Si bien, para la ministra Camila Vallejo la situación de la
criminalidad chilena, al parecer, no sería comparable a la situación de países
vecinos o más cercanos, donde sí sería peor, nos damos cuenta de pronto que la
visión del oficialismo en esta materia es muy diferente a la realidad.
Este es un tema que lo
viven los ciudadanos comunes a diario en Chile. Son los que deben salir día a
día a trabajar sin saber si van a poder regresar sanos y salvos otra vez a
casa.
La situación de la
inseguridad es horrorosa por todas partes y lamentablemente las estadísticas
suben y suben y lo peor es que frente a los balances actuales de muertos y heridos
no se vislumbra un arreglo ni a corto ni a mediano plazo.
Sólo en los últimos días ¿cuantas víctimas fatales se
han registrado en Chile? ¿Diez, veinte,
treinta o más? La última semana hubo cuatro menores muertos en un solo evento
violentista.
NECESITAMOS URGENTE EN CHILE UN SERVICIO DE INTELIGENCIA
Y lo más grave es que la
violencia extrema se ha asociado al narcotráfico y al crimen organizado y simplemente
ya nadie está en condiciones de responder. Carabineros está debilitado y las
mismas mafias se han encargado de desprestigiarla como institución. Muy
similar es el caso de la PDI. Ambas entidades ya no cuentan con medios
suficiente ni tampoco con el personal necesario y más adecuado para combatir al
crimen organizado. Para que hablar de los fiscales con investigaciones débiles
y erróneas. Y para peor es un Chile con cárceles repletas y desde donde los
jefes de bandas criminales pasan sus días dirigiendo al
crimen organizado en la mayoría de las ciudades chilenas. En otras palabras, todo el sistema de seguridad chileno marcha mal y está por los suelos.
Y más encima
la ministra vocera asegura que el país no está "en los niveles de
inseguridad que se viven en el contexto internacional, particularmente en la
región”. Cuando ella hablaba, las estadísticas de muertos iban subiendo en
Chile: En Quilicura cuatro adolescentes abatidos a balazos tras participar en el
cumpleaños de su abuela. El más joven de
las víctimas tenía 13 años.
“Estamos a
tiempo todavía de tomar cartas en el asunto para frenar esta situación”, sostuvo la ministra, agregando
que “estas cosas que están sucediendo no nos llaman solamente a preocuparnos,
sino que a ocuparnos”. Parecen palabras bonitas y bien dichas, pero muy poco
productivas.
Según la
Fiscalía Nacional se avanza cero. En la madrugada del lunes 8 de julio, un niño de ocho años murió de un disparo en el
tórax. Estaba en su departamento en Bajos de Mena, uno de los sectores más
vulnerables del municipio de Puente Alto, en la zona sur de Santiago. El caso
refleja la violencia
urbana por la que atraviesa Chile,
empujada en gran parte por el avance del crimen
organizado, en un país donde el porte
ilegal de armas de fuego ha ido en aumento: el niño falleció como consecuencia
de un balazo disparado por su hermano de 14 años.con un arma que había encontrado botada en la calle ¿es o no es un drama? Claro
que sí. ”Una tragedia sin precedentes” definida así por el fiscal Sergio Soto
Yáñez.
Según datos
de la Fiscalía Nacional, los homicidios en Chile en contra de menores pasaron
de 45, registrados en 2016, a 66 en 2023, lo que representa un incremento del
47% en ocho años, dijo el Ministerio Público.
Según el
último Informe Estadístico de Homicidios Responsabilidad Penal Adolescente del
Ministerio Público, “en términos comparativos tanto adultos como NNA [niños,
niñas y adolescentes] presentaron estabilidad en su tasa entre los años 2016 y
2019″. Sin embargo, el mayor salto se produjo en 2022, cuando por primera vez
se superó los 50 casos de víctimas menores de edad. La mayoría de las muertes
ocurrieron en el contexto de una “actividad delictiva” que, de acuerdo con el
documento, agrupa las categorías de disparos por “bala loca”, homicidio
relacionado con grupos delictivos organizados o pandillas y ataques por
desconocidos sin aparente provocación.
