Por Thalif Deen (IPS)
Donald
Trump, cuya cascada de propuestas precipitadas y mal concebidas continúa, ha
amenazado con «tomar el control de Gaza», convertirla en una «Riviera de Medio
Oriente» y trasladar a los palestinos a Egipto y Jordania, dos antiguos aliados
de Estados Unidos que dependen en gran medida del apoyo estadounidense para su
supervivencia.
El
presidente de Estados Unidos también ha insinuado que ambos países sufrirían
recortes o la eliminación de miles de millones de dólares en ayuda económica y
militar si se niegan a cooperar con él.
¿Es
esto real o solo una amenaza vacía?
La propuesta de ocupación de Gaza ha sido condenada por prácticamente todos los líderes árabes que han abogado durante mucho tiempo por una patria palestina en toda regla en la Franja de Gaza.
Las repercusiones de la limpieza étnica original de los palestinos en 1948 todavía se sienten en el Medio Oriente hasta hoy, destacó. En aquel momento, la mayoría de la población nativa de la patria palestina fue desplazada, alrededor de 800 000 personas, la mayoría de las cuales permanecieron desplazadas dentro de la Palestina histórica.
Desplazar
a una población de 2,2 millones, tras un genocidio que ha encendido la ira en
todo Medio Oriente y en todo el mundo, argumentó, es una medida suicida para
los regímenes árabes que ya están luchando en una búsqueda desesperada de
legitimidad.
«Creo
que Trump ya lo sabe, pero está utilizando las amenazas para presionar a los
regímenes árabes para que presenten un plan ‘alternativo’ destinado a desarmar
a la resistencia palestina, y así llegar a un acuerdo con Israel», dijo Baroud.
Pero,
a su juicio, «en esencia, los árabes no tienen control sobre el resultado de la
guerra en Gaza».
Si
Israel no ha conseguido desarmar a Gaza tras 15 meses de una guerra de
exterminio, los árabes no podrán hacerlo, consideró Baroud, autor de seis
libros sobre la región e investigador principal no residente en el Centro para
el Islam y los Asuntos Globales (Ciga).
En
una entrevista con France 24, el secretario general de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), António Guterres, resaltó que el plan de Trump de
«limpieza étnica no es aceptable en nuestro mundo».
«En
la búsqueda de soluciones, no debemos empeorar el problema. Es vital mantenerse
fiel a los cimientos del derecho internacional. Es esencial evitar cualquier
forma de limpieza étnica», dijo Guterres previamente ante el Comité de las
Naciones Unidas para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo
palestino.
Dirigiéndose
a los miembros del Comité el 5 de febrero, Guterres dijo: «En esencia, el
ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino se trata del
derecho de los palestinos a simplemente vivir como seres humanos en su propia
tierra».
Sin
embargo, prosiguió, «hemos visto cómo la realización de esos derechos se aleja
cada vez más de nuestro alcance», así como «una escalofriante y sistemática
deshumanización y demonización de todo un pueblo».
Baroud consideró que el príncipe Al Faisal tiene razón al llamarlo «un loco plan de limpieza étnica», porque «eso es».
Pero
fracasará si los árabes entienden las intenciones estadounidenses y centran sus
energías en apoyar la firmeza palestina en Gaza, analizó.
A
su juicio, Israel se encuentra en su posición más débil en décadas y, aparte de
las amenazas vacías y la retórica, le quedan muy pocas cartas.
La
unidad árabe es ahora clave, reflexionó, «y creo que una respuesta colectiva
podría influir positivamente en las relaciones internas árabes y volver a
centrar Palestina como la causa impulsora de todas las naciones árabes».
De
hecho, esta podría ser la oportunidad para que la Liga Árabe vuelva a ser
importante, después de décadas de marginación e irrelevancia, consideró Baroud.
Durante
su gira por Israel, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, concluida este
miércoles 19, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, pudo
calibrar la amplia oposición árabe al plan de Trump, mientras aparentemente
restó importancia a la propuesta.
The
New York Times citó a Rubio diciendo que Trump simplemente estaba tratando de
«obtener una reacción» y «convencer» a otras naciones para que proporcionen más
ayuda a la Gaza de la posguerra.
El rey Abdalá II de Jordania, que lidera un país que ya alberga a unos 700 000 refugiados palestinos, sirios e iraquíes, dijo a Trump durante una reunión en la Casa Blanca el 11 de febrero que está dispuesto a ofrecer un hogar a unos 2000 niños palestinos que necesitan atención médica.
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