MÉXICO: PROCESO ELECTORAL ESTÁ DETENIDO TRAS IMPUGNAR LA CENTROIZQUIERDA EL TRIUNFO DE ENRIQUE PEÑA NIETO DEL PRI
El anuncio del candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, de no reconocer los resultados del domingo que dieron ganador a Enrique Peña Nieto, del PRI; la amenaza de impugnar las elecciones y, ayer, de pedir el recuento voto por voto en 114.000 de las 143.000 mesas en las que dice que hubo irregularidades, tiene varias lecturas posibles, según sostuvo hoy el diario Clarín de Buenos Aires tras entrevistar a varios analistas mexicanos.
La máxima autoridad electoral anunció ayer que revisará hasta un tercio de los votos emitidos durante los comicios presidenciales del domingo debido a inconsistencias en las actas, aunque la izquierda solicitó recontar la totalidad por considerar que hubo irregularidades en la mayoría.
El consejero electoral Alfredo Figueroa informó que entre 45.000 y 50.000 paquetes de votos podrían ser reabiertos a partir de hoy, porque se detectaron errores en la captura de información de las actas, o diferencias menores a un punto porcentual entre dos candidatos.
López Obrador, que opbtuvo 31,64 votos frente al 38,15 de Enrique Peña Nieto, insiste en que actúa con absoluta responsabilidad y en apego a la ley. No es casual: en 2006, cuando fue derrotado por Felipe Calderón por apenas el 0,5%, mandó “al diablo” a las instituciones y durante más de medio año se movilizó por las calles y se autoproclamó “presidente legítimo”.
“Allí radica una de las diferencias. En 2006, López Obrador no fue a la Justicia para revertir la situación, sólo optó por la lucha en las calles”, explicó a Clarín la analista Gabriela Rodríguez.
El candidato del PRI se ha dirigido de forma particular a López Obrador, al que ha instado a aceptar los resultados o, en caso de querer denunciar algo, hacerlo por los "cauces institucionales". En este sentido, le ha exhortado a presentar las pruebas, "si hay". Peña Nieto ha reiterado que el PRI "se apegó a derecho" y "siguió un proceso transparente", entre otras cosas porque "invirtió a lo largo de la campaña lo que la ley permite", aunque no ha sabido decir el dinero exacto gastado por el partido.
Según el Instituto Federal Electoral (IFE), Peña Nieto se impuso por una diferencia cercana a los 7 puntos, una brecha que más allá de las innumerables irregularidades registradas parece imposible de descontar. “El sistema electoral mexicano debe ser el más seguro del mundo, porque está hecho sobre la base de la desconfianza de todos. Es imposible hacer fraude, aunque sí hubo compra de votos y gastos desmedidos de un candidato en la campaña”, dijo a Clarín una fuente que vino a México como observador.
¿Qué denuncia el PRD entonces? Según el propio López Obrador, todo el proceso electoral estuvo viciado. Para él, el desmedido apoyo de los medios al candidato del PRI, los cientos de millones de dólares gastados por Peña Nieto –incluso de dudoso origen– y la compra de votos, tiñen de oscuro el resultado. Algo difícil de probar como para anular una elección.
En ese sentido, la apuesta de López Obrador apunta a “limpiar” de irregularidades estas elecciones, no ya con la intención de ser proclamado vencedor, sino más bien como un “mandato moral”, sobre todo hacia los jóvenes y sus bases más radicales. En el centroizquierdista PRD saben, confiaron a Clarín fuentes políticas, que aún sin trampas perdieron la elección.
Para Jorge Zepeda-Patterson, analista político y ex director del diario El Universal, al final “no pasará nada, más allá de la presión que debe hacerse para mejorar una democracia imperfecta como la mexicana”. Y descartó que López Obrador se lance a un conflicto postelectoral, como en 2006, sobre todo por el buen papel del PRD en las elecciones legislativas y locales. La alianza de partidos que impulsó su candidatura se convirtió en la segunda fuerza política en el Congreso y ganó las gobernaciones de Tabasco y Morelos. Además arrasó en el Distrito Federal, donde gobierna desde 1997, con más del 60% de los votos y más de 40 puntos de ventaja sobre el segundo.
López Obrador ha sido capaz de aglutinar a toda la centroizquierda e izquierda alrededor de su figura, carismático, impredecible, conservador y radical al mismo tiempo. Pero su ofensiva tiene un límite, que incluso dentro de su partido no están dispuestos a sobrepasar: habrá unidad dentro del marco legal, pero si el ex candidato decide ir más allá corre el riesgo de quedarse solo. No son pocos en su partido los que creen que ya es tiempo de nuevos liderazgos.
El anuncio del IFE
El Instituto Federal Electoral (IFE) anunció hoy que revisará el cómputo de un tercio de los votos, que abarcan los distritos donde haya una diferencia menor al uno por ciento entre el primero y el segundo en las elecciones del domingo. "Estamos hablando en términos generales de cerca de una tercera parte de la elección presidencial", explicó esta tarde el presidente de la Comisión de Capacitación y Organización Electoral del IFE, Alfredo Figueroa, al anunciar la medida.
Los resultados electorales preliminares adjudican a Peña Nieto el 38,15 por ciento, cuando se lleva escrutado 98,95 por ciento del total de sufragios. De acuerdo con el conteo, Peña Nieto obtuvo 18.727.398 votos y dejó atrás a López Obrador, con un 31,64 por ciento, que equivalen a 15.535.117 sufragios. López Obrador, quedó 6,51 puntos porcentuales por debajo de Peña Nieto, de acuerdo con los cómputos preliminares oficiales.
El Presidente electo
Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es el Presidente electo de México tras obtener el 38,15 por ciento de los votos.
Sus colaboradores más cercanos lo describen como una persona enfocada en los resultados, muy comprometido y estratégico. Cualidades que en la práctica le permitieron posicionar al Estado de México -del cual fue gobernador hasta el año pasado- en el segundo lugar en transparencia a nivel nacional.
Entre sus prioridades, figuran las de buscar recuperar la interlocución efectiva y fortalecer la cooperación en todos los ámbitos con Latinoamérica: "Apostar por una estrategia clara para aumentar y dinamizar la participación económica en países claves como Colombia, Brasil, Argentina y Chile", sustuvo en una entrevista con el diario “La Segunda” de Santiago.
La política exterior de México es una política de Estado, que se basa en los principios básicos de la reciprocidad e igualdad entre estados, así como la no intervención. En ese sentido, mantendremos el excelente nivel de entendimiento y de amistad que existen entre nuestras naciones hermanas.
Peña Nieto declaró que "como Presidente de México, me comprometo a dar continuidad a los esfuerzos que se han realizado, para estrechar los vínculos entre nuestros países en todos los ámbitos en beneficio de nuestros pueblos".
Y agrega que "en particular mantendremos el compromiso de México con la Alianza del Pacífico (bloque comercial formado por el país azteca, Chile, Perú y Colombia), que se ha constituido en un foro clave para avanzar en el proceso de integración latinoamericana y de proyección hacia la región del Asia-Pacífico".
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