Estados Unidos-la crisis por Trump
DONALD
TRUMP EL DÍA DESPUÉS: “SÍ HE PENSADO MUCHO EN VOLAR POR LOS AIRES LA CASA BLANCA” (MADONNA)
Por Rafael Luis Gumucio Rivas
Las manifestaciones de rechazo al ahora
Presidente de Estados Unidos tuvieron una masividad y diversidad muy superior a
la pronosticada: no sólo se llevaron a efecto en las principales ciudades
norteamericanos, sino que también abarcaron sesenta países del mundo. Las
mujeres, con gorras rosadas, querían mostrar el simbolismo de su poder
femenino.
El discurso de Madonna fue franco,
sencillo y claro incluyendo, incluso, algunas palabras procaces, como el
fuckyou y otras por el estilo, especialmente dirigidas a quienes dudaban de la
capacidad de organización y de la capacidad de la oposición al sexismo
y machismo del prepotente multimillonario. Madona decía frases tan fuertes como
“siento vergüenza de ser norteamericana”. “Estamos jodidos”. Trump es un tipo
tóxico”. “La revolución comienza aquí y
es una revolución del amor”. “No tenemos miedo, no estamos solas”.
Por twitter, Trump respondió a la protesta:
“miré las protestas de ayer, pero tuve la impresión de que acabamos de tener
elecciones. ¿Por qué esta gente no votó? Las celebridades han hecho mucho daño
a su causa”. Posteriormente, tal vez mejor asesorado, corrigió afirmando que “los manifestantes hacían uso del derecho
constitucional y demostraban la vitalidad de la democracia norteamericana”.
Los periodistas, desde su campaña, se han
convertido en el blanco predilecto de Trump, incluso, niega el derecho a
preguntar a los reporteros de algunos Diarios – entre ellos CNN, por haber
difundido la actuación de Trump y sus prostitutas rusas-. Ahora está indignado
porque los medios de comunicación han difundido la pobre convocatoria a la toma
de posesión de Trump, comparada con la de Barack Obama - que tuvo más de un
millón ochocientas mil personas -, la de Clinton – ochocientas mil personas –
incluso, la de Bush Jr.–trescientas mil -.
El primer día de su gobierno, lo dedicó a
dialogar con la C.I.A., institución con la que había tenido muchos desencuentros y conflictos a causa de las
filtraciones sobre intervención rusa en la campaña electoral en favor de Trump y,
posteriormente, por las escenas de las trabajadoras sexuales rusas, destruyendo
la cama donde habían dormido Barack Obama y su mujer.
El gabinete de Trump se caracteriza por
integrarlo una mayoría de hombres blancos y, además, millonarios, incluidos
algunos militares en retiro. Si buscamos un símil en Chile, tendríamos que
recurrir al gabinete del millonario Sebastián Piñera, quien designó a solo
gerentes de empresas, a quienes entregó un pen drive con las instrucciones
pertinentes para cada cartera.
En el gabinete de Trump destacan Rex Tillerson,
secretario de Estado, que viene de la gerencia de ExonMovil; del Tesoro, Steven
Mnuchin, de GolmanSach; en Defensa, el militar en retiro, James Mattis, con el
alias de “perro rabioso”; En ese selecto grupo de colaboradores cercanos sólo
hay una mujer y un afroamericano , ningún latino.
Cuesta diferenciar las frases del
discurso de Trump con las de Hitler, quien en 1933, en el balcón de la
Cancillería, decía: “un pueblo, un país, un líder”. Trump es un verdadero
megalómano y de un narcisismo ilimitado, pero que quiere identificarse con el
pueblo estadounidense, parangonando al “Rey Sol”, “el pueblo soy yo y como
Dios, lo conduciré a la tierra prometida”, en el caso de Trump, a una
Norteamérica grande y poderosa, a la riqueza y al pleno empleo…
Vale la pena recordar, en este caso, la
frase de Max Weber cuando se refiere a la mezcla entre religión y política: “Quien
busque la salvación de su alma y de otras almas, no busque el camino de la
política, que tiene otras tareas muy distintas”.
Aunque el término populismo es difuso y
confuso, y se aplica a conceptos históricos y épocas muy distintas, creo que
más poder aplicárselo a Trump, que no tiene nada que ver con Domingo Perón o
con Getulio Vargas, por ejemplo, podríamos visualizar a Trump como una
experiencia de ultraderecha, que logra engatusar a sectores marginados de la
sociedad, a desempleados, a campesinos y a una clase media desesperanzada, que
buscan en este líder su salvación.
Si osáramos comparar a Trump con Hitler o
Mussolini, tendríamos que considerar que las épocas y los contextos históricos
son muy distintos: los dos primeros eran expansionistas, mientras que Trump
sigue el aislacionismo clásico norteamericanoque repite la frase “América para
los americanos”.
Donald Trump está demostrando que está
dispuesto a cumplir su programa a pesar del descontento de gran parte de la
población, incluso, de los que podrían ser sus aliados. Hoy lunes, 23 de enero,
desahució sin más trámite que una orden ejecutiva, el TPP, (Tratado de
Transpacífico); (según mi parecer, no es una mala idea, pues dicho tratado
desfavorecería a la clase trabajadora chilena). En la tarde de hoy se reuniría
con los líderes del Congreso para iniciar la abolición del programa de salud
“Obamacare”, obra estrella del Presidente saliente, que dejaría a millones de
ciudadanos norteamericanos sin protección de salud.
Trump también está decido a conversar con
el líder republicano de la Cámara de Representantes para lograr acuerdo en la
aprobación de fondos destinados a comenzar la construcción del muro, en la
frontera con México.Trump pretende dialogar con el Presidente de México,
Enrique Peña Nieto y el con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, a fin
de reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el NAFTA.
Hasta ahora, México es el país más
perjudicado con la asunción de Trump al poder, pues a pocos días de este acto,
el Presidente Trump amenazó a las empresas automotrices Ford, General Motors y
Toyota con un impuesto del 35% si se instalaban en México, que las hizo
desistir de sus proyectos.
El Presidente Peña Nieto está en el pick
de impopularidad ante su pueblo, que lo percibe como un entreguista al
imperialismo norteamericano. La primera entrevista entre el Presidente y el
candidato Trump demostró cuán débil y limitado es el actual Presidente de
México; ahora propone al mandatario estadounidense un diálogo, para el 31 de
enero, en la Casa Blanca, con el fin de tratar el tema de la inmigración en
condiciones de igualdad entre dos Estados. En su discurso de hoy, 23 de enero,
Peña Nieto propuso una serie de objetivos que debieran cumplirse en dicho
encuentro, y definió una línea intermedia entre el conflicto y la sumisión.
Es difícil creer en este arranque de
dignidad del desprestigiado Presidente, Peña Nieto que, hasta ahora, el gobierno del PRI ha mostrado altos grados de
corrupción y servilismo ante el imperialismo norteamericano.
México ha sido siempre solidario con la
suerte de los perseguidos políticos: fue refugio de los republicanos españoles
y, posteriormente, durante elmandato de Luis Echeverría, fue tierra de refugio
de los demócratas chilenos, durante la dictadura de Pinochet – incluso, la
familia del Presidente mártir -. Es cierto que la dictadura perfecta del PRI,
autoritaria en el interior, fue muy abierta al exterior.
Hay que ser muy ingenuo para creer que
las instituciones norteamericanas van a moderar los impulsos fascistoides, xenófobosy racistas del magnate
norteamericano, ahora en el poder. Asistimos a una ofensiva de ultraderecha,
que coincide con el derrumbe de la democracia formal, con el agravante de una
izquierda pasiva y desorientada.
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