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miércoles, 20 de agosto de 2025

EL DRAMA HISTÓRICO DE UCRANIA


La reunión de este lunes entre Donald Trump, Volodymyr Zelensky y otros líderes europeos en la Casa Blanca acabó con un resultado concreto o, al menos, un posible próximo paso de cara a la resolución de la guerra en Ucrania: los planes para organizar una próxima reunión entre los líderes de ambos países enfrentados en el conflicto.

Fue Trump quien anunció que había comenzado con los preparativos para este cara a cara entre Zelensky y Vladimir Putin, con quien conversó telefónicamente. Tras este encuentro, del que no se ha confirmado lugar ni fecha exacta, habría una segunda reunión a la que se uniría el presidente estadounidense.


Zelensky ya confirmó estar dispuesto a la reunión bilateral con Putin, quien no se ha pronunciado aún sobre la iniciativa. En caso de concretarse, resultaría un evento histórico, dado que el ruso no reconoce al ucraniano como un líder legítimo.


“Creo que tenemos que reunirnos sin condiciones. Porque si nosotros empezamos a reclamar un alto el fuego previo, Rusia empezará a imponer un centenar de sus propias condiciones”, aseguró Zelensky.


De hecho, Putin ya expresó en el pasado sus férreos requisitos para plantearse una resolución del conflicto con Kiev, y que volvió a dejarle claro a Trump durante la cumbre que ambos mantuvieron en Alaska el viernes.

El pasado fin de semana, Trump insistió en que Ucrania no podría recuperar Crimea, la península que Rusia se anexionó en 2014 y lo que desató un conflicto armado que derivó en su invasión a gran escala de 2022.  Aquella anexión fue rápida, sin derramamiento de sangre, e hizo caer las relaciones de Moscú con Occidente a su punto más bajo desde la Guerra Fría.


“Todos compartimos un fuerte deseo de poner fin a esta guerra de forma rápida y confiable”, le respondió Zelensky el domingo.


"La paz debe ser duradera", no como ocurrió después de que Rusia se apoderó de Crimea y parte del Donbás en el este de Ucrania hace ocho años, y "Putin simplemente lo usó como trampolín para un nuevo ataque", agregó.

Pero ¿cómo Crimea se convirtió en un factor clave de la guerra entre Rusia y Ucrania?


Entre 2013 y 2014, un levantamiento popular masivo sacudió a Ucrania durante semanas y acabó obligando al presidente prorruso, Victor Yanukovych, a dejar el cargo.


En medio del caos, Putin decidió enviar tropas armadas sin insignias para tomar Crimea. Después, el mandatario convocó un referéndum en Crimea para unirse a Rusia que Ucrania y Occidente declararon ilegal.


Las relaciones de Rusia con Occidente cayeron entonces a nuevos mínimos. EE UU, la Unión Europea y otros países sancionaron a Moscú y sus funcionarios.

La anexión ilegal de Crimea el 18 de marzo de 2014 fue reconocida solo por países como Corea del Norte y Sudán. En Rusia, desató una ola de patriotismo, y ¡Krym nash! (”¡Crimea es nuestra!”) se convirtió en un grito de guerra.


El movimiento levantó la popularidad de Putin. Su índice de aprobación, que había disminuido al 65% en enero de 2014, se elevó al 86% en junio, según el Centro Levada, un encuestador ruso independiente.


Putin ha llamado desde entonces a la península “un lugar sagrado” y ha procesado a aquellos que públicamente argumentan que es parte de Ucrania, particularmente a los tártaros de Crimea, quienes se opusieron firmemente a la anexión.

Después de la anexión de Crimea por parte de Rusia , estallaron combates en el este de Ucrania entre milicias prorrusas y las fuerzas de Kiev.

Moscú respaldó a los insurgentes, aunque negó apoyarlos con tropas y armas. Sin embargo, había abundante evidencia de lo contrario, incluyendo el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que determinó que un sistema de defensa aérea suministrado por Rusia derribó un avión de pasajeros de Malaysia Airlines sobre el este de Ucrania en julio de 2014, matando a las 298 personas a bordo.

Los sectores más radicales de Rusia criticaron más tarde a Putin por no apoderarse de toda Ucrania ese año, argumentando que era muy factible en un momento en que el gobierno en Kiev estaba muy afectado y su ejército en ruinas.

Los combates en el este de Ucrania continuaron, de manera intermitente, hasta febrero de 2022, cuando Putin lanzó la invasión a gran escala de Ucrania.


¿Por qué es importante Crimea en el conflicto entre Rusia y Ucrania?


La ubicación única de Crimea la convierte en un activo estratégicamente importante, y Rusia lleva siglos luchando por ella. La península era hogar de tártaros de habla turca cuando el Imperio ruso la anexó por primera vez en el siglo XVIII. Recuperó brevemente su independencia dos siglos después, antes de ser absorbida por la Unión Soviética.

El líder soviético Nikita Khrushchev transfirió Crimea de Rusia a Ucrania en 1954, cuando ambos formaban parte de la URSS, para conmemorar el 300 aniversario de la unificación de Moscú y Kiev.

En 1991, cuando la Unión Soviética colapsó, la península se convirtió en parte de la independizada Ucrania.

Sin embargo, Rusia mantuvo un pie en su puerta: su flota del mar Negro tenía una base en la ciudad de Sebastopol, y Crimea, como parte de Ucrania, continuó albergándola.

Para cuando Moscú la anexó en 2014, Rusia ya había estado dentro de Ucrania durante 60 años y era parte de la identidad del país.

Pero Zelensky ha prometido recuperarla y dijo que Rusia “no podrá robar” la península.

Para cualquiera de ambas partes, la posesión de Crimea es clave para el control sobre las actividades en el mar Negro, un corredor crítico mundial de granos y otros bienes.

Kiev, en cambio, se niega a ceder cualquier territorio.

Rusia actualmente controla un 20% del territorio ucraniano, incluida Crimea, por lo que cualquier acuerdo que fije las líneas fronterizas actuales tras más de tres años de guerra supondría un claro beneficio para Rusia.

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