NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER EL LUCRO EN LAS UNIVERSIDADES PRIVADAS CHILENAS
Por Walter Krohne
Hoy quedó demostrado públicamente que muchas de las “intenciones” que asegura tener el Gobierno y el Presidente Sebastián Piñera, para mejorar la educación en Chile, pueden ser consideradas definitivamente como falsas, aunque continuamente se esté diciendo lo contrario desde La Moneda.
El rechazo hoy del informe de una investigación que duró seis meses, a través de la cual una comisión de la Cámara de Diputados logró comprobar que siete universidades privadas han violado la ley chilena tras lucrar con la educación, es una situación que revela hasta qué punto las autoridades están realmente dispuestas e interesadas en cambiar algunos procedimientos que en Chile bordean definitivamente el delito.
La investigación de la comisión, presidida por la diputada Alejandra Sepúlveda, trabajó arduamente y con mucha prolijidad para demostrar que el lucro en la educación existe y que está en manos de empresarios que han entrado al campo de la enseñanza por ser éste un muy buen negocio y no para formar a los jóvenes en profesiones y especialidades que el país necesita. El caso más claro y cercano es el escándalo de la Universidad del Mar denunciado en mayo donde sus ejecutivos o controladores sacaban el dinero por distintas vías para repartirla entre los propietarios del plantel.
La prueba más clara del desinterés del gobierno por enfrentar la realidad y mejorar las cosas se originó en este caso precisamente en el propio ministro de Educación, Harald Beyer, quien desestimó el trabajo de la Comisión Investigadora diciendo que el documento sólo recogía antecedentes conocidos por todos y muy antiguos. Para peor el ministro de educación, como figura clave en este debate, no estuvo hoy presente en la sesión de la Cámara.
La diputada Sepúlveda, explicó que se pudo comprobar en la investigación que había un grupo de universidades con irregularidades, figurando entre ellas la Universidad de las Américas, Universidad Andrés Bello, Universidad de Viña del Mar, Universidad Santo Tomás, Uniacc, Universidad del Desarrollo, Universidad del Mar y AIEP.
Así se estaleció que hay dos grupos de universidades con irregularidades. Unas que fueron compradas por grupos económicos acostumbrados al lucro, lo que permite preguntarse ¿por qué estos empresarios podrían estar interesados y dispuestos a entrar en la actividad educacional sólo para cambiar plata por plata sin obtener ganancias?
Otro grupo de universidades que lucran está detrás de sociedades espejos o piratas con fondos de inversiones, inmobiliarias y que les traspasan sus recursos en términos de arrendamiento o externalización de servicios relevantes de la universidad, según dice el informe.
El escándalo en la Universidad del Mar estalló en el momento más preciso en medio del debate que se ha dado sobre las universidades privadas, el lucro y los negociados en estos centros de estudios superiores, pero, al parecer, tras el rechazo del informe de hoy en la Cámara no serviría de mucho.
En el caso de la Universidad del Mar, donde en base a triquiñuelas, que comprometían indirectamente también hasta al rector renunciado Raúl Urrutia, se buscaba “poner a salvo fondos de la universidad” que debían ser repartidos entre sus dueños. Sin embargo, el rector Urrutia se opuso a la operación, ya que para peor se estaba prefiriendo repartir beneficios y dejar sin cancelar remuneraciones a los docentes y trabajadores de la casa de estudios por un monto global de 250.000 millones de pesos.
Las autoridades no quieren o no les “conviene” comprender que mientras haya lucro el servicio educacional va a ser mediocre o deficiente porque en estos casos el primer objetivo es ganar dinero. Y no quieren, porque ellas gobiernan para los empresarios y las universidades que lucran son empresas. Muy parecido a la protección que el Servicio de Impuestos Inteernos (SII) le dio a la firma Jonson's en forma de perdonazo tributario, para que no quebrara y pudiera ser vendida a Cencosud para poder seguir ganando dinero, aunque le haya salido caro al Estado.
El informe de la Cámara dice que entre muchos servicios y organismos consultados estuvo el SII que reconoció que "las universidades no pagaban impuestos porque eran sin fines de lucro", pero sí estaban obligadas a hacerlo las inmobiliarias y por eso que al organismo tributario le interesaba que las universidades le transfirieran mucho dinero a estas empresas espejos porque allí si podían cobrar el impuesto global complementario que en cada caso corresponda.
El informe de la Cámara dice que entre muchos servicios y organismos consultados estuvo el SII que reconoció que "las universidades no pagaban impuestos porque eran sin fines de lucro", pero sí estaban obligadas a hacerlo las inmobiliarias y por eso que al organismo tributario le interesaba que las universidades le transfirieran mucho dinero a estas empresas espejos porque allí si podían cobrar el impuesto global complementario que en cada caso corresponda.
Lo que decimos sobre la calidad de la enseñanza lo confirmó Urrutia en la Universidad del Mar diciendo que "los actuales controladores de la institución no tienen interés alguno en el quehacer universitario".
Lo mismo dijo el ex decano de Medicina de dicho plantel, doctor Francisco Acevedo señalando que los egresados de esta escuela de doctores “no llegan nunca asistir a un parto ni a una actividad quirúrgica mayor”, agregando que él presentó la renuncia frustrado por el escaso apoyo económico que le brindaban las autoridades universitarias, sumado a la indolencia frente a las malas evaluaciones obtenidas por sus egresados. En 2010, tras rendir el Examen Único Nacional de Conocimiento de Medicina (Eunacom), requisito para que un médico pueda atender en el sistema público de salud, el 48% de sus egresados de medicina de la Universidad del Mar reprobó el examen, lo que la convirtió en la peor escuela de Medicina del país.
El negocio estaba en que unos 270 alumnos de medicina pagaban cerca de $800 millones al año en aranceles, mientras la universidad gastaba en esa carrera cerca de $400 millones quedando a disposición de los controladores los otros $400 millones.
Como dijo Alejandra Sepúlveda hoy en la Cámara "no hay peor ciego que el que no quiere ver (...) porque ustedes (parlamentarios) saben que aquí hay lucro en la educación superior chilena y quién lo niegue no vive en este país. Y aquél diputado que no quiera ver esto y que se siente a votar en contra de este informe, va a ser deshonesto consigo mismo".
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