Con sus escasos 320 mil habitantes, su condición de país nórdico, aislado de la dinámica continental, Islandia ha iniciado en los últimos días una experiencia que puede revolucionar no sólo la política sino el uso de las redes sociales y del internet: la elaboración de su nueva Constitución, a partir de la intervención directa de los ciudadanos vía la web.
Islandia viene de una crisis económica profunda que tocó fondo en 2008. En 2010 se eligieron a los 25 miembros del Consejo Constitucional, de un total de 522 candidatos voluntarios, que no fueron propuestos por partidos políticos. El objetivo es escribir una nueva Constitución. Y los 25 electos decidieron utilizar Facebook, Twitter, redes sociales, en general, para informar y consultar los contenidos del borrador de este texto. Esta experiencia es el resultado del descrédito generalizado de la clase política frente a la crisis y buscar un nuevo pacto con los islandeses.
“Redactar una Constitución es como coser. El hilo debe aguantar. Si cortas el hilo a la mitad, todo el trabajo se pierde”, declaró Eirikur Bergman, uno de los 25 integrantes del Consejo Constitucional.
La revolución de las redes sociales |
“Creo que es la primera vez en que básicamente se hace el borrador de una Constitución en internet”, comentó otro miembro del Consejo, Thorvaldur Gylfason. Por estas razones, algunos comentaristas la llaman la Constitución del Facebook, ya que dos terceras partes de los 320 mil habitantes tienen acceso a esta red social. Más importante es que el 90 por ciento de los islandeses cuentan con acceso a banda ancha en internet, un logro que se ve muy lejano aún en países como México, donde menos del 11 por ciento de los habitantes tiene acceso a banda ancha.
Las sesiones del Consejo Constitucional se transmiten en directo a través de su página web. Los ciudadanos pueden seguir de manera simultánea las deliberaciones y participar en los foros nacionales. De hecho, surgió un informe previo de 700 páginas que se entregó a los 25 integrantes del Consejo y que surgió en las redes sociales.
Por poner un ejemplo del impacto de este método: en el nuevo artículo sobre derecho a la información, la Constitución de Islandia considera que éste es un derecho de todos los ciudadanos, no sólo de los periodistas.
“Todos tendrán derecho a acceder a cualquier información pública, a menos que una ley obligue a mantener su secreto con razones de peso”, advierte el borrador del anteproyecto.
También se plantea un sistema electoral proporcional. Cada ciudadano puede elegir a candidatos de una o más listas. Cuando el Parlamento discuta una ley, se tendrá que convocar a un referéndum para convalidarla si lo reclama el 10 por ciento del censo electoral.
El anteproyecto de la Constitución debe estar listo a finales de julio. Luego pasará al Parlamento y después se someterá a referéndum. Desde ahora, la participación en las redes sociales augura un nuevo modelo de constitucionalismo digital.
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