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sábado, 16 de octubre de 2010

Resurrección

Por Eugenio Alvial Díaz

Un buen amigo nuestro, estudioso y sabio, más preocupado de las cosas del espíritu que lo material, quien ya no está con nosotros, nos decía, repetía e insistía, que nada es casualidad, si no, causalidad.

Él, abundando, decía que la vida es una larga cadena de “causalidades” que tienen sus respectivas consecuencias y que éstas se transforman automáticamente en causas para otras consecuencias.

El grave accidente que ocurrió en la mina San José de Atacama, fue sin duda, la consecuencia de la irresponsabilidad de empresarios omnubilados, que con riesgos evidentes, querían aumentar las ganancias, a costa de la vida de muchas personas.

Podríamos decir que este dramático episodio, tiene ramificaciones; por un lado, como causa principal, es la temeridad con que se desafió la fuerza de gravedad y que produjo el derrumbe que selló la mina. Las consecuencias son ampliamente conocidas, aparte de quedar al descubierto que la excavación no contaba con las vías de escape adecuadas y que el organismo fiscalizador tampoco funcionó eficientemente.

Todo lo comentado, como consecuencia menor frente a la mayor, que significó un gran movimiento de gestiones y recursos, lo que tuvo alcance internacional. Pero, no perdamos de vista la causa aparentemente inicial, como fue excavar codiciosamente un pilar que movió una roca de varios miles de toneladas y cuya consecuencia fue desplazar hasta el lugar a cientos de personas, maquinarias, medios técnicos y por ende, disponer de cuantiosos recursos.

Por supuesto, hemos dejado, como mención especial, la angustiosa incertidumbre, por minutos, días, horas y semanas de los familiares y seres queridos, tanto de los atrapados en el fondo de montaña, como de los espectantes en la superficie.

Otra de las ramificaciones causales es la necesidad imperiosa de trabajo, con riesgos extremos, a la que acude gente acorralada por deudas u obligaciones de familia, sin importar los riesgos y apelando a la buena suerte para no sufrir un accidente que podría ser fatal. Las prevenciones o mitigaciones, que son de cuenta de organismos oficiales, no funcionan de acuerdo al reglamento, por lo tanto el trabajador queda en la indefensión laboral.

Las consecuencias inmediatas, de las cuales hemos mencionado algunas, obviamente, no tardaron en producirse y las mediatas, más temprano que tarde, empezarán a manifestarse irreversiblemente.

Siendo así los invitamos a analizar otras consecuencias, que se relacionan mas bien con los individuos que con las cosas.

El primer impacto del desastre entre las víctimas, esto es, los mineros, luego que decantara el polvo del derrumbe, trajo como consecuencia tomar conciencia de una situación difícil, que podría poner en serio peligro sus vidas además que en la superficie había seres queridos que esperaban su vuelta. ¿Qué sería de ellos si no volvían?

La consecuencia les indicó duramente el amor y cariño que tenían por esposas, hijos, novias, padres, amigos..., y la propia vida. Es posible que a más de uno, sobrepasado por la lucha por la vida, se le hubiera olvidado estos sentimientos de aprecio hacia los suyos, los que afloraron con fuerza en la oscuridad de la tierra, ante lo cual sintieron la enorme importancia de lo uno y de lo otro, sensación probablemente no experimentada antes.

Mientras tanto, en la superficie, viviendo otra consecuencia, los dueños y responsables del funcionamiento del yacimiento, se enfrentaban a la lógica deducción del término de la empresa, por la magnitud del desastre a causa de manejos inadecuados y pretensiones de ganancias más allá de lo razonable.

Siguiendo la cadena de consecuencias, entre los familiares de los mineros atrapados, la angustia de no volverlos a ver con vida y tal vez, el arrepentimiento de no haberle dicho a cada cual, ya sea esposo, padre, hijo, hermano, amigo, cuanto lo amaban y apreciaban. Tal vez le exigíamos demasiado, pueden haber dicho algunos o haberlos ignorado un poco, otros

Por su parte, para las autoridades gubernamentales las consecuencias se materializaban sintiendo sobre si la responsabilidad de no controlar con eficiencia las actividades privadas, que conllevan riesgos para los trabajadores, aparte de tener que iniciar con prisa las medidas para rescatar con vida a los mineros sepultados. ¿Tenemos las capacidades técnicas para hacerlo?, surge la pregunta candente.

En medio del intercambio de ideas para tomar medidas, unos pocos recomendaron al Gobierno no involucrarse en este accidente, que era cosa de privados, y que podría tener consecuencias políticas negativas si las acciones fallaban.

Como se sabe y visto por millones de personas, los mineros fueron rescatados con vida y sanos.

Las consecuencias, hasta este momento, han sido varias.

- Se valoró lo humano muy por encima de lo material

- Todos los técnicos, nacionales y extranjeros, pudieron comprobar sus capacidades

- La ciudadanía se preocupó y aglutinó su espíritu en torno a los 33 mineros sepultados en el fondo de la montaña y sus familias

- El Gobierno creyó en sus planes y funcionarios para tener éxito en la tarea

- El Gobierno vivió estrechamente de cerca la realidad de los que deben trabajar, aún con riesgo de sus vidas, para mantener a una familia

- La entereza de espíritu de los que arriesgan sus vidas, por la de otros, aún cuando no los conozcan

- Y a nuestro parecer, lo más importante, después del rescate de los mineros, ha sido el fuerte renacer del amor entre esposos, padres e hijos, hermanos, que se vivió en el momento de la “resurrección” de estos 33 hombres, una vez que salieron del pique, agregando la alegría desbordante y el abrazo sincero con compañeros y amigos, manifestaciones todas, que al producirse, generaban poderosas ondas de alegría sincera que inundaban especialmente a los más cercanos al rescate y que provocó que hombres curtidos por la vida o circunspectos por su rango, dejaron escapar algunas lágrimas de emoción.

