Las
revistas de humorismo político han generado importantes hechos y denuncias
en Francia. Así ha sucedido con Le Canard Enchainè cuando, hace un par de semanas, con
un estilo medio en broma medio en serio característico del lenguaje de sus
crónicas, lanzó la noticia de un presunto abuso de poder de parte de
Penélope Fillon, esposa del candidato presidencial de la
coalición de centro derecha de los Republicanos, Francois Fillon, y dos de sus hijos,
involucrados en presuntos cobros al tenor de novecientos mil euros por
trabajos nunca ejecutados en la Asamblea Nacional.
Curiosamente,
un par de días después de la
publicación, el ministerio público francés en el gobierno socialista de
Francois Hollande, decidió iniciar una investigación del asunto en el marco
de la justicia criminal, incluyendo una larga sesión de interrogatorio de
ambos Francois y Penélope Fillon, y un allanamiento de las dependencias administrativas
de la Asamblea Nacional. Naturalmente, la cuestión ha salido
del marco del humorismo político, y hoy es tema de primera página en los
medios escritos y amplio espacio en los electrónicos y la televisión.
De
creerle a las encuestas y sondeos de opinión, las acusaciones en contra de su
esposa y sus hijos habrían colapsado la candidatura presidencial de
Francois Fillon, contra quien no se ha levantado ningún cargo, ni siquiera
insinuaciones. Pero, a pesar de ésto,
su candidatura ha perdido fuerza estimulando diversos llamados
a sustituirlo como candidato, llegando a mencionarse los nombres de
Alain Juppè ex-primer ministro del Presidente Sarkozy, y entre
los de la vieja guardia de Charles Pasqua ex-primer ministro del Presidente
Jacques Chirac.
En
medio de la tormenta, Francois Fillon se ha manifestado desafiante, dice
querer mantener su candidatura hasta la primera vuelta el 23 de abril,
acusando a una operación política de singular infamia y vileza en su
contra. El mayor problema para Fillon radica en los distintos
tiempos de la política respecto de los de la judicatura; el asunto ya ha
sido radicado en un tribunal, por mucho que los magistrados quisieran
apurar los procedimientos, no parece probable tener resoluciones antes del
breve plazo por delante pensando en la fecha de la primera vuelta de la
elección presidencial.
Si
los altos cargos en el gobierno socialista de Hollande al ordenar a los fiscales del ministerio público a iniciar el proceso contra Penélope Fillon
y sus hijos, tenían en mente favorecer al candidato del Partido Socialista,
el tiro por la culata no puede haber sido mas espectacular. El
probable derrumbe de la candidatura de Francois Fillon, ha
resultado en inesperado estímulo a la propuesta de extrema
derecha del Frente Nacional y su candidata Marine LePen, proyectándola con
la primera opción a ganar la primera vuelta pasando con buenas
posibilidades de triunfo en la segunda. Al derrumbarse la candidatura
de centro derecha, tiende a reforzarse la del socialista democrático
Emmanuel Macron, candidato por fuera del aparato partidario al cual acusa
de "fronda irresponsable", de mantenerse las actuales tendencias,
la segunda vuelta se disputaría entre Marine LePen y Emmanuel Macron.
El
sábado Marine LePen presentó su candidatura ante una multitudinaria
manifestación en la ciudad de Lyon, abrió su discurso con las siguientes
palabras: "Mi proyecto promete una verdadera revolución. Debemos
escoger entre la visión patriótica de una Francia libre, segura,
próspera, justa, poderosa y estable, ante la amenaza globalizante
mundialista."
.
Acto
seguido presentó una lista de 144 medidas a formar la base inicial de su
eventual gobierno, de ellas ofrecemos las más notorias para facilitar tener
una idea de una candidatura de extrema derecha, de pronto con opción real
de gobernar Francia: restaurar la moneda nacional; terminar con
la independencia del Banco Central o Banco de Francia; restablecer la
soberanía legislativa, monetaria y territorial de la Nación francesa;
convocar a referéndum para decidir continuidad en la Unión Europea;
retirarse del acuerdo de Schengen terminando con la libertad de movimiento
de personas; reducir en 5% las tarifas de electricidad y gas; prohibir artículos
genéticamente modificados; renovar la planta industrial y nuclear con apoyo
financiero del Estado; ofrecer alivio tributario a pequeñas y medianas
empresas; reemplazar el Pacto Agrícola de la UE con un nuevo trato al
agricultor francés; prioridad a los ciudadanos franceses; izar la bandera
de Francia en todos los edificio públicos; defender el idioma francés y
reforzar su enseñanza; hacer obligatorio el uso de uniformes en las
escuelas; retirarse del comando conjunto de la OTAN; construir un
segundo portaviones nuclear; prohibir y disolver grupos islámicos
extremistas, cerrar sus mezquitas; igualdad de salarios para las mujeres;
aumento de salarios a empleados públicos; plan nacional de
información: datos personales y servidores deben estar radicados en Francia;
derogar la ley de matrimonio igualitario de 2014, reemplazarla por unión
civil para homosexuales y lesbianas; reducir el número de diputados a la
Asamblea nacional de 577 a 300, y al Senado de 348 a 200; facilitar la
convocatoria de plebiscitos por iniciativa ciudadana.
Tal
como aparece presentado por Marine LePen, el proyecto de gobierno
del Frente Nacional es un nacionalismo francés del Siglo XXI, sin
parentesco alguno con el proyecto nacionalista, católico y monárquico de
Action Francaise y su líder Charles Maurras en los años veinte. En
algunos aspectos del énfasis en el rol del Estado en la planificación de la
economía, así como en algunas cuestiones de finanzas y política fiscal,
habría elementos del temprano fascismo mussoliniano.
Este
2017 promete ser un año agitado, con Donald Trump en los Estados Unidos, el
BREXIT ahí a la vuelta de la esquina, y la posibilidad de un gobierno de
Marine LePen y su Frente Nacional en
Francia.
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