En la madrugada del pasado 6 de noviembre, Donald Trump declaró frente a sus seguidores que Estados Unidos le había dado “un mandato poderoso y sin precedentes”. Fiel a su estilo, el hoy presidente electo exageraba. Con un triunfo sustentado por el 49.9% de los votos, su elección no representa un mandato "sin precedente". Sin embargo, su camino de regreso a la Casa Blanca es en sí mismo un evento histórico lleno de lecciones para historiadores y futuros candidatos presidenciales.
A los 78 años,
Trump ganó la reelección siendo el candidato de más edad que ha aspirado a la
presidencia en la historia del país, cuatro años después de haber dejado la
Casa Blanca vilificado por oponentes y compañeros de partido por su papel en el
asalto violento del Capitolio y dos años después de haber sido culpado por los
decepcionantes resultados de las elecciones de mitad de término de 2022.
¿Cómo logró
Trump pasar de paria en el Partido Republicano a recuperar su liderazgo y la
presidencia de Estados Unidos? Estas son las claves principales.
Consolidar
el voto de los hombres y atraer a más votantes mujeres
El presidente
Joe Biden ganó las elecciones de 2020 con la misma ventaja de 13 puntos entre
las mujeres que Hillary Clinton logró en 2016, pero logró reducir en cinco
puntos la ventaja que Trump obtuvo entre los hombres, algo que la campaña de
Trump en 2024 se enfocó agresivamente en evitar que volviera a ocurrir.
A tal fin, la
campaña de Trump buscó específicamente conseguir el voto de hombres jóvenes de
todas las razas y de los hombres sin educación universitaria, haciendo a un
lado las apariciones en los medios tradicionales y embarcándose en una
maratónica serie de apariciones en podcasts masivamente
populares entre hombres jóvenes con un mensaje de restaurar la presunta gloria
perdida de Estados Unidos.
La estrategia
funcionó a la perfección. Trump aumentó notablemente el voto de hombres latinos
y negros en estados péndulo, así como entre los votantes hombres que iban a las
urnas por primera vez y los votantes sin título universitario, y no cedió
terreno entre las mujeres blancas que Harris buscaba conquistar.
El
apoyo de la clase obrera
Los votantes de
la clase obrera fueron receptivos al mensaje de desespero económico y
antiinmigrante que Trump repitió sin descanso durante su campaña, opacando
cualquier preocupación sobre los múltiples problemas judiciales que el
expresidente enfrentó en el transcurso de la campaña.
Tal fue el
arraigo del mensaje de Trump entre la clase trabajadora que ni siquiera los
sindicatos, que en su mayoría apoyaron a Harris, lograron frenar el avance del
republicano.
La
caída del 'muro azul'
El 'muro azul' es como se conoce al grupo
de 18 estados, más el Distrito de Columbia, que los candidatos presidenciales
del Partido Demócrata ganaron en todas las elecciones presidenciales celebradas
entre 1992 y 2012, que incluye los
cruciales estados péndulo de Michigan, Pensilvania y Wisconsin que constituían
la piedra angular de la estrategia de la campaña de la vicepresidenta Kamala
Harris.
Trump ganó los
tres estados péndulos del 'muro azul'.
La estrategia de
Harris se desmoronó ante las realidades de sus habitantes de clase obrera,
quienes fueron fuertemente castigados por el fenómeno
inflacionario que afectó parte del periodo de Biden, haciéndolos
susceptibles al mensaje populista y antiinmigrante de Trump cuya campaña supo
aprovechar el resentimiento de los votantes.
En Michigan,
Harris tuvo que enfrentar la furia de los votantes árabe-estadounidenses por la
política de asistencia armamentista a Israel del gobierno de
Biden en las guerras en Gaza y Líbano.
Muchos de estos
votantes no solo dejaron de votar por la vicepresidenta, sino que lo hicieron
por Trump, siguiendo el ejemplo de líderes locales como los alcaldes de origen
árabe de Dearborn Heights, Bill Bazzi, y de Hamtramck Amer Ghalib, quienes
apoyaron e hicieron campaña por el expresidente.
Ayudas
y buena suerte
Hechos de
diversa naturaleza ayudaron a Trump en su camino a la Casa Blanca. Trump inició
su tercera campaña para la presidencia horas después de conocerse los
desastrosos resultados para los republicanos de las elecciones de mitad de
periodo de noviembre de 2022, cuando fue señalado dentro de su partido como la
causa de la pérdida de escaños y gobernaciones que debieron haber sido
conquistadas por culpa de candidatos extremistas inapropiados apoyados por él.
Sin embargo,
meses después al inicio de la campaña para las elecciones primarias sus
oponentes trataron a Trump con guante de seda, temerosos de enfurecer a gran
parte de la base republicana. El expresidente no retornó la cortesía
sometiéndose al mismo régimen de insultos y sobrenombres con los que trató a
sus antecesores.
Trump también
vio los múltiples casos judiciales iniciados en su contra retrasados por jueces
amistosos, interminables aplicaciones y por efectivas tácticas dilatorias,
hasta después de las elecciones.
La renuncia
del presidente Biden a retirarse en la contienda electoral hasta después de su
desastroso debut con Trump privó a los demócratas de un proceso
primario en el que el vencedor o la vencedora hubiese contado con un mayor
reconocimiento entre el electorado que el que tuvo Harris, quien inició tarde
su campaña sin haberse presentado ante los votantes.
Finalmente, según documentos presentados ante al Comisión Federal de Elecciones, el multimillonario dueño de Tesla, SpaceX y la red social X, Elon Musk (foto arriba) invirtió un total de $238 millones en el superPAC, America PAC, que él mismo fundó para movilizar votantes de Trump en los estados péndulo.
Musk también gasto millones para financiar otros grupos que surgieron en los últimos días de la campaña para apoyar a Trump, defendiendo por ejemplo su historial sobre el aborto, de acuerdo con un reporte de CNN.En la madrugada del pasado 6 de noviembre, Donald Trump declaró frente a sus seguidores que Estados Unidos le había dado “un mandato poderoso y sin precedentes”. Fiel a su estilo, el hoy presidente electo exageraba. Con un triunfo sustentado por el 49.9% de los votos, su elección no representa un mandato "sin precedente". Sin embargo, su camino de regreso a la Casa Blanca es en sí mismo un evento histórico lleno de lecciones para historiadores y futuros candidatos presidenciales.
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