Como decía nuestro amigo Alfonso, no hay ninguna casualidad, si no que causalidad y que trae consigo una consecuencia. En esta ocasión, sin lugar a dudas, la consecuencia ha sido demostrar que, a pesar de todo, los humanos tenemos, como algunos dicen, tendencias divinas o positivas. ¡Que bueno!

viernes, 15 de octubre de 2010

Caso Cubillas: Instructor de terroristas en Venezuela es difícil que sea extraditado a España porque se nacionalizó venezolano

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, afirmó que, aunque se harán todas las diligencias necesarias en el marco de la investigación del etarra José Arturo Cubillas, éste no puede ser extraditado debido a que tiene nacionalidad venezolana.

Cubillas es acusado en España de haber entrenado a miembros de la organización terrorista vasca ETA en Venezuela, en el verano de 2008. Dos etarras detenidos en España identificaron a Cubillas como su instructor.

El gobierno venezolano se comprometió con España a investigar el caso en un encuentro que tuvieron el pasado 6 de octubre en Madrid los cancilleres venezolano Nicolás Maduro y el español Miguel Angel Moratinos.

El gobierno venezolano va a "abrir una investigación" sobre Cubillas y también investigará el contenido del auto de un juez español enviado por la cancillería española a la venezolana, en el que se explica que dos presuntos miembros de la ETA confesaron haber recibido cursos de formación en Venezuela el 2008, se explicó en fuentes caraqueñas.

Moratinos había pedido antes al embajador venezolano en Madrid, Isaías Rodríguez, "una cooperación más intensa y actuaciones concretas y específicas en relación con el señor Cubillas".

En unas declaraciones recogidas por los medios locales, la Fiscal Ortega dejó claro que la Constitución de Venezuela veta, en su artículo 69, esta extradición, ya que Cubillas es venezolano por 'naturalización'.

"Cubillas ingresó a Venezuela en 1990, posteriormente solicitó la naturalización, que le fue concedida", explicó la máxima representante del Ministerio Público, quien reiteró que un venezolano, "ya sea por naturalización o por nacimiento", no puede ser extraditado. No obstante, aclaró que no ha recibido ninguna solicitud formal de España en relación al posible traslado.

Adelantó que mediante los instrumentos jurídicos contemplados en los acuerdos entre Venezuela y España las autoridades del país sudamericano tratarán de obtener la información correspondiente a las investigaciones practicadas sobre Cubillas, quien podría haber participado en la formación de etarras en suelo venezolano.

Cubillas presentó un escrito ante la Fiscalía el pasado 11 de octubre en el que pidió la apertura de una investigación, tras lo cual se ha encargado "al fiscal número diez con competencia nacional, Richard Monasterios", que inicie las pesquisas. Ortega confirmó que las autoridades de Venezuela pedirán la comparecencia de todos las personas vinculadas a esta investigación, incluso las que se encuentren en el extranjero.

Minero Sepúlveda: “Estuve con Dios y con el Diablo, me pelearon y me agarre de Dios, la mejor parte”

Como indescriptible han calificado algunos mineros rescatados de la mina San José la experiencia que tuvieron que vivir a 700 metros de profundidad durante 69 días, en declaraciones que han realizado durante la estadía que han tenido que cumplir en el Hospital de Copiapó.

Sus declaraciones, sin embargo, son consideradas relativamente “suaves” frente a lo que realmente han tenido que vivir en las profundidades de la tierra, especialmente durante los primeros 17 días, sin alimentos suficientes, parcialmente a oscuras y con una gran incertidumbre que los podía llevar en cualquier momento a un estado de locura o a cuadros de trastornos psicológicos graves.

Los familiares también han notado esta “suavidad” en las declaraciones de los mineros y dicen que esto se debe a “un pacto de silencio” que hicieron entre ellos consistente en no revelar detalles de lo ocurrido durante los 69 días. El equipo psicológico de la Operación de rescate San Lorenzo confirmó igualmente, al menos en parte, esta versión con el argumento de que ellos no quieren hablar de cuestiones privadas o de otro tipo de problemas que tuivieron que afrontar en el fondo de la mina. Ellos desean "reubicarse" otra vez en la superficie antes de hablar o hacer relatos más extensos.

Algunas de las declaraciones publicadas por la prensa resumen la situación actual en la que se encuentran los mineros rescatados, surgiendo ya algunos casos de estrés posttraumático.

Mario Gomez es el de mas edad del grupo, tiene 63 años y también el que más sufrió porque durante el encierro presentó complicaciones de salud. Incluso, cuando bajaron dos paramédicos durante el rescate, se decidió que uno de ellos se preocupara solamente de él, puesto que le dio neumonía. Para esto, Gómez fue preparado por medio de ejercicios para que su sistema respiratorio resistiera el ascenso por la cápsula Fénix 2. Para asegurar aquello, también se le puso una máscara de oxígeno durante el trayecto. Gómez explicó que la enfermedad ocurrió por una corriente de aire que se formó cuando el sondaje definitivo rompió la losa. “Me dio porque en los últimos cuatro días antes de salir, cuando llegó la sonda y rompió, hubo una corriente de aire. De ahí me dio una neumonía, pero ahora estoy bien", indicó. Desde que fue internado en el Hospitral de Copiapó, los médicos le administraron oxígeno hasta que mejoró su respiración. Pero también el encierro le afectó la dentadura, por lo que se le practicó una cirugía dental por un problema en sus muelas. "Ahora estoy bien de eso", dijo mientras esperaba en el establecimiento de salud.


Elizabeth, la esposa de Carlos Mamani

Para el boliviano Carlos Mamani, el único extranjero, su drama es si vuelve o no a su país, donde tiene familiares, cuatro hermanos. Su historia es la de todos los migrantes, ya que se vio obligado a instalarse en Chile por falta de trabajo en Bolivia. El presidente boliviano Evo Morales viajó a Chile para conocerlo llegando a la mina cuando Mamani, el cuarto minero en salir, ya estaba en el Hospital de Copiapó. Morales le ofreció un trabajo estable y una casa para vivir con su esposa Elizabeth e hijos en Bolivia. Sin embargo, al minero le gusta vivir en Chile donde tiene amistades. Sin embargo, la decisión por el momento es no regresar, aunque decidirá su futuro la próxima semana cuando viaje a Bolivia con su familia. "Tengo que solucionar algunos cosas en Chile, después veré si vuelvo", dijo refiriéndose a su finiquito con la minera San Esteban.

