El líder Muammar Gadafi ordenó hoy una contraofensiva con la que busca recuperar parte del oriente del país, ocupado por los rebeldes que a esta altura ya gobiernan con una administración paralela a la del hombre que se niega a abandonar el poder. En esa misma línea, advirtió que combatirá “hasta el último hombre y la última mujer”. Pero, simultáneamente, insistió en negar que existan problemas internos en Libia y en afirmar que no puede renunciar porque no es presidente sino “un símbolo del pueblo”.
En su tercera intervención en televisión desde que se inició la violenta represión contra los manifestantes opositores hace quince días en Libia, trasmitida en directo por la cadena de televisión qatarí Al Yazira, Gadafi ha asegurado que "el mundo no entiende cómo funciona el sistema libio, donde el poder reside en las manos del pueblo", en referencia a que él como "líder de la revolución" es el depositario de la confianza de su pueblo.
"El mundo debe saber que en nuestro sistema yo no soy el presidente, por lo que no puedo dimitir, pero lo que sí vuelvo a decir es que ni dimitiré ni voy a rendirme", subrayó en su discurso al celebrar junto a sus más estrechos colaboradores los 34 años del gobierno popular y 42 años en el poder.
Tropas fieles al gobernante afirmaron hoy haber reconquistado la terminal petrolera de Marsa Bregal, a 800 kilómetros de Trípoli. Y según canales de TV, las fuerzas leales a Gadafi recuperaron también el control de las ciudades noroccidentales de Gharyan y Sabratha, cerca de la capital.
Advirtió que combatirá la rebelión “hasta el último hombre y la última mujer” hasta el de insistir en que es mentira que en el país haya manifestaciones en su contra o problemas internos.
Dijo que el mundo no entiende la “democracia directa” de su país, esbozada en su “libro verde”. "El sistema libio pertenece al pueblo y nadie puede ir contra la autoridad del pueblo. La gente es libre de elegir. Gadafi no es un presidente que pueda renunciar y ni siquiera tiene un Congreso que disolver. Los extranjeros quieren que Gadafi renuncie. Pero, ¿a qué? Gadafi es el símbolo del pueblo libio y el pueblo libio lo entiende así”, expresó hablando de sí mismo en tercera persona en un discurso en el que varias veces repitió: “Hermanos, celebremos, Alá, Muammar, Libia”.
Afirmó luego que “la mayoría del pueblo libio me apoya a mi y apoya mi revolución verde en beneficio de todo el pueblo libio”
"Le he pedido al Ejército libio que no dispare contra los manifestantes opositores, pero éstos deben saber, lo que han impuesto su poder en las ciudades de Bengasi o de otras ocupadas en el este del país, que serán perseguidos con todas las fuerzas de nuestro sistema si no deponen su actitud", añadió el líder libio o el “perro rabioso” como le decía el ex presidente estadounidense Ronald Reagan.
Muchos asistentes al discurso de Gadafi sujetaban en sus manos el Libro Verde, base de la revolución de Gadafi, y que es una mezcla de los movimientos socialistas que inspiraron a los guerrilleros latinoamericanos para combatir la opresión de los campesinos y los más pobres con una interpretación más personal del Islam.
En su discurso, Gadafi también ha criticado duramente a la comunidad internacional por debatir si interviene o no militarmente en el país y ha defendido que la mayoría de "las plantas petrolíferas y de gas del país siguen en manos del pueblo y de nuestro gobierno", ha asegurado Gadafi.
Tras afirmar que su sueldo mensual era de 465 dinares libios (el equivalente a 275 euros), señaló que "metemos los dedos en los ojos de quienes duden de que Libia está gobernada por nadie más que su pueblo", dijo ante los aplausos de una audiencia mostrada por la televisión libia, en referencia a su sistema de "democracia directa" que subrayó en su manifiesto político, el libro Verde.
"Vamos a seguir controlando el petróleo y el gas que pertenece al territorio de Libia y no nos vamos a dejar dominar por las potencias internacionales como Italia y Estados Unidos que intentan quitarnos lo que es propio de nuestro país y de nuestro pueblo", añadió el dictador.
Gadafi calificó además de "acto terrorista" la presión de la comunidad internacional para reclamar el fin de su mandato.
Al mismo tiempo en que se produce la intervención de Gadafi en Trípoli, miles de personas contrarias al régimen reclaman que Gadafi deje el poder, incluso que se vaya del país. En las imágenes que ha distribuido la televisión qatarí Al Yazira, se pueden ver a miles de oponentes con banderas libias rebeldes (franjas negra, roja y verde con la media luna en blanco en el centro del estandarte) manifestándo y pidiendo la dimisión de Gadafi.
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