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lunes, 18 de marzo de 2024

EL PODER DE VLADIMIR PUTIN SIGUE VIGENTE PESE A LA INCONFORMIDAD DE OCCIDENTE

Tras una racha invicta desde su primer triunfo en el 2000, Vladimir Putin aseguró un quinto mandato como líder del Kremlin, ante una oposición inexistente y un nivel de popularidad histórico, rozando el 85%, según encuestas previas a la elección presidencial del 17 de marzo. En un ejercicio cuestionado por Occidente, que señala poca transparencia, Putin, de 71 años, se consolida como una de las figuras políticas más importantes de la historia rusa, siendo el mandatario más longevo en el poder desde la caída de la URSS. ¿Qué sigue para"Nadie suprimirá a Rusia cuando estemos consolidados (…) Estoy seguro de que todos los planes se cumplirán, los objetivos se alcanzarán", expresó Putin desde su búnker electoral en la capital rusa, enfocado en solitario, pero con altos dirigentes del Kremlin cerrando filas detrás de las cámaras. Un símil con la historia política del mandatario desde su llegada al poder hace más de dos décadas.

El candidato a la presidencia rusa y actual presidente, Vladímir Putin, habla tras el cierre de los colegios electorales, en Moscú, Rusia, el 18 de marzo de 2024.
El candidato a la presidencia rusa y actual presidente, Vladímir Putin, habla tras el cierre de los colegios electorales, en Moscú, Rusia, el 18 de marzo de 2024. © Reuters / Maxim Shemetov

La inexistente oposición en Moscú

El histórico triunfo electoral de Putin en la jornada de este año tiene que ver con dos factores principales: el impulso de la unión nacional a raíz de la guerra en Ucrania y la inexistencia de un programa alternativo que pudiera desafiar el mandato del cuatro veces reelecto presidente.

Más de 20 años forjando un sistema judicial efectivo para la protección de los intereses del Kremlin de Putin se vieron reflejados en la inhabilitación política de dos candidatos que basaban su propuesta en la crítica a la actual Administración.

A la inhabilitación de la ya diezmada disidencia se sumó la muerte en prisión del máximo líder opositor, Alexéi Navalny, en febrero pasado.

En estos comicios, el sector opositor nacional organizó decenas de manifestaciones afuera de algunas estaciones electorales, movimiento denominado 'Mediodía contra Putin', para protestar por la inhabilitación de candidatos disidentes y la muerte del principal antagonista de Putin en toda su carrera como jefe del Kremlin.

Putin desestimó la relevancia de dichas manifestaciones y afirmó que "no tuvieron ningún efecto" sobre la opinión de los votantes, aunque fue implacable al añadir que cualquier ciudadano que hubiese limitado el derecho de voto a través de "actos vandálicos" será castigado con todo el peso de la ley.

Varias personas hacen cola para entrar en un colegio electoral hacia el mediodía del último día de las elecciones presidenciales en Moscú, Rusia, 17 de marzo de 2024
Varias personas hacen cola para entrar en un colegio electoral hacia el mediodía del último día de las elecciones presidenciales en Moscú, Rusia, 17 de marzo de 2024 © Reuters / Maxim Shemetov

Al menos 80 personas en distintas ciudades fueron detenidas durante el tercer y último día de los comicios presidenciales rusos, según un informe compartido por OVD-Info, organización sin fines de lucro que tiene por objetivo exponer la violencia estatal en contra de las manifestaciones disidentes.

En su discurso de victoria, la noche del domingo 17 de marzo, el presidente calificó como un "triste suceso" el deceso del opositor Navalny. Además, aseguró que, días antes de su muerte, su Gobierno había acordado un intercambio de prisioneros con el bloque Occidental que permitiría la salida del líder disidente de la cárcel ártica en donde estaba recluido.

Con el fallecimiento de Navalny, el bloque opositor se ha desconfigurado, en orfandad por un nuevo rostro creíble que pueda esgrimir un proyecto de nación alternativo al de Putin y popular entre la ciudadanía nacional.

La falta de opciones frente a Putin se materializó en la lista de candidatos que aparecieron en las boletas durante los comicios presidenciales. Además del ganador, existían tres nombres disponibles para escoger entre sus proyectos políticos, que no necesariamente significan opciones radicalmente distintas a lo impulsado desde el año 2000.

Todos los candidatos alternativos representaban una agrupación política afín al Gobierno: Nikolái Jaritónov, miembro (no líder) del Partido Comunista y antiguo rival de Putin en las elecciones del 2004; Vladislav Davankov, representante de Nueva Gente, partido político 'satélite' del oficialismo; y Leonid Slutski, ultranacionalista y líder del Partido Liberal-Demócrata de Rusia, coalición mayoritariamente impopular dentro del país.

Los tres juntos reunieron poco más del 11% del voto a su favor, confirmando una superlativa victoria de Putin, dentro de un marco electoral que parecía más orientado a mostrar el músculo popular del presidente.  

Sin un oponente de peso en la contienda oficial y la oposición popular subyugada ante las inflexibles normas contra las manifestaciones multitudinarias en territorio ruso, el camino para la reelección de Putin estaba casi que presupuestado desde hace meses.

Putin advierte de una posible confrontación con Occidente, crítico de su reelección

El cierre electoral en Rusia también se vio marcado por una lógica maniqueísta entre su Gobierno y el bloque Occidental, con señalamientos cruzados, críticas a sus sistemas políticos y amenazas indirectas sobre una posible confrontación futura a raíz de la guerra en Ucrania.

Fieles a su tradición 'fría', en Washington expresaron su inconformidad sobre cómo se estructuró y desarrolló la jornada electoral en Rusia, subrayando que las elecciones "obviamente no son libres", debido a las limitaciones impuestas a la oposición.

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