Mientras dormía en su residencia en el barrio Miramar de La Habana, Cuba, falleció ayer a la edad de 88 años el bioquímico y escritor argentino Alberto Granado Romero, quien fue compañero de viaje del desaparecido Ernesto "Che" Guevara, con quien colaboró en la organización de la Revolución cubana.
"En horas de la mañana de hoy a los 88 años falleció en esta capital repentinamente el compañero Alberto Granado, entrañable amigo del Comandante Ernesto Guevara y de Cuba", informó un comunicado leído por la radio cubana.
Una de las últimas apariciones públicas de Granado fue el 12 de noviembre de 2010 cuando visitó al Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, durante la celebración en Quito del Foro Internacional de Partidos Políticos al que asistieron líderes regionales y mundiales.
Una de las últimas apariciones públicas de Granado fue el 12 de noviembre de 2010 cuando visitó al Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, durante la celebración en Quito del Foro Internacional de Partidos Políticos al que asistieron líderes regionales y mundiales.
En esa ocasión Alberto Granado portó una camiseta con la figura del Mandatario ecuatoriano junto a la famosa cita: "Hasta la Victoria Siempre", informó hoy El Nuevo Empresario de Ecuador.
Granado nació en la localidad de Hernando en la central provincia de Córdoba, Argentina, el 8 de agosto de 1922. Luego de cumplir 30 años de edad, el escritor decidió partir de su Argentina natal para dedicarse a viajar por toda Latinoamérica en compañía de su amigo Ernesto "Che" Guevara.
El ya célebre viaje por Sudamérica empezó en diciembre de 1951, en “La Poderosa”, una motocicleta Norton de 1939.
Nueves meses después se separaron en Venezuela, cuando el Che regresó a Buenos Aires a terminar sus estudios de medicina. Granado, que ya era bioquímico, consiguió trabajo en un hospital. En 1960, después de la Revolución, los dos amigos se reencontraron en La Habana.
Granado Romero trabajó en Cuba desde el 23 de marzo de 1961, donde dirigió un departamento de Genética hasta su retiro en 1994.
Su famosa travesía latinoamericana realizada junto al Che, a bordo de la moto 'Poderosa', desde diciembre de 1951 a julio de 1952, fue llevada al cine por el director brasileño Walter Salles, bajo el título 'Diarios de Motocicleta'. El filme, del que Granado fue asesor, ganó un Óscar, en 2005.
Granados tenía 30 años cuando inició su aventura junto al Che y se había graduado en Bioquímica, Farmacia y Ciencias Naturales.
Cuando Guevara regresó a Buenos Aires a rendir las últimas asignaturas que le faltaban para recibirse de médico, Granado se quedó en Venezuela trabajando en la leprosería de Cabo Blanco, en La Guaira, hasta que en 1955 se marchó a Europa.
Luego del triunfo de la Revolución cubana, se reencontró en Cuba con su amigo Ernesto Guevara, ya comandante del Ejército Rebelde que lideraba Fidel Castro.
En 1978 publicó un volumen titulado 'Con el Che por Sudamérica', donde relataba las vivencias y vicisitudes del mítico viaje por el continente, en el que de acuerdo con su testimonio ambos amigos construyeron su conciencia revolucionaria.
Respetando la voluntad de Granado, sus restos fueron incinerados y las cenizas se esparcirán en Cuba, Argentina, y Venezuela.
Su famosa travesía latinoamericana realizada junto al Che, a bordo de la moto 'Poderosa', desde diciembre de 1951 a julio de 1952, fue llevada al cine por el director brasileño Walter Salles, bajo el título 'Diarios de Motocicleta'. El filme, del que Granado fue asesor, ganó un Óscar, en 2005.
Granados tenía 30 años cuando inició su aventura junto al Che y se había graduado en Bioquímica, Farmacia y Ciencias Naturales.
Cuando Guevara regresó a Buenos Aires a rendir las últimas asignaturas que le faltaban para recibirse de médico, Granado se quedó en Venezuela trabajando en la leprosería de Cabo Blanco, en La Guaira, hasta que en 1955 se marchó a Europa.
Luego del triunfo de la Revolución cubana, se reencontró en Cuba con su amigo Ernesto Guevara, ya comandante del Ejército Rebelde que lideraba Fidel Castro.
En 1978 publicó un volumen titulado 'Con el Che por Sudamérica', donde relataba las vivencias y vicisitudes del mítico viaje por el continente, en el que de acuerdo con su testimonio ambos amigos construyeron su conciencia revolucionaria.
Respetando la voluntad de Granado, sus restos fueron incinerados y las cenizas se esparcirán en Cuba, Argentina, y Venezuela.
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