuencia.
Pero, bueno, también hay parlamentarios como Pizarro que no
le gusta el giro conservador de Walker, y en eso debe haber una multitud de
camaradas que no les hace gracia el desplante reconcomiado de Walker.
Algo debe pasar en ese partido…No puede seguir gimiendo
sobre la leche derramada, pues ya sabemos en qué termina el cuento de la pobre
lechera.
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