RAÚL CASTRO: EL INVITADO MÁS POLÉMICO DE LA CELAC
“Aunque la prensa especula sobre las consecuencias para Cuba que tendría la muerte de Fidel Castro, la persona más relevante en el sistema cubano es su hermano menor, Raúl. Por no ser un hombre carismático, él ha sido subestimado, pero es un político hábil y con una base grande en el partido Comunista y las FF AA.
Como lo indica la promoción reciente de dirigentes más jóvenes al Buró Político, Raúl está jugando un papel más importante que su hermano en la decisión de quienes sucederán a la generación histórica de la revolución”
Así lo afirma Arturo López Levi, politólogo cubano radicado en Denver, Colorado, coautor junto a Harlan Abrahns, de "Raúl Castro and the new Cuba, una radiografía del personaje en cuestión".
Para él, esa imagen de eterno segundón que han intentado hacer de Raúl sus adversarios, no se condice con la realidad. Y tal vez le concedería algo de verdad a una frase muy respetada en Cuba: “Sin Fidel, Raúl Castro no sería nadie, pero sin Raúl la Revolución Cubana no sería la misma”. Para empezar, basta saber que Raúl fue comunista mucho antes que Fidel, y como afiliado al partido Socialista Popular participó en 1953, en Viena, en un Congreso Mundial de la Juventud.
Quinto de los siete hijos del matrimonio formado por Angel Castro y Lina Ruz, se crió en las plantaciones de caña de azúcar de su padre y luego se educó con los jesuitas. Según el periodista español Vicente Botín, que le dedicó una biografía: “Raúl Castro: La pulga que cabalgó al tigre”, tuvo una adolescencia alborotada en la que se dedicó a la parranda y a las peleas de gallos. Pero el 26 de julio de 1953, fecha en que asaltó el Cuartel Moncada con otros jóvenes, ya pensaba en cosas serias.
Gracias a la intercesión del obispo de La Habana, se libró de las represalias, y en mayo de 1955 fue liberado. Se va a México y retorna a la isla en el yate Granma, a fines de 1956, donde la dotación original de 80 guerrilleros queda reducida a 14 en poco tiempo, por lo que se refugian en la Sierra Maestra (bajo el mando de su hermano Fidel). El resto es conocido: la insurrección se hace fuerte en las montañas, hasta el triunfo de la revolución , en enero de 1959.
Junto a su hermano fue uno de los integrantes del Movimiento 26 de Julio, el cual llevó a cabo el asalto al Cuartel de Moncada el 26 de julio de 1953 en la ciudad de Santiago de Cuba. En la foto aparece en la Sierra Maestra con el Ché Guevara. |
El Ejército Rebelde se convierte en las FAR y Raúl es nombrado, en 1976, primer vicepresidente del Consejo de Estado, el segundo puesto en importancia. Sucesor constitucional de Fidel, en julio de 2006 se anuncia que su hermano asumiría el poder público, mientras el líder histórico se recuperaba de una intervención quirúrgica, hasta que en febrero de 2008 es elegido jefe de Estado.
Desde 2008 a la fecha ha implementado una serie de reformas tendientes a descentralizar la economía y su meta principal, anunciada en 2010, es llevar a un millón de trabajadores de empleos estatales a actividades privadas. Todo, con paso lento y sin dejar de tener un rígido control sobre la sociedad, ya que-como apunta López Levy-“si algo aprendió el PCC de la perestroika de Gorbachov es que la reforma mal diseñada puede destruir a los políticos reformistas”.
“El propósito de la reforma raulista –añade- no es transitar hacia una democracia pluripatrtidista, sino ampliar las zonas de legitimación del régimen a través de un mejor desempeño económico y una liberalización del sistema político en derechos civiles. La economía está en el centro de los cambios, pero hay consecuencias políticas de la reforma y la liberalización del sistema –con la ampliación de los derechos de viaje, por ejemplo – es también parte de la estrategia”.
¿Reforma de mentira?
Los hermanos Castro |
Otros, como Botín, creen que la reforma migratoria, vigente desde el 14 de enero, cuando ya no se exigió más “permiso de salida” para dejar la isla, es sólo una maniobra dilatoria más del régimen que “beneficia también al gobierno que, diga lo que diga, ha utilizado siempre la emigración como válvula de escape para descomprimir situaciones explosivas”, como en el "éxodo de Mariel (1980)" o la crisis de los balseros (1994).
López Levy discrepa de esta visión: “La lógica del post-totalitarismo es descomprimir la situación interna ampliando las zonas de legitimidad y compensando la pérdida de carisma y movilización. La reforma migratoria es parte de esa tendencia a una relación menos vertical e intrusista del Estado con la sociedad civil. Las analogías con Mariel y la crisis de los balseros no son apropiadas, porque se trata no de un shock temporal, sino de un ajuste estructural de la relación entre el gobierno, el potencial migratorio existente y la diáspora cubana”.
La reforma migratoria, hasta ahora, está funcionando, y opositoras como Yoani Sánchez o la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, han pedido pasaportes, sin que les sea negado. Botín, no obstante, la rechaza de plano pues “mientras todos los ciudadanos de Cuba no tengan los mismos derechos, la nueva ley sólo será una "fioritura" más de Raúl Castro en su intento por blanquear a la dictadura.
Para López-Levy, en todo caso, lo más duro está por venir: “2013 es un año estratégico para las reformas porque los cambios más fáciles, eliminar prohibiciones, ya han sido logrados. Ahora se trata de reformar el sector estatal, lo que incluye numerosos despidos y la descentralización , además, de la reforma tributaria que entró en vigor el 1 de enero.”
La pregunta de fondo es si estos cambios fructificarán en algún momento en una democratización de la sociedad.
“Aunque el sistema ha perdido uno de sus pilares históricos (el carisma de Fidel Castro), nadie debe subestinmar su capacidad de supervivencia y adaptación – afirma López Levy –. El gobierno tiene reservas de legitimidad, como son el nacionalismo y las garantías de estabilidad política y orden. Hoy eso no es suficiente, pero ofrece un suelo a partir del cual desarrollar una mejor gobernabilidad, focalizada en el desarrollo económico como objetivo. Por otro lado, la reforma ya está creando presiones de cambio. La cuestión es si el PCC es capaz de resolverlas para ampliar su base de apoyo , como hicieron el Kuomitang en Taiwán y los partidos comunistas de China y Vietnam.
Yoani Sánchez es mucho más escéptica. Para ella las “titubeantes y ambiguas” medidas de flexibilización no hacen más que acrecentar las desigualdades en Cuba. Los mercados agrícolas “se ecuentran más surtidos, aunque los precios casi se han duplicado”. Y lo mismo ocurre con la compraventa de viviendas, ahora liberada, que ha desatado “especulación y precios estratosféricos”.
Según la bloguera disidente, “los platos y los bolsillos muestran –mejor que ningún análisis- cuán insuficientes han sido las reformas raulistas. La escasez de productos de primera necesidad, los precios desmesurados y el aumento de las desigualdadaes entre el campo y la ciudad, contradicen las frases triunfalistas.”
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