El presidente brasileño Lula da Silva enviaría a una representante a la toma de posesión de Nicolás Maduro, el próximo 10 de enero, para así dar muestras de apoyo al régimen comunista de Caracas, actitud que analistas definen “como una farsa” de su parte y que ahora o nunca deberían buscarse otros caminos para mediar, si es que todavía es posible hacerlo, con quien no reconoció el resultado de las elecciones presidenciales del 28 de julio último en Venezuela.
El 10 de enero
Maduro reasumirá el poder por otros seis años lo que provocaría nuevas
manifestaciones en contra de su asunción, protestas en América Latina en
general con nuevos saldos de muertos, heridos y encarcelados.
El
analista Alejandro Peña Esclusa denunció recientemente que “Lula trabaja a
favor de Maduro” y estaría lejos de ser un mediador en este quiebre
democrático.
Considerados aliados y amigos, Maduro y Lula no se miran a la cara tras las polémicas elecciones del 28 de julio, en las que el líder chavista fue declarado vencedor pese a las denuncias de fraude de la Plataforma Democrática Unitaria (PUD) de Edmundo González Urrutia, quien ganó la contienda, comprobada con las actas electorales. González se encuentra asilado en España actualmente.
“Lo de Lula es una gran farsa porque lo que él quiere es dar un gesto de apoyo al dictador venezolano”, dijeron analistas en Florida frente a este grave conflicto democrático (en la foto de arriba aparecen Maduro abrazando a Lula).
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció que enviará a la embajadora de Brasil en Caracas a la toma de posesión de Nicolás Maduro el 10 de enero.
Considerados aliados y amigos, Maduro y Lula no se miran a la cara
tras las polémicas elecciones del 28 de julio, en las que el líder chavista fue
declarado vencedor pese a las denuncias de fraude de la Plataforma Democrática
Unitaria (PUD) de Edmundo González Urrutia, quien ganó la contienda, comprobada
con las actas electorales.
Otros
consultores políticos han hecho referencia a que los resultados electorales en Venezuela fueron devastadores para
el oficialismo cuando "Edmundo González le propinó una verdadera paliza al
chavismo, obteniendo 67% de la votación, frente al 30% de Maduro. Acorralado
por tales circunstancias, Maduro se hizo proclamar ganador por un CNE (Consejo Nacional Electoral) servil,
sin presentar las actas, y desató el baño de sangre que había anunciado durante
la campaña electoral".
Lo
ocurrido en Venezuela, según su opinión, constituía un problema de gran
envergadura para la izquierda internacional. Uno de sus principales
aliados, el “hijo de Chávez”, había cometido un fraude monumental a plena luz
del día y estaba masacrando al pueblo. ¿Cómo hacer un control de daños para que
la izquierda no se hundiera junto con él?
"Fue
entonces cuando el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla desplegaron a tres de
sus principales alfiles: Lula, el líder mexicano López Obrador y Petro, de Colombia se
autoproclamaron mediadores de la crisis venezolana y comenzaron a desviar la
atención de lo ocurrido el 28 de julio", dijo en su oportunidad el
diario El Nacional titulado La “mediación” de Lula es
una farsa.
Enfatizó que el pasado 28 de julio el pueblo venezolano fue protagonista de una gesta heroica, que contarán a sus hijos y nietos en los años por venir. Frente a todos los obstáculos y amenazas, la gente votó masivamente, de manera pacífica y democrática, y además permaneció en las mesas para garantizar la transparencia del proceso y la custodia de las actas.
La
líder opositora a Maduro, María Corina Machado,, de manera inesperada y
silenciosa, puso en práctica una estrategia brillante que consistió en el
escaneo y transmisión de más de 80% de las actas electorales, con las firmas de
los testigos y los correspondientes códigos QR. Luego de lo cual fueron cargadas
en la página web www.resultadosconvzla.com para que cualquier persona, en
cualquier parte del mundo, pudiera verlas, acotó.
El
punto final de esta disputa electoral lo puso el Centro Carter de Atlanta (una
de las principales organizaciones que participó en la observación de las
elecciones presidenciales venezolanas) el que dijo tajantemente que “no se ha
podido verificar o corroborar los resultados que dieron como ganador al presidente Nicolás Maduro.
“La
elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y
estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada
como democrática”, se lee en el comunicado que hizo público el centro poco
antes que sus miembros abandonaran el país.
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