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jueves, 2 de enero de 2025

MILEI Y LOS DESAFÍOS PARA LA ECONOMÍA ARGENTINA


La economista Florencia Fiorentin, de Epyca Consultores, observa en el diario Ámbito Financiero que los grandes logros económicos del gobierno de Ricardo Milei en 2024 fueron los superávits gemelos, el descenso de la inflación, y la estabilidad cambiaria, pero la consecuencia han sido la fuerte caída del nivel de actividad económica (especialmente en sectores del comercio, la industria manufacturera y la construcción), junto con la pérdida en los ingresos reales y del empleo.

En el futuro el desafío va a ser recomponer eso: básicamente, que empiece a funcionar un programa de crecimiento económico, no solo de estabilidad", resaltó Fiorentin.

Y todo esto se deberá afrontar en paralelo a un mundo que está en pleno cambio, con la llegada de Donald Trump a la presidencia en EEUU, lo que significa, al parecer, todo lo contrario a un problema, porque “su buen amigo” estadounidense le daría un apoyo real, se supone, lo que es positivo a nivel relaciones políticas para Milei, pero su planteo económico puede ser algo hostil para la Argentina, y con el real brasileño que se devalúa fuerte, lo que suma algunos desafíos adicionales en el frente externo por el beneficio comercial que eso representa para Brasil por sobre Argentina. Hay que recordar, por ejemplo que ya se prevé una fuerte tracción de divisas de las reservas para el turismo hacia ese país. Asimismo, se empezará a notar desde enero una ventaja para nuestro socio comercial en la balanza comercial.

En ese contexto, el economista Federico Glustein 


considera que "lo primero que tiene como desafío es que la economía crezca fuerte para poder compensar la caída de 2024 y eso requiere estabilizar las variables macro, generar empleo y recuperar el consumo, además del poder adquisitivo de los salarios".

Otro de los retos que enfrenta el Gobierno, para Glustein, es "reducir la pobreza, que es menester sumado a la eventual recuperación de la clase media, sostén de la economía argentina". Cabe recordar que la pobreza se ubicó en el 49,9% en entre julio y octubre de 2024, según el relevamiento que hace la Universidad Católica Argentina (UCA), mientras que la indigencia para el mismo período alcanzó al 12,9% de la población.

Las cifras representan un incremento importante respecto a los niveles registrados al final del tercer trimestre del año pasado (44,7%), y son inferiores al pico observado durante el primer trimestre de 2024 (55,9%). De todos modos, los valores actuales se mantienen cerca de máximos en las últimas dos décadas.

La promesa por cumplir en 2025

Y un objetivo más que apunta Glustein, y quizás el más importante, es la salida total del cepo cambiario sin que eso impacte en otras variables. En palabras de Rocío Bisang, economista de Eco Go, "el principal desafío para 2025 va a estar en el frente cambiario, donde la promesa de levantar el cepo va a marcar un poco la tónica del año".

Sucede que, tal como plantea el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, "el Gobierno priorizó bajar la inflación y usó el ancla fiscal y la cambiaria para lograrlo". De hecho, señala que vimos en noviembre que la inflación convergió con el "crawling peg" finalmente, tardó un año en hacerlo. Todo eso hizo que hoy tengamos un tipo de cambio poco competitivo, que se ubica en niveles similares a los del fin del mandato de Alberto Fernández.

Eso pone en duda si es necesario hacer una nueva devaluación en un contexto en el que puede haber crecimiento económico con el ojo puesto en el comportamiento de la balanza comercial. "Cuando se abarata tanto lo importado, la reactivación puede generar un déficit en la cuenta corriente y eso va a hacer que en 2025 Argentin tenga un mercado cambiario muy presionado", apunta Sigaut Gravina al respecto. Y es que, sin blanqueo, es difícil que entren los dólares necesarios para contrarrestar esa tendencia.

El economista señala que, si bien puede llegar algo del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), será mucho menor a lo que el Gobierno espera. "Creo que va a bajar la inflación y puede crecer la actividad pero eso va a generar más presión sobre la cuenta en dólares. Hay que ver qué dinámica toman los flujos de capital, porque tenemos el caso de lo que le pasó a Macri, que los capitales lo dejaron 'en Pampa y la vía'", rememora.

"Eso se combina con un real brasileño que está muy devaluado, y ese es el gran desafío porque vemos en el turismo que los argentinos eligen ir a las costas brasileñas y uruguayas y, por otro lado, va a ser más conveniente importar que exportar por el tipo de cambio poco competitivo", dice Sigaut Gravina.

El FMI, un desafío mayor

"A eso se le sumaría la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ingreso de dólares frescos y el aumento de las reservas para sostener la economía mientras sucede la salida de divisas por apreciación cambiaria, clave para mantener a raya los tipos de cambio paralelos", dice Glustein.

Bisang coincide en ese sentido y apunta que "lo que pase con el acuerdo con el FMI va a ser clave, en un contexto donde las reservas netas todavía se encuentran en terreno negativo, con un tipo de cambio que no es del todo claro si es compatible en estos niveles con un esquema de flotación y con una brecha que, si bien comprimió muchísimo, empieza a crecer de vuelta".

El Gobierno anticipó que seguirá la intervención en el dólar contado con liquidación (CCL). Milei dijo que planean mantener la esterilización de las compras de dólares realizadas a través del mercado oficial de cambios, al menos a corto plazo, para mantener a raya la brecha cambiaria.

Un año electoral que complejiza los objetivos

De hecho, el Banco Central (BCRA) presentó sus objetivos para 2025 y estos incluyeron la necesidad de mantener la desaceleración de la inflación y abordar el exceso de liquidez, disminuir la tasa del "crawling peg" y posteriormente avanzar hacia un régimen cambiario más flexible, sanear el balance de la entidad, eliminar los controles cambiarios una vez que se recompongan las reservas internacionales, ya sea mediante un acuerdo con el FMI o inversión privada, y facilitar transacciones en cualquier moneda.

Se puede observar de esos objetivos que para levantar el cepo aún falta un largo camino, pero sí ratificó la apuesta a la competencia de monedas.

Adicionalmente este 2025 es un año electoral, lo que siempre presiona las cuentas fiscales y puede traer algún que otro sobresalto. "La votación también pueden generar ciertas presiones, porque la gente tiende a dolarizarse por las dudas y eso generaría una reversión del 'carry trade'", dice al respecto Sigaut Gravina.


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