30-1-2014-KRADIARIO-885
ANÁLISIS "SIN MALA ONDA" SOBRE EL GABINETE DE BACHELET
Por Walter Krohne
No se ve por donde el nuevo
equipo gobernante encabezado por la presidenta Michelle Bachelet pueda hacer aportes contundentes para cambiar
el rumbo que lleva el país, especialmente en los aspectos educacional,
sanitario, jubilaciones, ingresos y regulaciones del modelo frente al
neoliberalismo y a la Constitución.
Las declaraciones que han entregado algunos
integrantes del equipo, tanto de ministros como de subsecretarios, no han sido
muy explícitas en cuanto a los pasos que van a dar o intentarán dar para “cambiar
el país de todos”, como dijeron en la campaña. No se ve un esquema
verdaderamente “revolucionario”, en el buen sentido de la palabra, sino que más
bien “tibiamente reformista”.
Si hablamos
de las relaciones exteriores no escuchamos al futuro ministro Heraldo Muñoz,
una figura destacada en el campo internacional, decir en una entrevista en Chilevisión, hasta qué punto se va a poder realizar el ansiado cambio
estructural que requiere desde hace tiempo la Cancillería chilena, como ha
quedado demostrado en los últimos años con pobres resultados en la región
latinoamericana, especialmente en lo que atañe a los países limítrofes.
Con
Bolivia, por ejemplo, no se trata de volver a conversar sobre los ya famosos 13
puntos, donde se incluye el deseo marítimo del vecino país, especialmente
cuando las posibilidades bolivianas de lograr una salida soberana al Océano
Pacífico se han hecho mucho más difíciles tras el veredicto del tribunal de la
Haya. Cualquier movida concreta en este sentido deberá contar con la venia expresa
del Gobierno de Perú, lo que con la obtención el lunes por parte de este país de
un triángulo exterior, pasadas las 80 millas marítimas del dominio chileno, la
fijación de una franja para Bolivia aparece como muy difícil, aun existiendo
buenas intenciones para concretarla.
Chile en este sentido debe
dar respuestas claras y no seguir dialogando por años sobre un asunto que no
tiene futuro por las razones dadas y que sólo fomentan una ilusión entre los
bolivianos que es difícil de cumplir. Peor aún la disposición del Presidente Evo
Morales de llegar hasta las últimas consecuencias en el Tribunal de La Haya a
fin de obligar a Chile a negociar con Bolivia
una salida al mar. La repetición de su demanda en forma majadera no es tampoco
el camino a seguir, ya que además de ser molesta y a veces hasta insultante, impide que las relaciones se desarrollen por
otras vías, como la económica o la cooperación permanente entre naciones.
En
otras palabras, Chile necesita urgentemente plantearse una sólida doctrina en su política exterior, imitando a Brasil y al mismo Perú, donde queden firmes los
objetivos centrales de este estado-nación. Un hombre de la calidad de Heraldo
Muñoz puede hacerlo con creces, pero hasta el momento no ha dado ninguna indicación
de que este sea un camino plausible.
.
En el futuro equipo de Gobierno hay, en otros sectores, puntos débiles que pueden llegar a
causarle serios problemas de conducción política a la Mandataria electa. Se especula por ejemplo sobre una supuesta debilidad e inexperiencia que
caracterizaría al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, uno de los “tres
mosqueteros” de Bachelet. Sin embargo, con mucha habilidad se eligió en esta
Secretaría como subsecretario a Mahmud Aleuy Peña y Lilo, considerado un
político avezado y muy capaz, lo que permitiría poder compensar la “debilidad”
del titular de la cartera, especialmente en una etapa en que las movilizaciones sociales podrían
duplicarse por el descontento que afecta a una gran parte de la población por
las injusticias que plantea a todas luces el modelo económico. Un gobierno
socialista o de centro izquierda no podrá salir tan fácilmente a las calles
para aplastar con fuerzas de choque este tipo de manifestaciones que, también
se producirán con más fuerza en la Araucanía, donde existe un problema social y
de reivindicaciones difícil de resolver.
.
Más o menos lo mismo se
ve en el sector del Trabajo, donde hay innumerables puntos que resolver. Es
necesario impulsar una gran reforma laboral que fomente la sindicalización de
los trabajadores, termine con el multirut y mejore los salarios que en algunos
casos son paupérrimos.
.
Pero
hay algo más preocupante aún y que se refiere a que ni la futura nueva ministra del
Trabajo, Javiera Blanco ni el subsecretario Francisco Javier Díaz Verdugo son especialistas en el
área, sino que ambos son abogados especialistas en otros temas. Según la
prensa, Blanco es más experta en temas ciudadanos que laborales.
.
Para algunos economistas, algunos de derecha, Blanco aparece como una incógnita, ya que si
bien ha tenido mucha figuración pública y cargos relativamente importantes, no
tiene conocimiento técnico en el ámbito del mercado del trabajo.
Algo similar
ocurre en educación, una de las áreas neurálgicas del futuro gobierno, donde
hay dos economistas y ninguno es experto en el tema. Esta secretaría es
encabezada por el ingeniero comercial Nicolás Eyzaguirre, ex ministro de Hacienda
que tuvo participación en la decisión del controvertido y draconiano crédito
con aval del Estado bajo el Gobierno de Ricardo Lagos Escobar. Es acompañado en
calidad de subsecretaria por la también ingeniera comercial Claudia Peirano
Rodríguez, quien es criticada por algunos sectores de Nueva Mayoría de ser
partidaria del lucro y de estar vinculada directa o indirectamente con una “cadena”
de colegios subvencionados. Es decir, si esto tiene fundamento se trataría de una futura
funcionaria totalmente contraria al modelo educacional gratuito que pretende
implantar la presidenta electa.
.
Pero como en todas las cosas de la vida, todo lo que hay no es todo malo.
Para los expertos lo mejor de este gabinete es el equipo económico, lo que deja
conforme a los empresarios e inversionistas, pero no a la sociedad trabajadora chilena
o a la clase media que persiguen cambios en el modelo neoliberal.
.
Este equipo estará liderado por Alberto Arenas como nuevo ministro de
Hacienda, secundado por Alejandro Micco como subsecretario de la cartera; Luis
Felipe Céspedes en Economía, con Katia Trusich de subsecretaria; y el único punto de
duda es el de Javiera Blanco como titular de Trabajo, con Francisco Javier Díaz
como subsecretario.
.
Las ventajas que tiene este equipo es la experiencia anterior en la
administración pública, especialmente en el caso de Arenas, Céspedes y
Micco y dentro de ella está la calidad en el manejo político que también lo han
aprendido en terreno. Quiza Arenas será el ministro de Hacienda con mayor
manejo político en mucho tiempo.
.
En todo caso las dudas frente al equipo económico, según los expertos, están
relacionadas con la forma de trabajo que tendrá el futuro Gobierno que será
distinto al período 2006-2009 en el cual la Presidenta entregó mucha
independencia a sus ministros, como fue el caso del ministro de Hacienda Andrés
Velasco. Esta vez no será así, ya que aparte del secretismo fomentado por el ministro vocero Álvaro Elizalde, estará vigente también la norma ineludible de que ante cualquier
medida a adoptar deberá tener el criterio presidencial, terminando así con la autonomía. Quizá esta
norma pueda convertirse en un talón de Aquiles para la nueva administración.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario