El derrocado dictador de Siria, Bashar Al Asad, fue recibido en Venezuela con honores por el gobernante Hugo Chávez, quien no solo le otorgó la réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar, sino que además llegó a considerarlo como “uno de los grandes libertadores del mundo”. Luego la relación se hizo más intensa aún bajo Maduro.
En julio de 2010, Chávez recibió a Al Asad en el Palacio de Miraflores de Caracas, 16 días después de haberse convertido, sin oponentes, en el presidente de Siria, tras la muerte de su padre Hafez Assad, de un ataque cardíaco, luego de 29 años en el poder del país árabe.
Durante la
ceremonia, según testimonio audiovisual, Chávez habló de la necesidad de
fortalecer los lazos entre Venezuela y Siria, y elogió a Al Asad como líder
comprometido con la soberanía de su nación.
Hace unos días,
Nicolás Maduro afirmó que el régimen de Venezuela apoyaba a Siria en su
"lucha contra el terrorismo y sus países patrocinadores", tras
señalar que el objetivo de Occidente era debilitar el poderío de Al Asad.
La invitación de
Al Asad a Venezuela por Hugo Chávez ocurrió en el contexto de delinear
objetivos comunes.
Por una parte,
la política exterior venezolana apuntaba a posiciones críticas hacia Estados
Unidos, lo que favorecía la alianza con Siria, un país de Oriente Próximo
adversario de la nación norteamericana por su influencia en la región del Medio
Oriente.
Pero, además,
los dos países tenían gobiernos de “mano dura” contra sus opositores, al
extremo de ser cuestionados por violaciones de los derechos humanos.
Al Asad cayó
este domingo (Leer en KRADIARIO), tras una guerra civil de 13 años con opositores rebeldes que
buscaron acabar con un régimen que ocasionó cientos de miles de muertos y
torturas, por lo que es señalado de crímenes de lesa humanidad por
organizaciones globales de derechos humanos.
Se encuentra
asilado en Rusia junto a su familia, tras haber abandonado el país.
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