Richard Villarroel dijo que "El peor momento fue cuando cayó el segundo bloque, ahí fue el mayor miedo porque ahí ya se cerró por completo la mina. En ese momento pensé que no iba a volver a ver a mi señora y que no iba a poder ver nacer a mi hijo. Antes del primer contacto "estábamos esperando la muerte, nos sentíamos muy flacos. Yo, en ese momento, tenía miedo de no cumplirle a mi bebé que estaba en camino. Estábamos consumiendo nuestros cuerpos en el trabajo que desarrollábamos en movimiento. Por no comer bien -dijo- comenzamos a adelgazar cada vez más". Consultado si antes de ser rescatados alguien temió por canibalismo, el joven mecánico explicó que mientras estuvieron atrapados y antes de hacer contacto con la superficie, "nadie hablaba de eso. Pero una vez que la ayuda llegó, se convirtió en un tema de broma, pero sólo una vez que nos encontraron. Hasta entonces, no se habló de canibalismo".

Osmán Araya declaró que "Jesucristo fue mi único héroe", dijo. El mismo trabajador que desde el fondo del yacimiento enviaba videos a sus hijos prometiéndoles que "nunca los dejaré, lucharé hasta el fin para estar con ustedes", señaló después de su rescate que "nunca perdí la esperanza, la fe nos mantuvo con vida". Fue sometido ayer a una cirugía dental para extraerle dos piezas premolares que resultaron dañadas producto de las caries durante los 70 días del encierro.

La misma fe religiosa manifestó haberla tenido Mario Sepúlveda. Uno de los más carismáticos en el encierro; se hizo famoso por animar los videos que han enviado los mineros a sus familiares, ganándose el reconocimiento de Don Francisco por su facilidad para la locución. Electricista de profesión, este oriundo de Pudahuel celebró junto a los otros 32 mineros sus 40 años, el pasado 4 de octubre. Casado, tiene dos hijos. Al llegar a la superficie dijo: “Estuve con Dios y con el Diablo, me pelearon y me agarre de Dios, la mejor parte”.

Edison Peña declaró que “Aaprendimos mucho allá abajo, por ejemplo, a contar mucho más con nuestras familias. Y toda esa miel de lo que aprendimos queremos derramarla sobre mucha gente". Peña fue el duodécimo de los mineros que fueron rescatados el miércoles en la operación San Lorenzo. “El momento más complicado que viví durante este proceso fue cuando se vinieron abajo las toneladas de rocas, dejándonos a oscuras y sin escuchar a nadie. Pensé que no íbamos a volver a ver, nada más", destacó. Para tener controlada la ansiedad provocada por el encierro, corría todos los días por los 800 metros que separaban el taller del refugio.

Experiencia del primer rescatista
 Cuando llegó el primer rescatista al lugar donde estaban los mineros, Manuel González de la empresa estatal Codelco, los 33 lo abrazaron de lo felices que estaban. Fue el primer contacto con alguien de afuera de la mina. Relató este encuentro así: Me abrazaban porque veían en mi la esperanza de poder salir, era como que llegara un héroe y eso fue muy emocionante, aunque les expliqué que sólo representaba a un enorme grupo de trabajo. Estaban muy ansiosos, pero a la vez calmados, porque si bien todos querían salir pronto, sabían su posición de salida”, declaró González al diario La Segunda.

"Abajo, las condiciones eran inhumanas. Había una sensación de 40 grados de temperatura y hay que pensar que mucha gente trabaja toda la vida en estas condiciones, porque hay muchas minas así en el norte. La temperatuta obliga a permanecer tomando líquido todo el día y lo único que queríamos era que los 33 salieran luego. Nosotros llevábamos 12 horas en esta situación , pero los mineros casi 70 días. Ellos fueron muy inteligentes, muy capaces y brillantes, en su quehacer diario para poder sobrevivir”.

¿Cómo fue para usted esta experiencia? “Muy fuerte . Al principio me quebré con ellos allá adentro. Es la experiencia más fuerte que me ha tocado vivir. Cuando llegué me abrazaron y dos o tres se pusieron a llorar…y ahí lloré con ellos”.

Situación médica de los mineros

El subdirector médico del Hospital de Copiapó, Jorge Montes, dijo que no menos de 10 mineros serán dados de alta hoy desde el recinto asistencial. "La situación hoy es bastante satisfactoria, todo ha salido como esperábamos", señaló.

Agregó que la situación de los pacientes que presentaban problemas respiratorios y oftalmológicos, que precisó eran dos de los mineros, está manejada por lo que estas dolencias "no van a motivar una estadía prolongada" de ninguno de ellos en el hospital.

Entretanto, el ministro de salud, Jaime Mañalich, declaró que "esencialmente se puede resumir en que se actúo con un criterio extremo de prevención de diagnóstico precoz de cualquier condición de salud, para minimizar riesgos que íbamos a enfrentar".

"Sin las cenizas de mi hijo no abandonaré Cuba", dice la madre del fallecido disidente Orlando Zapata

Reina Luisa Tamayo Danger
El régimen cubano del general Raúl Castro le propuso salir de Cuba a Reina Luisa Tamayo Danger, madre del fallecido opositor y preso político, Orlando Zapata Tamayo, pero ella ha dicho que sólo abandonará el país con las cenizas de su hijo.

Orlando Zapata, un jornalero de 42 años de edad, soltero y sin hijos, falleció el 23 de febrero pasado después de una huelga de hambre de 85 días en protesta contra el  régimen carcelario vigente para los disidentes en la isla caribeña.  Este hecho originó un repudio internacional en contra del régimen cubano y abrió las puertas a unos 38 opositores para que pudieran salir de la isla, la mayoría con destino a España.

