30.000 civiles encapuchados comprende el nuevo cuerpo de seguridad llamados "policías voluntarios" que tendrá la misión de protejer al régimen dictatorial de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
La oposición califca a este cuerpo como
paramilitares destinadoa colaborar en tareas de represión política.
Vestidos con camiseta blanca y pantalón negro -como se aprecia en l foto de portada-, los encapuchados formaron filas al anochecer en la Plaza de la Fe en Managua, la capital del país, para jurar con la mano en alto ante el presidente Daniel Ortega y su esposa, la "copresidenta" Rosario Murillo.
la
"policía voluntaria" fue creada como parte de una amplia reforma a la
Constitución, sellada el 30 de enero por un congreso legislativo controlado por
el régimen y el Frente Sandinista (fsln, izquierda). En este punto se asume que
se trata de un nuevo brazo armado represor del régimen contra la sociedad
civil, producto de una nueva reforma constitucional unilateral concretada por
el régimen.
Desde hace algunas semanas, unos 50.000 hombres y mujeres de varias provincias se han integrado a este "cuerpo auxiliar y de apoyo" a las fuerzas de seguridad.
En un informe publicado en Ginebra sobre derechos humanos en Nicaragua, un grupo de expertos de la ONU indicó que la dictadura de Daniel Ortega "reclutó a excombatientes, militares y policías retirados, jueces y empleados públicos, para que se unieran a la 'policía voluntaria'".
"Los llamados 'policías voluntarios' [...] evocan el
papel nefasto de los grupos enmascarados que protagonizaron la represión letal
de las protestas antigubernamentales de 2018", informo un funcionario de
alto nivel a la agencia gala France Press en Managua.
Durante esas protestas (2018), que según la ONU dejaron
más de 300 muertos, hombres encapuchados fuertemente armados, que el gobierno
llamó el "pueblo", intervinieron para retirar las barricadas que
habían colocado en las calles los manifestantes, buena parte de ellos
universitarios.
El régimen de Ortega considera las protestas de 2018 como
un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.
"Recibo el bastón de mando [...] para garantizar y
defender la paz y seguridad", dijo Díaz, quien es consuegro de la pareja
presidencial y está sancionado por Estados Unidos.
Estos grupos se suman ahora a la Policía Nacional y al
Ejército, que, según la nueva Constitución, puede ser desplegado en tareas
policiales, consolidando así el poder represivo.
"Sabemos que tenemos la fuerza para trascender todos
los desafíos", declaró Murillo tras la ceremonia. El peligro iminente
proviene ahora del gobierno estadounidense encabnezado por Donald Trump, quien
ha enviado emisarios oficiales y especiales a conversar con todos los
gobiernpos centroamericanos.
No se ha conocido públicamente con detalles de lo acordado, pero si se sabe de ofertas de Washington en dinero para que reciban asesinos asilados en EE UU y también criminales estadounidenses y/o extranjeros que están internados en prisiones estadounidenses.
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