Una pandemia, que no reconoce fronteras nacionales, exige una respuesta global coordinada. Hasta ahora, sin embargo, las naciones han buscado su propia salvación. Incluso dentro de Europa falta solidaridad entre ellas. Italia en particular siente, al igual que en la crisis del euro y la de los refugiados, que sus socios la han dejado sola.
Los indolentes proponen el sacrificio de los pobres para sacar adelante la economía. Los grandes inversionistas compran acciones a bajo precio, en bajo silencio, y se enriquecen a favor del caos y el mercado. El Banco Central baja los intereses y los bancos los suben de inmediato. Y el Gobierno apoya a la banca para que ésta gane más de la cuenta. La tormenta perfecta.
Comencemos, sin embargo, con la República Popular dirigida por el Partido Comunista, que evidentemente supo de la propagación de un nuevo tipo de virus durante varias semanas, pero que por diversas razones lo encubrió, lo ocultó e incluso se retrasó en cumplir las obligaciones internacionales con la OMS, que había recibido advertencias desde Taiwan ya en diciembre, y reaccionó tardíamente.
Muy mal le ha ido a la extrema derecha en el continente americano frente al combate del minúsculo pero poderoso virus corona. Una falla detrás de la otra han mostrado los planes de acción de los presidentes Donald Trump, en Estados Unidos, y Jair Bolsonaro en Brasil. Ambos han elegido avanzar por la vía más bien de protección de los negocios y no por la de salvar vidas humanas, como ha sido hasta ahora el ejemplo de la mayoría de los países más afectados.
La historia humana y el conocimiento que se ha desarrollado sobre ella nos enseña, desde hace mucho tiempo, que vivimos con microorganismos, que los llamamos de distintas maneras, correspondiendo a definiciones y clasificaciones científicas, que podemos considerar beneficiosos o perjudiciales a nuestro organismo.
El plan de créditos del Gobierno de Piñera, con tasa de interés cercana a cero, para todas la empresas que tienen ventas que están por bajo el millón de UF al año
El ministro español de Sanidad, Salvador Illa, aseguró este lunes que se confirma que España “ha alcanzado el pico de la epidemia”, pero ha recordado que “sigue la etapa de confinamiento y que no se ha iniciado la desescalada».
El alcalde de Las Condes Joaquín Lavín, en medio de la pandemia y la cuarentena obligada con la cual Chile y los chilenos estamos obligados a cumplir, ha sido muy astuto al llenar el tiempo de ocio que se vive en muchos hogares chilenas para aparecer casi diariamente en la pantalla chica entregando cualquier tipo de opiniones o participando en foros. Este «esfuerzo» le ha valido subir fuertemente su aprobación en las encuestas, como lo señala la Cadem, publicada este lunes en Santiago.