Reina Luisa, lider del movimiento de liberación las Damas de Blanco, reside en Banes, Holguín, ubicada a 750 kilómetros al sureste de La Habanal. Dijo que su familia -tres hijos y una hija- habían aceptado la propuesta del gobierno de abandonar Cuba, pero ella no lo hará sin las cenizas de su hijo muerto enterrado en Banes.

Reina Luisa explicó que el obispo de Holguín, Monseñor Emilio Aranguren, la visitó en su domicilio de Banes para hablarle de la propuesta de las autoridades de emigrar directamente a Estados Unidos, según confirmó el líder clave de la oposición cubana Elizardo Sánchez que los identificó como Oscar Espinosa Chepe, Jorge Olivera, Carmelo Díaz, Roberto de Miranda y Broche Margarito, que fueron liberados de la prisión por motivos de salud. Mientras Espinosa y Olivera habría rechazado la oferta, el resto estaría de acuerdo en abandonar la isla.

Sánchez, quien es presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDHRN), dijo que esta era otra maniobra del régimen castrista al que le está resultando "de alta conveniencia" reducir el número de opositores en la isla, tanto en las cárceles como en las calles. "El Gobierno desearía que nos marcháramos todos", agregó a la agencia Europa Press.

Otros disidentes añadieron que el nuevo concepto que se introduce es “el acuerdo humanitario” para exiliar a Reina Luisa con su esposo y sus cuatro hijos. De esta manera resolverían el complejo problema que se les ha creado en Banes con la resistencia de esta madre y muchos otros opositores que manifiestan sin miedo su rechazo al gobierno de la isla, alto y claro.


Reina Luisa Tamayo, de 62 años de edad,  dijo que la oferta del Gobierno le fue comunicada el 11 de octubre por el obispo católico Emilio Aranguren, de la oriental provincia de Holguín. Ayer viajó a La Habana para reunirse con funcionarios en la oficina del cardenal Jaime Ortega con el fin de conocer más detalles de la propuesta.

En mayo pasado, Ortega se reunió a puertas cerradas con el presidente Raúl Castro consiguiendo que el gobierno cubano diera luz verde para que 52 cubanos de un grupo de 75 presos políticos, encarcelados en una redada nocturna en 2003, pudieran recuperar la libertad y abandonar Cuba si lo querían. Solo lo habrían hecho 40 (38 a España, uno a Chile y otro a EE UU con sus respectivas familias).

Cincia y Desarrollo - Caracol marino con forma de vuvuzela descubren en Cuba

Un extraño caracol marino con forma de vuvuzela fue descubierto por un equipo de investigadores españoles y cubanos en Guanahacabibes (Cuba), informaron fuentes periodísticas españolas y cubanas.  El lugar donde habita este molusco está situado a unos 750 kilómetros al sur de la plataforma ‘Macondo’, cuyo derrame de crudo, en abril pasado, ocasionó en el Golfo de México uno de los mayores desastres ecológicos de la historia de la humanidad.

Caracoles con  forma de
vuvuzelas hallados en Cuba

El hallazgo se ha producido en el ecosistema de arrecifes de Guanahacabibes, donde un equipo científico binacional realiza desde 2006 el inventario de los moluscos marinos que albergan las aguas de esa península, según explicó a la agencia EFE el investigador, Leopoldo Moro, del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias.

Moro señaló que para este curioso caracol, un verdadero fósil viviente "digno de haber sido la mascota del pasado campeonato mundial de fútbol de Sudáfrica", se ha propuesto un nuevo género, el "Globocornus, de Globus=globo, balón, y cornus=trompeta (balón con trompeta)". Además se ha dedicado su descubrimiento a Charles Darwin con motivo de celebrarse el Año Mundial de la Biodiversidad y el 150 aniversario de la publicación de "El origen de las especies", una obra maestra que cambió la visión de la vida sobre el planeta, detalla el biólogo marino. En esta forma, el caracol ha sido bautizado como "Globocornus darwini" y es una más del millar de especies marinas que han sido inventariadas en la península de Guanahacabibes.

Los caracoles pertenecen a la clase de los moluscos y en la actualidad reúnen a miles de especies de variadas formas y tamaños. Su importancia ecológica se debe fundamentalmente a la gran diversidad de características y conductas: la mayoría puede estar en diferentes niveles en las redes tróficas a lo largo de su ciclo de vida, como en la fase de larvas nadadoras trocófora y velíger, que después como adultos ocupan ecosistemas de cuyo equilibrio forman parte.


La organización corporal de todos ellos sigue un patrón básico derivado de un mismo ancestro común, originado poco antes del periodo Cámbrico, hace 500 millones de años, cuando se arrastraban sobre rocas y fondos suaves de aguas poco profundas. La extensa historia geológica de los caracoles se debe a su concha mineral, que posibilitó su conservación en procesos de fosilización y que ha permitido disponer de un rico registro cronológico. Los caracoles figuran entre los invertebrados más diversificados, y su única concha, de enrolamiento helicoidal, crea infinitas estructuras: aplanadas, redondeadas, espinosas, alargadas, lisas, estrelladas y ornamentadas. Su tamaño promedio fluctúa entre 2 y 6 cm de longitud, pero los hay más pequeños y mucho más grandes.

33 cruces que no fueron


Por Hernán Rivera Letelier (*)

Primero fueron las carpas (tiendas) solitarias de los familiares. Llegaron a la mina con banderas, con santitos, con velas de duelo, con fotografías de los padres, de los esposos, de los hermanos, de los hijos enterrados allá abajo. Mientras comenzaba el rescate, allí se quedaron, día y noche, rezando, llorando, blasfemando, exigiendo justicia, soportando el viento y el tierral inclemente, el calor durante el día y el frío atigrado de la noche. Y cuando todo hacía suponer que el drama terminaría como siempre, que allí, sobre la mina convertida en fosa común, iban a aflorar 33 cruces de animitas, iguales a las cientos que se alzan a lo largo del desierto chileno, sube desde las profundidades el mensaje que estremece a todos: los hombres están vivos.

