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lunes, 11 de julio de 2011

La paz social en China estaría en peligro por la inflación con fuerte incremento en los precios por importación de alimentos

China esta en problemas muy serios desde el punto de vista macroeconómico: Por un lado tiene que combatir la creciente inflación y  por otro no puede frenar demasiado la economía pues un "aterrizaje forzoso" de la segunda economía del mundo podría debilitar el despegue de la coyuntura mundial.

Y esto ocurre justo en un momento en el que no se ve el fin de la crisis por la deuda en algunos países del euro y también en el que la economía en Estados Unidos no termina de tomar impulso, dijo hoy la agencia dpa en un análisis sobre el problema de China.

El inesperado aumento de la inflación en China a un 6,4 por ciento interanual en junio, el más elevado en tres años, dificulta los esfuerzos del banco central del gigante asiático.

Según los expertos, los pronósticos de un crecimiento del 9,7 por ciento en el primer trimestre ya se ha reducido a 9,3. El principal problema actual es la presión de la inflación que sigue siendo fuerte y no cede. La canasta básica creció en junio un 7,1 por ciento en comparación con el mismo mes el año pasado, con lo que para el futuro inmediato se espera un aumento de los precios al consumo. Especialmente delicado resulta la explosión de los precios de los alimentos, que en junio llegaron a subir un 14,4 por ciento temiendo la  cúpula comunista china por la paz social.

Carestía de los alimentos

"Todo estará más caro", lamentan muchos chinos. Y ese enojo crece porque hay menos dinero en el bolsillo. En la actualidad hay que pagar un 39 por ciento más por los alimentos que hace un año y por la carne de cerdo, una de las más consumidas del país, incluso un 57 por ciento. Y aquí reside la fuerza que empuja al alza la inflación. Los alimentos constituyen un tercio de los productos escogidos para elaborar el índice de los precios al consumo.

A la vez que la situación en el país ha ido mejorando, los chinos han ido incorporando un mayor consumo de carne y productos lácteos en su dieta, lo que ha hecho aumentar la demanda, pero la oferta no es suficiente.

La mayoría de cerdos son criados en pequeñas granjas y cuando en 2009 los precios de la carne de cerdo cayeron, muchos agricultores sacrificaron a los cochinillos porque ya no les salía rentable criarlos. Ello ha derivado en que ahora, un año y medio más tarde, haya escasez de carne de cerdo. También los costes han aumentado: En la industria se pagan salarios más altos y por ello las exigencias de que aumenten los beneficios en la agricultura creen.

Ahora el país más poblado del planeta tiene que salir a comprar al mercado mundial para poder dar de comer a su población, que supera los mil millones de personas.

La semana pasada, China adquirió en Estados Unidos 540 toneladas de maíz, más de lo que los expertos estadounidenses habían calculado para todo el año. China, no obstante, es el segundo productor de maíz del mundo.

La falta de la carne de cerdo, que empuja al alza la inflación, está provocada en parte por el freno a los créditos, que en teoría deberían combatir la inflación.

La consecuencia de ello es que muchos mataderos no tiene suficiente dinero para comprar la carne a los ganaderos, lo que conduce a una escasez. La política monetaria más restrictiva que se está aplicando está destruyendo muchas empresas.

Y además van a seguir subiendo las tasas de interés. Desde octubre pasado, el banco central ha subido la tasa de interés en cinco ocasiones, nueve veces la exigencias de reservas mínimas de los bancos para conseguir liquidez. Ya queda poco margen de actuación.

Aunque muchos expertos confían en que la subida de precios se modere en la segunda mitad del año, muchos coinciden en señalar que la presión inflacionaria sigue siendo "grande", tal como el banco central advertía ya la semana pasada, dijo dpa en un análisis.

El comercio exterior

Mientras tanto el crecimiento de las importaciones en China se redujo en junio a su ritmo más lento en 20 meses, lo que supone una nueva prueba del amplio impacto del endurecimiento de la política monetaria sobre la economía, al tiempo que la ampliación del superávit comercial indica que las entradas de capital seguirán suponiendo un desafío para las autoridades.

El notable frenazo en las importaciones de junio, que mostraron un avance del 19,3 por ciento frente al aumento del 28,4 por ciento de mayo, podría aumentar la preocupación de los inversores sobre la rapidez de ralentización de la segunda economía mundial.

En su conjunto, el comercio exterior de China alcanzó en junio los 301.690 millones de dólares, con un incremento del 18,5 por ciento interanual, informó la gencia efe.

Sin embargo, a pesar del dato de junio, el superávit comercial del primer semestre del año se redujo en un 18,2 por ciento, comparado con el mismo periodo de 2010, hasta los 44.930 millones de dólares, agregó la egencia española.

Durante ese periodo, el volumen total de comercio exterior chino alcanzó los 1,7 billones de dólares, con un incremento del 25,8 por ciento interanual, en el que las exportaciones crecieron un 24 por ciento hasta los 874.300 millones de dólares, y las importaciones un 27,6 por ciento hasta los 829.370 millones de dólares.

No obstante, el dato llega después de conocerse un máximo de inflación en junio de tres años, por lo que los analistas interpretaron el aumento en el superávit comercial como una señal de que China podría verse forzada a subir aún más los tipos de interés para contener los precios y combatir las entradas de capital.

"El superávit comercial aumentó en junio", dijo Liu Li-Gang, economista de ANZ. "Se puede interpretar que la moderación en el crecimiento de las exportaciones y las importaciones no es suficiente para impedir que el Gobierno endurezca más la política monetaria".

Según informaciones de hoy, este superávit comercial aumentó en junio un récord de 22.270 millones de dólares (15.600 millones de euros), frente a los 13.050 millones de dólares registrados en mayo, informó hoy la Administración General de Aduanas de China.

La diferencia entre exportaciones e importaciones en la segunda potencia económica se acentuó en junio después de que las primeras avanzaran un 17,9 por ciento hasta alcanzar otro récord mensual, con 161.980 millones de dólares, lo que supuso, 1,5 puntos porcentuales por debajo del 19,4 por ciento registrado en mayo.

"El enorme superávit comercial significa que el banco central seguirá observando grandes entradas de capital, de manera que es improbable que haga una pausa en el curso de la política monetaria", coinciden los analistas. Agregan que el crecimiento resultante será más lento que el avance de dos dígitos de años pasados, pero hay poco riesgo de un aterrizaje brusco.

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