Hace unos
días, el fiscal nacional, Ángel Valencia, admitió a El Mercurio que “la
preocupación pública, evidente”, respecto de la cantidad de homicidios de los
que están siendo víctimas niños, niñas y adolescentes, “tiene sustento en la
realidad”. Y lamentó que si en 2022 hubo 54 casos, “en 2023 pasamos a 66″, una
situación que, en un año “representa un alza en la tasa de cerca del 20%”.
“El Gobierno debe intervenir”
Comparado
con otros países de América Latina, Chile mantiene uno de los índices de
asesinatos más bajos. Sin embargo, existe una preocupación porque la tasa de
homicidios, que abarca a víctimas de todas las edades, subió de 4,5 por cada
100.000 habitantes, en 2018, a 6,3% en 2023.
Para Anuar Quesille, Defensor de la Niñez de Chile,
el aumento de los delitos de mayor complejidad, donde convive la violencia
entre bandas dedicadas al tráfico de drogas que disputan territorios, es una
realidad. “Hay un alza del crimen organizado, siendo éste un fenómeno que
durante los últimos años se ha expandido, con una especial repercusión en el
espacio público y que impacta fuertemente a la niñez y la adolescencia”, dijo a
EL PAÍS.
Quesille,
abogado, explica que la expansión del crimen organizado –un fenómeno mundial–
se desarrolla en contextos de inexistencia o baja calidad de políticas
públicas. “Esto no sólo ocurre en materia de prevención y posterior persecución
eficiente del delito, sino de políticas públicas, en general, donde el Estado
se encuentra ausente, generando exclusión social y territorial. Esto transforma
el pertenecer a bandas delictuales en la única alternativa y expectativa de
vida para muchos niños, niñas y adolescentes”, dijo.
En marzo,
el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en
inglés) condenó los “reiterados hechos de violencia en contra de niños, niñas y
adolescentes”, en el contexto del asesinato de un adolescente, de 13 años, y de
otros dos menores que resultaron heridos por tiros en Chile. La organización
internacional mencionó que la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional,
CASEN 2022, que lidera el ministerio de Desarrollo Social, indicó que un 43%
(53% para el caso de la Región Metropolitana) de los hogares con menores en el
país han vivido o presenciado balaceras en su entorno residencial.
Los
principales mecanismos mediante los cuales se comete homicidios en Chile son
las armas de fuego (52,3%) y objetos cortopunzantes (31%), según un informe
elaborado por el Centro para la Prevención de Homicidios y Delitos Violentos de
la Subsecretaría de Prevención del Delito, presentado en abril de 2024.
Este
porcentaje también es similar en el caso de los menores. El Ministerio de Salud
reportó 38 muertes de niños, niñas y adolescentes ocasionadas por lesiones con
armas de fuego en 2023, lo que representa más de la mitad de los casos. No
obstante, el año con mayor número de homicidios por este tipo de armamento fue
2022: un total de 47, según un estudio del Observatorio de Derechos de la
Defensoría de la Niñez.
En este
sentido, Quesille dice que no se puede normalizar la violencia: “El Gobierno
debe intervenir, ya que es un desafío importante que deben enfrentar. En la
política pública de seguridad, que está pronta a aprobarse, se debe incorporar
la visión de la protección integral de niños, niñas y adolescentes,
especialmente desde la prevención y podría ser la instancia para evaluar el
acceso a las armas de fuego”.
HOY OTRA MASACRE
Durante la tarde de este martes,
Carabineros entregó detalles sobre la masacre ocurrida en la comuna de
Lampa, donde al menos cinco personas fallecieron. El
teniente coronel Gabriel Villanueva explicó que el incidente se reportó
alrededor de las 13:00 horas, tras recibir llamados al nivel 133 alertando
sobre una situación anómala en una parcela.
Según Villanueva, en la
parcela se había desarrollado una fiesta, principalmente con personas
extranjeras, cuando un altercado resultó en cinco fallecidos (cuatro hombres y
una mujer). Seis personas fueron detenidas, dos de ellas con impactos
balísticos. Villanueva añadió que los fallecidos serían mayores de edad y de
nacionalidad extranjera, aunque no se han dado más detalles sobre sus
identidades.