Fue el comienzo de un espectáculo de espejismo. Como en un desfile de feria comenzó a llegar una muchedumbre que alborotó la tranquilidad del desierto: payasos de semáforos, predicadores evangélicos, actrices de telenovelas, millonarios excéntricos repartiendo millones como embelecos, modelos, humoristas, políticos, presentadores de televisión y miles de periodistas de los más lejanos países del mundo. Y de la noche a la mañana, en medio de un gran desorden y confusión de lenguas, apareció un pueblo de Babel que en su momento de apogeo tuvo una población de más de tres mil personas.

La historia del desierto de Atacama está coronada de tragedias (como una larga muralla coronada de vidrios rotos). Huelgas interminables, marchas de hambre, accidentes fatales, mineros ametrallados y cañoneados a mansalva en masacres inconcebibles. Todo esto a causa de una larga data de injusticias laborales, sociales y morales en contra del minero, injusticias que, pese a los años y a ríos de promesas políticas, se han conservado inalterables, como agrias momias atacameñas. Se dice desierto de Atacama y se entiende drama, explotación y muerte. Por eso ya era hora de que se viviera una epopeya con final feliz. Ya era hora de que la tierra, regada tanto tiempo por la sangre, el sudor y las lágrimas de los mineros, devolviera verdores desde su vientre, devolviera frutos de vida. Aquí sangre, sudor y lágrimas no es una frase vulgar. Yo, que viví cuarenta y cinco años en este desierto, que trabajé en las minas a rajo abierto -sólo dos veces y por muy corto tiempo lo hice en minas subterráneas-, lo puedo decir fehacientemente: el desierto de Atacama está regado de sangre, sudor y lágrimas .

El campamento Esperanza, convertido en el hogar
de los familiares de los 33 mineros durante dos meses,
comenzó ayer a cerrar  sus puertas.

El rescate de los 33 mineros de Copiapó, además de un triunfo de la tecnología, se alza desde este desierto como una lección de vida para la humanidad entera. Una prueba de que cuando los hombres se unen a favor de la vida, cuando ofrecen conocimiento y esfuerzo al servicio de la vida, la vida responde con más vida.

Aquí no se trabajó buscando oro o petróleo o diamantes. Lo que se buscaba era vida. Y brotó vida, 33 chorros inmensos.

Y a los estallidos de aplausos y abrazos y risas mojadas de lágrimas de la muchedumbre en la mina, y del júbilo de campanas y sirenas de las ciudades del país, se sumó la alegría emocionada del mundo entero. Éramos todos seres humanos conmovidos hasta los tuétanos. Porque a medida que cada uno de los mineros iba subiendo, saliendo, renaciendo desde las entrañas de la tierra, cada uno de nosotros lo sentía como emergiendo desde el fondo de su propio pecho. Fue la celebración total de la vida.

Ya lo he dicho: el desierto está poblado de cruces, testimonios mudos de muerte y desolación. Hagamos por lo tanto de este lugar un homenaje a la vida. No construyamos otro monolito, que son superfluos; no levantemos un monumento, que hay demasiados; no erijamos un santuario, que ya hay los suficientes. Echemos a volar la imaginación y creemos algo nuevo, algo que manifieste a toda la raza humana.

Yo propongo un Elogio de la vida


Un mensaje para los 33: que les sea leve el alud de luces, cámaras y flashes que se les viene encima. Es cierto que sobrevivieron a esa larga temporada en el infierno, pero al fin y al cabo era un infierno conocido para ellos. Lo que se les viene ahora, compañeros, es un infierno completamente inexplorado por ustedes: el infierno del espectáculo, el alienante infierno de los sets de televisión. Una sola cosa les digo, paisitas, aférrense a su familia, no la suelten, no la pierdan de vista, no la malogren, aférrense como se aferraron a la cápsula que los sacó del hoyo. Es la única manera de sobrevivir a ese aluvión mediático que se les viene encima. Se los dice un minero que algo sabe de esta vaina.

Para terminar, una oración por ustedes, una oración del poeta iquiqueño Jaime Ceballos, síntesis exacta de lo que acabo de decir:

Oración 33

Señor, tú que sabes/ De milagros y esperanzas/ No los abandones.// En esta hora del secuestro/ Rescátalos de sus rescatadores/ No los abandones.// Baja tú antes que los medios/ Infórmales antes que sea tarde/ No los abandones.// Sácalos de los sets de televisión/ Apártalos de las luces que enceguecen/ No los abandones.// Tú sabes que entre cámaras y flashes/ Ya destruyeron la Tragedia./ Pero a ellos, no los abandones.

(*) Escritor chileno

Puntos de Vista/Royalty en Chile: La ilegítima prórroga de la invariabilidad tributaria

Por Julián Alcayaga (*)

EL Comité de Defensa y Recuperación del Cobre  condena en la forma más enérgica posible el acuerdo al que llegaron algunos senadores de la Concertación con el gobierno, en el que acuerdan prorrogar por 6 años la actual ilegítima invariabilidad tributaria. Si bien podría entenderse que el año 2005 hayan aprobado la actual invariabilidad tributaria, ya que era muy difícil que parlamentarios de la Concertación rechazaran un proyecto de ley presentado por el gobierno de la Concertación, pero ahora no puede existir ninguna razón que permita justificar que parlamentarios de la Concertación aprueben la lesiva, injusta, inicua, ilegítima e inconstitucional prorroga de la invariabilidad tributaria del un proyecto de modificación del royalty, presentado esta vez por un gobierno de derecha a instancias de las mismas transnacionales mineras.

Y lo peor de todo es que estos senadores de la Concertación llegan a este acuerdo con un gobierno de derecha, un día 6 de octubre, al día siguiente de cumplirse 22 años del histórico triunfo del NO, día en que se derrotó a la dictadura, es decir a la derecha que hoy está en el gobierno.

