El propietario de la red social X (ex twitter) Elon Musk, se transforma de día en día en el más poderoso personaje entorno el Presidente Donald Trump, siendo hasta hace muy poco, aparte de millonario, un personaje prácticamente alejado de los partidos y de la política activa en Estados Unidos. Su influencia se apoya en su posición como asesor externo de la Casa Blanca que utiliza una de las plataformas de información más poderosas del mundo para vender los puntos de vista del gobierno mientras intimida a sus detractores.
Últimamente ha utilizado exageradamente la vía de X para difundir y fomentar todas las posturas de Trump por absurdas que éstas sean o parezcan, aprovechando sus 215 millones de seguidores. Desde su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump se propuso desmantelar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, (USAID por sus siglas en inglés) y ha avanzado de manera rápida en su objetivo. Hace dos semanas, el republicano ordenó paralizar casi la totalidad de la ayuda externa de Estados Unidos y según medios estadounidenses, la fuerza laboral de la agencia pasará de 10 mil a 294 personas.
La USAID fue creada en 1961 por el presidente John F. Kennedy con el objetivo de planificar y administrar la asistencia económica y humanitaria en el mundo. Su aporte es valorado en distintos lugares y ámbitos, pero también sus operaciones han sido cuestionadas por intervenir en asuntos internos de gobiernos que no son afines a los intereses de Estados Unidos.
Según el reporte del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU., la USAID “proporciona ayuda a países estratégicamente importantes y a países en conflicto; dirige los esfuerzos de Estados Unidos para aliviar la pobreza, las enfermedades y las necesidades humanitarias; y ayuda a los intereses comerciales de Estados Unidos apoyando el crecimiento económico de los países en desarrollo y fomentando la capacidad de los países para participar en el comercio mundial”.
En 2023, la USAID destinó cerca de 42 mil millones de dólares a un centenar de países. Entre los principales destinatarios estuvieron Ucrania, Etiopía, Jordania, la República Democrática del Congo y Somalia.
En América Latina, la agencia distribuyó mil 700 millones en asistencia humanitaria, desarrollo económico, derechos humanos y gobernanza, siendo los principales beneficiarios Colombia, Haití y Venezuela.
El secretario de Estado, Marco Rubio, señaló que la USAID “se ha desviado durante mucho tiempo de su misión original de promover responsablemente los intereses estadounidenses en el extranjero y ahora está más que claro que una parte significativa de la financiación de USAID no está alineada con los intereses nacionales básicos de Estados Unidos”.
El secretario Rubio también notificó al Congreso que se está llevando a cabo una revisión de las actividades de asistencia exterior de USAID con vistas a una posible reorganización.
En América Latina, la medida también ha tenido un fuerte impacto, afectando a sectores clave como el desarrollo económico, los derechos humanos, el fortalecimiento institucional y la asistencia humanitaria. Ante este panorama, surgen preguntas sobre cómo los países afrontarán la reducción de fondos y qué estrategias adoptarán para mitigar los efectos de esta decisión en sus programas sociales y económicos.
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