Por Walter Krohne
El presidente Barrack Obama está viviendo su mejor momento en la Casa Blanca. Tras la victoria obtenida con la aprobación de su histórica reforma sanitaria, que permitirá a 37 millones de personas acceder a la seguridad médica en Estados Unidos, logró ayer (ver KrohneArchiv) un nuevo acuerdo con Rusia sobre desarme nuclear, con lo cual confirmó todos los argumentos necesarios para reafirmar el Premio Nobel de la Paz que recibió el año pasado en Estocolmo.
En el tema de la salud, Obama logró algo que nunca pudieron hacer otros presidentes estadounidenses y esto describe lo gigantesco del paso dado, porque además lo “consagró” como un gran negociador político que le permitió persuadir o vencer a los republicanos y a una parte de los demócratas que estaban en contra de esta reforma y que muchos calificaron de “proyecto socialista”.
Al mismo tiempo pudo confirmar su espíritu de luchador contra la desigualdad social y prometer seguir trabajando para añadir a esta reforma a otros 10 millones de ciudadanos que sobreviven aún sin acceso a la atención médica.
Este líder afroaamericano, que ha ido cumpliendo una a una todas las promesas que hizo en campaña, se anotó ayer otro punto al anunciar que podrá garantizarle al mundo un futuro de paz al acordar con su colega ruso, Dimitri Medvedev, una ambiciosa reducción de armamento nuclear entre ambas potencias, lo que significa un nuevo tratado bilateral de control de armas (NUEVO START).
Obama expresó en forma breve y concisa que en esta negociación “ha hecho falta paciencia y perseverancia para lograr un acuerdo, pero nunca lo hemos dejado de intentar”.
El presidente Barrack Obama está viviendo su mejor momento en la Casa Blanca. Tras la victoria obtenida con la aprobación de su histórica reforma sanitaria, que permitirá a 37 millones de personas acceder a la seguridad médica en Estados Unidos, logró ayer (ver KrohneArchiv) un nuevo acuerdo con Rusia sobre desarme nuclear, con lo cual confirmó todos los argumentos necesarios para reafirmar el Premio Nobel de la Paz que recibió el año pasado en Estocolmo.
En el tema de la salud, Obama logró algo que nunca pudieron hacer otros presidentes estadounidenses y esto describe lo gigantesco del paso dado, porque además lo “consagró” como un gran negociador político que le permitió persuadir o vencer a los republicanos y a una parte de los demócratas que estaban en contra de esta reforma y que muchos calificaron de “proyecto socialista”.
Al mismo tiempo pudo confirmar su espíritu de luchador contra la desigualdad social y prometer seguir trabajando para añadir a esta reforma a otros 10 millones de ciudadanos que sobreviven aún sin acceso a la atención médica.
Este líder afroaamericano, que ha ido cumpliendo una a una todas las promesas que hizo en campaña, se anotó ayer otro punto al anunciar que podrá garantizarle al mundo un futuro de paz al acordar con su colega ruso, Dimitri Medvedev, una ambiciosa reducción de armamento nuclear entre ambas potencias, lo que significa un nuevo tratado bilateral de control de armas (NUEVO START).
Obama expresó en forma breve y concisa que en esta negociación “ha hecho falta paciencia y perseverancia para lograr un acuerdo, pero nunca lo hemos dejado de intentar”.
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Mientras en el Kremlin en Moscú se escuchó a la portavoz del gobierno ruso estimando que el Nuevo STAR –el anterior firmado por Mijail Gorbachov y el entonces presidente estadounidense George Bush senior, que expiró en diciembre pasado justo cuando Obama recibía el Nobel- reflejaba el equilibrio de intereses entre los dos países. Algunos analistas destacan hoy que tanto Estados Unidos como Rusia se han convencido que, en medio de tantas crisis, habría llegado el momento de trabajar concentradamente por la paz mundial.
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El 8 de abril, en Praga, ciudad donde Obama hace un año reveló por primera vez sus intenciones de desarme frente a Rusia al iniciar las negociaciones con Medvedev, se firmará el nuevo acuerdo que deberá ser ratificado por ambos estados a través de sus respectivos Parlamentos.
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Obama, para lograr la mayoría de dos tercios que necesita para esta ratificación, debería contar con algunos miembros del opositor Partido Republicano. Sin embargo, en otras oportunidades parlamentarios ya han expresado su oposición de conceder a Rusia todo lo que pueda limitar la capacidad de Estados Unidos de tener programas de misiles de defensa.
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Justamente, Rusia pretendía incluir estos últimos misiles defensivos en el nuevo tratado, pero Estados Unidos sólo quería poner los sistemas ofensivos, lo que retraso el logro de un acuerdo.
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La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, comentó al respecto que "el tratado es de interés para Estados Unidos, pues nos coloca en un claro liderazgo para tratar situaciones como las de Irán, Corea del Norte y de otros países a los que reclamamos mayores esfuerzos para proteger materiales nucleares".
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Funcionarios del Departamento de Estado agregaron que el nuevo tratado dejaría a Rusia como socio de Estados Unidos en esta posición de liderazgo.
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El tratado establecerá una reducción de las ojivas nucleares en misiles desplegados y cohetes de cada país de las actuales 2.200 a 1.500. La disminución se llevará a cabo en un plazo de siete años desde la fecha en que entre en vigor. También se reducirá la cantidad de misiles desplegados y en reserva, cohetes y proyectiles que transportan ojivas a un total de 800.
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Esto representa una disminución de 74 por ciento frente al tratado caducado suscrito el 31 de julio de 1991, que ya significó, por su parte, una disminución de 40 por ciento del arsenal de ambos países.
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