TECNOLOGÍA
CUBA PROBÓ CON ÉXITO NUEVO BIOCOMBUSTIBLE
Chile también está trabajando en esta nueva alternativa para producir energía basada en el arbusto oleaginoso llamado "Jatropha curcas" que se cultiva en Antofagasta y Ovalle
El Gobierno cubano informó haber probado con éxito en un vehículo un novedoso biocombustible producido en base a un arbusto oleaginoso llamado "Jatropha curcas", conocido popularmente como "piñón botija" o planta de leche.
Entre las ventajas de la iniciativa cubana, sus promotores resaltaron el empleo de un arbusto tóxico, que no compite con la producción de alimentos, a diferencia de otras especies alimentarias a las que se acude para idénticos propósitos. En la isla está prohibida la producción de biodiesel en base a materias primas comprometidas con la alimentación humana.
El proyecto, sufragado por el Estado, prevé la producción integrada de energía y alimentos a escala local y a nivel de fincas, lo que podría significar la sustitución del petróleo en un futuro más amigable con el medioambiente.
Para ello, ya cuentan con una industria inaugurada hace una semana en la provincia oriental de Guantánamo, con capacidad para producir más de 100 toneladas por año del líquido. En el proyecto, denominado BIOMAS-CUBA, intervienen varias instituciones y ministerios del país, más el apoyo de la Agencia Suiza de Cooperación al Desarrollo (COSUDE).
Una parte de los primeros 400 litros del biocombustible, se utilizó mezclado al 70 por ciento con diesel mineral en un vehículo rural Toyota HI LUX 2007, en un recorrido de 1.500 kilómetros, según explicó el director del Centro de Aplicaciones para el Desarrollo Sostenible (CATEDES), José Sotolongo.
Luego de una semana probando el biodiesel, el automóvil se desplaza con mayor eficiencia que la habitual, lo cual se atribuye a los efectos lubricantes del aceite de Jatropha.
Sotolongo agregó que las pruebas se aplicaron además a una máquina agrícola de la granja "Paraguay", sin registrarse mayores problemas.
En Chile tenemos Jatropha curcas en Antofagasta
Gracias a las condiciones de clima y suelo de la Región de Antofagasta, las plantaciones de esta oleaginosa Jatropha curcas podrían adaptarse para elaborar biocombustible en Chile.
Así concluyó un proyecto de la Universidad de Chile, en junio de 2011, que, durante cuatro años, evaluó una nueva alternativa energética. El trabajo fue ejecutado gracias al cofinanciamiento del Ministerio de Agricultura a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
Con un monto total de $293.035.000, al que FIA aportó $100.000.000 (34,24%), la propuesta nació el 2008 con la finalidad de encontrar una posible alternativa que permitiera a Chile diversificar su matriz energética y, de esta forma, reducir el uso de combustibles fósiles.
En este contexto, la Universidad de Chile impulsó las plantaciones de jatropha en áreas con limitaciones térmicas e hídricas, para fabricar biodiesel. Estos son llamados “biocombustibles de segunda generación”, porque no compiten con cultivos de consumo animal o humano.
La elección de la jatropha se debió a que la semilla posee entre un 28% y 50% de aceite en su composición.
El coordinador del proyecto, Manuel Paneque, señaló que la propagación de los primeros clones de jatropha in vitro fue exitosa, mientras que la plantación en 10 parcelas experimentales pilotos —5 hectáreas en total, comprendidas entre las regiones de Atacama y Biobío— tuvo buenos resultados en sectores donde las condiciones agroclimáticas son más extremas: alta salinidad y bajas temperaturas.
Según lo anterior, Paneque estima que, según los resultados de adaptación observados, la zona de Ovalle es la de mejor actitud agroclimática, mientras que la Región de Antofagasta se perfila como el territorio con mayor disponibilidad de tierras para cultivar la oleaginosa (40% del total de hectáreas de las regiones estudiadas). Ello podría llevar a la construcción de una planta productora de biodiesel.
De acuerdo antecedentes de la Comisión Nacional de Energía (CNE) recogidos por el proyecto, el territorio de Antofagasta tiene y presentaría una alta demanda de diesel al 2019 por la actividad minera: 1.649.000 m3, cifra que sólo sería superada por la Metropolitana.
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