Este proyecto de prórroga de la invariabilidad tributaria es tan inicuo y lesivo a los intereses nacionales, que ya por esta sola razón es inconstitucional, puesto que el artículo primero de la  Constitución establece la obligación para el Estado de procurar la satisfacción del bien común, en virtud de lo cual el legislador no puede aprobar leyes o tratados internacionales que puedan estimarse lesivos al bien común y a los intereses generales de la Nación. El proyecto de ley de modificación de royalty, presentado por el gobierno y aprobado por senadores de la Concertación, al otorgar otros 6 años de invariabilidad tributaria a las empresas mineras, lesiona gravemente los intereses generales de la Nación, y por ende es inconstitucional.

El daño al bien común deriva de lo siguiente: El año 2017 se pone término a la actual invariabilidad tributaria, por lo que a partir del año 2018, a estas empresas se les puede legalmente aplicar una verdadera regalía minera, que, según las diferentes proposiciones parlamentarias que ya han circulado, podrían situarse entre el 10 y 20% de las ventas.

Con regalías en estos porcentajes sobre las ventas, si tomamos en consideración el actual precio del cobre, cuyo promedio mensual en septiembre 2010 fue de 3,5 dólares la libra, y con una producción actual de estas empresas, de alrededor de 3,8 millones de toneladas de cobre, sin considerar otros minerales, el valor de esas ventas alcanzaría los 27 mil millones de dólares, tomando en consideración el descuento por fundición y refinación en el exterior de todo lo que se exporta como concentrados. Esto significa que la regalía minera podría situarse entre los 2.700 y los 5.400 millones de dólares anuales.

Esto significa que en los 6 años de la prórroga de la invariabilidad tributaria el Fisco dejaría de percibir entre 16 mil y 32 mil millones de dólares, que irían en beneficio directo de las mineras extranjeras.

Pero este proyecto adolece también de otras inconstitucionalidades tanto de fondo como de forma. En lo formal, transgrede el inciso séptimo del N° 24 del art. 19 de la Constitución, que establece que los derechos y obligaciones de los concesionarios mineros, solo pueden efectuarse por ley orgánica constitucional, y por esta razón, el primer proyecto de royalty que presentó el presidente Ricardo Lagos el año 2004, fue por ley orgánica constitucional y fue rechazado porque la derecha no dio el quórum de cuatro séptimos de diputados y senadores en ejercicio.

Por ello el segundo proyecto de royalty, el de la actual Ley 20.026, el Presidente Lagos lo presentó como ley tributaria ordinaria, proyecto que por esta razón era inconstitucional, pero en esa ocasión no se pudo presentar un requerimiento al Tribunal Constitucional porque no había disposición entre los parlamentarios de la Concertación para oponerse a un proyecto de un gobierno de la Concertación. Pero ahora es diferente, se trata de un proyecto de un gobierno de derecha, que es lesivo a los intereses nacionales, y por ello es perfectamente factible que 30 diputados o 10 senadores de la Concertación apoyen la presentación de un requerimiento al Tribunal Constitucional, y hagan fracasar este lesivo proyecto de ley.

(*) El autor es economista.

Con el alma en el cuerpo

Por Wilson Tapia Villalobos

Al escribir esta nota, los 33 mineros atrapados en la mina San José se encuentran a salvo. La emoción de verlos salir desde las profundidades de la tierra sigue conmoviendo. Muchas lágrimas se han derramado. De alegría. De saber que lo que comenzó hace 70 días llegó a un final feliz. Y que para muchos de los atrapados empieza una nueva vida. Aunque todos ya son personas distintas a las que eran ese aciago 5 de agosto de 2010.

Los especialistas en impacto mediático calculan que mil millones de personas vieron lo que ocurría en la ríspida zona de Copiapó. ¿Cuántas lágrimas se habrán derramado alrededor del mundo? La emoción también está globalizada. Pero acontecimientos de esta magnitud hacen aflorar diversas facetas del ser humano. Muchas más que las emociones. Sobre todo si se trata de un hecho que no tiene parangón en la historia de la Humanidad. Un acontecimiento que justo ocurre cuando la tecnología permite estar en vivo y en directo en las profundidades del socavón. Y que también hace posible un rescate que antes jamás pudo realizarse.

En el futuro vendrán los balances. Ahora todo está cubierto por el manto mágico de la satisfacción. De ver a un país unido tras una causa noble. En que la magnitud de lo ocurrido sacó a la luz los matices más recónditos de los seres humanos. Se vieron pequeñeces y grandezas. Me quedo con la entereza de los mineros. Con su presencia de ánimo. Con su valor para sobrellevar la certeza de que lo que les había ocurrido a ellos, en el pasado siempre terminó con epílogo fúnebre.

Esta vez no fue así. Y allí hubo personajes como Luís Urzúa (54). Fue el jefe del turno que se encontraba a 700 metros de profundidad cuando el derrumbe selló la mina. Jamás dejó de lado su labor. Hasta el final estuvo fuerte y seguro. Y con ese temple y calidad abandonó la mina en el último lugar.

Quedarán para el balance que viene las diferencias que en algún momento surgieron. Un grupo de trabajadores contratistas se sintió segregado. Resulta aberrante que las diferencias que impone el sistema económico vigente persistan hasta en los momentos en que está en juego la vida. Eso da la dimensión de lo que ocurre en el mundo del trabajo. En este mundo neoliberal, en la economía global. La externalización no sólo permite hacer economías a la empresa. También marca diferencias muy graves entre los trabajadores propios y “los de afuera”. Esta es una práctica discriminatoria que se ocupa en toda la minería, grande y mediana. Empezando por la gigante Codelco. Los trabajadores de primera, de segunda y de tercera existen. Los de primera son los propios. Los otros, externos. Ojalá esta tragedia sirva para alumbrar ese recoveco que maltrata a tanto obrero chileno. Y lo hace de la forma más hipócrita posible. No es la gran empresa la que paga malos sueldos. Son las compañías pequeñas que prestan servicios a los grandes.

También podrá hacerse el balance de los costos de esta exitosa tarea. Cualquiera sea su magnitud, está justificada por salvar vidas humanas. Especialistas en seguridad sostienen que todo el operativo puede haber alcanzado a alrededor de mil a mil quinientos millones de pesos por trabajadores rescatado. En ese monto están incluidos también los sueldos de los gerentes generales y ministros de Estado que llegaron hasta la mina. Incluso, el del presidente de la República, que estuvo tantas veces en el Campamento La Esperanza. Es cierto, no se escatimó en tecnología. Se buscaron los recursos técnicos donde estuvieran. Pero también hay que decir que Chile es un país de larga y exitosa experiencia minera. Y quedó demostrado.

Acontecimientos de esta envergadura difícilmente pueden evaluarse sólo desde la perspectiva del éxito del rescate. Existen, además, beneficios políticos. Y el gobierno del presidente Sebastián Piñera ha hecho un trabajo de muy buen nivel en ese sentido. Seguramente los resultados que arrojen las encuestas venideras así lo señalarán. Y también saldrán las comparaciones enojosas. Posiblemente éstas vendrán de los afectados por el terremoto. Muchos de ellos sienten que su problema no ha sido tratado con la diligencia que debiera. Y sostendrán que aquí está la prueba.

En fin. Chile hoy duerme tranquilo. Con una especie de sopor agradable proveniente del deber cumplido. Tal vez con la convicción de que aparecer en el libro de Récord Guinness tiene alguna importancia. De cualquier manera, me quedo con la última frase que se le escuchó a Luís Urzúa al salir de la mina: “Gracias por lo que hicieron por nosotros. Y ojalá esto no vuelva a ocurrir”.

¿Un país unido emocionalmente bastará para cambiar la mentalidad de lucro a cualquier precio? Lo último que se pierde es la esperanza.

jueves, 14 de octubre de 2010

Página Editorial Latinoamericana - El rescate de los mineros

Diario La Nación de Buenos Aires, Argentina
Chile y su digno baño de orgullo

El histórico y conmovedor rescate de los mineros resultó ser un tributo a la mejor acepción de la palabra "unidad"

Es cierto que las desgracias unen, pero también es cierto que algunas desgracias unen más que otras. La desgracia de los 33 mineros chilenos atrapados en un precario refugio sin luz natural ni aire fresco, a 700 metros de profundidad, sin duda ha unido más que cualquier otra a todas las personas de cualquier nacionalidad que, al menos por un momento, repararon en la angustia que puede significar estar en esa dramática situación e incluso en la de sus familiares y amigos, pendientes del desenlace en el puesto de avanzada que, durante 69 días de zozobra, desde anteanoche hizo honor a su nombre: campamento Esperanza.

El histórico y conmovedor rescate de los mineros, uno a uno en el tiempo necesario para llevarlos a la superficie, resultó ser un tributo a la mejor acepción de la palabra "unidad".

Tanto ellos, organizados durante los 17 días en los cuales tuvieron que racionar los víveres disponibles para sólo tres jornadas y alimentarse con apenas dos cucharadas de atún, como el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y toda la sociedad, sin distinción de banderías políticas o clases sociales, demostraron ser tan sólidos como la roca al hablar con una sola voz y, sin fisuras, lograr que los mineros retornaran sanos y salvos a la superficie.

Era una empresa mayor, colosal, imposible de medir en mezquinos términos políticos. En Chile, el orgullo nacional quedó inscripto en su mero nombre, grabado en la cápsula Fénix 2, y en su bandera, desplegada en el refugio y en la superficie como la salvaguarda común de esos hombres bravos que, puro coraje, supieron organizarse para no desesperarse y contenerse para no dispersarse.

Primó entre ellos la confianza, más allá de los lógicos y comprensibles arranques de furia y desesperación que pudieron haber sufrido. Ese papelito que sacudió al mundo con la primera señal de vida de los 33 dejó en evidencia hasta qué punto el ser humano es capaz de soportar condiciones adversas en su afán de sobrevivir.

Ningún país necesita una prueba de fuego semejante para que un presidente nuevo como Piñera, desentendido de la seguidilla de gobiernos socialistas y democristianos de la Concertación que dominaron La Moneda desde el final de la dictadura militar y de otros que se precian de ser "progresistas", se calzara el casco y, firme al lado del hoyo del cual iban a volver a la vida los mineros, confiara en fundirse en abrazos con ellos hasta que se selle en forma definitiva esa trampa mortal que dejó al desnudo la precariedad laboral que muchas veces es pública y notoria en América latina.

Los 33 y otros 300 que trabajaban en la mina San José llevaban dos meses sin cobrar; sus salarios no alcanzaban los mil dólares mensuales.

Desde hace más de una semana ondean banderas de Chile en Copiapó. El país presentía que el desenlace iba a ser feliz y que los rescatistas, así como quienes condujeron el complejo operativo, iban a convertirse en algo así como héroes nacionales. No da envidia. Despierta admiración y, en el fondo, nostalgia: ¿cuánto hace que los argentinos no nos enorgullecemos de nosotros mismos como sociedad en lugar de vanagloriarnos por el crédito de un polo o un sector en particular?

Esa es la diferencia con Chile, acaso más monumental que la cordillera de los Andes. Y es, también, la consecuencia de vivir en una guerra permanente contra nosotros mismos en la cual es imposible que haya ganadores.

En el desierto de Atacama, los familiares de los mineros levantaron el campamento con tiendas de campaña y una estatua de San Lorenzo, el santo patrono de los mineros, el 5 de agosto mismo. Se resistieron desde el comienzo a creer que los suyos habían quedado sepultados. Se valieron de una sola arma: rezar pidiendo una señal. Esa señal llegó en el papelito enrollado que vino a ser la confirmación de los recursos desplegados para dar con ellos. Había un boliviano y, por eso, el presidente de ese país, Evo Morales, acompañó a Piñera.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló por teléfono con su par chileno. "Esto es una caricia de Dios después de la tragedia de febrero", le comunicó, antes de, Twitter mediante, importar el escenario como si la "tragedia milagrosa" hubiese ocurrido en la Argentina y, con tono burlón que roza la falta de respeto hacia la desgracia en sí, hacer especulaciones sobre el papel de algunos de sus obsecuentes ministros y, desde luego, los medios de comunicación.

En realidad, tanta bandera de Chile y tanto grito a coro de su nombre cada vez que asomaba la cabeza un minero rescatado resultaron ser el mejor premio que ese país hermano y querido pudo darse a sí mismo. Un digno baño de orgullo nacional.

Diario El Tiempo de Bogotá, Colombia


En pocas ocasiones, un accidente industrial termina convertido en el símbolo del difícil camino de una nación hacia el progreso económico y el desarrollo social. Ese es precisamente el caso de los 33 mineros atrapados en un socavón en el norte de Chile, quienes, al cierre de esta edición, seguían regresando sanos y salvos a la superficie en un complejo operativo de rescate.

El pasado 5 de agosto, un derrumbe en San José, una mina de cobre y oro, sepultó a 32 trabajadores chilenos y un boliviano a 700 metros de profundidad. Luego de 17 días de búsqueda llegó lo inesperado: una prueba de vida en forma de un mensaje manuscrito que decía: "Estamos bien en el refugio los 33". El milagro desató la euforia nacional en el país austral y la puesta en marcha de una de las operaciones de rescate más complejas de la historia reciente de la minería. Los familiares levantaron varias carpas alrededor de la boca del yacimiento, el 'campamento Esperanza', para darles fuerzas a sus seres queridos.

Las autoridades chilenas, encabezadas por el propio presidente Sebastián Piñera, asumieron el salvamento como una misión nacional.

El resto del mundo no solo brindó solidaridad y atención durante los 68 días que duró la tragedia, sino prestó colaboración técnica en los difíciles aspectos de la titánica hazaña. Los mejores ingenieros, especialistas en minas, perforadores, sicólogos y socorristas ultimaron detalles para una tarea rodeada de amenazas: la dureza de la tierra, los cientos de metros de profundidad y la cantidad de trabajadores que había que transportar, uno por uno, en una pequeña cápsula. A esto se añadió el peligro de que los atrapados bajo tierra perdieran el control y pelearan entre ellos, al estilo de lo que ocurre en El señor de las moscas.

La llamada operación 'San Lorenzo', a pocos meses del devastador terremoto del 27 de febrero, ilustra dos caras del 'milagro' chileno. La primera es la confirmación de la austral como una de las sociedades más desarrolladas de América Latina. Los recursos técnicos y humanos desplegados por el Gobierno y el sector privado -se calculan inicialmente en 22 millones de dólares- se equiparan a cualquier operación en un país industrializado.

La perseverancia, tenacidad, fortaleza mental y aguante de los mineros, sus familias y el equipo de rescatistas son adjetivos que hoy se atribuyen a la sociedad chilena en su conjunto. El presidente Piñera, quien apostó el prestigio de su naciente administración a un rescate con pronóstico reservado, representa hoy la unidad de su país frente a las tragedias naturales y a los accidentes industriales.

No obstante, la alegría de recuperar con vida a los mineros no puede ocultar la otra cara del derrumbe: la escasa seguridad industrial en el sector líder de la economía austral y la búsqueda de ganancia a cualquier costo. El comportamiento de los empresarios dueños del yacimiento ha sido lamentable y refleja los grandes riesgos que miles de trabajadores sufren diariamente en los socavones por toda América Latina.

Chile no puede perder la oportunidad de fortalecer su regulación sectorial y mejorar las medidas de protección.

Para un país como Colombia, que transita hacia un auge de la explotación minera, las lecciones que deja esta experiencia son muchas. Para evitar otra tragedia más en nuestro territorio, hay que controlar los yacimientos ilegales y vigilar la seguridad en los socavones. Asimismo, aprender de los chilenos que el compromiso inequívoco de los máximos dirigentes y la solidaridad nacional, en ocasiones, son la luz al final del túnel.

Diario El Comercio de Quito, Ecuador


De las entrañas de la tierra fueron saliendo, uno por uno y ante los ojos del mundo, los 33 mineros. El rescate es una hazaña y ejemplo de solidaridad, organización y unidad.

El nombre de Florencio Ávalos quedará escrito en la historia de las buenas noticias, que pocas veces se pueden contar con mayor alegría y unánime sentimiento solidario. Él fue el primero de los 33 trabajadores rescatados tras el derrumbe del 5 de agosto pasado.

Su imagen, una mezcla de emoción y alivio, esa esperanza contenida tanto tiempo entre las familias y el pueblo chileno, se regó por la geografía americana y en las pantallas de la televisión mundial, que pudo transmitir en vivo un acontecimiento de tanta emoción.

El operativo mostró al mundo también la solidaridad del pueblo de Chile y de sus fuerzas políticas. Cuando apenas levantaban cabeza tras la tragedia del primer trimestre, ocasionada por un terremoto, sobrevino el derrumbe en el desierto de Atacama.

La nítida conducción política, la efectividad de la tecnología puesta al servicio de las mejores causas y una unidad nacional inquebrantable han dado ejemplo de una sociedad organizada, que debería ser imitado en otros países como el nuestro, donde la disputa intestina carcome la institucionalidad y ni siquiera la muerte de inocentes compatriotas parece movernos a la reflexión.

Un Gobierno preparado, una solidez institucional y un espíritu cuya fortaleza ya se erige como ejemplo de fe, puso pausa a la ansiedad por el rescate y dio lección universal de esperanza y unidad.

El precio pagado por las angustiosas horas de incertidumbre, la oración colectiva y las lágrimas de gozo son un canto vital. Vale decir, más que nunca: “Gracias a la vida”.

Diario TalCual de Caracas, Venezuela

Cerca de mil millones de espectadores respiraron profundo y tranquilos la noche del martes al cumplirse, como estaba prevista, la hazaña de rescate de los 33 mineros chilenos, atorados desde hacía 69 días en un yacimiento, a 622 metros de profundidad.

El acto, convertido gracias a las nuevas tecnologías de telecomunicación, en show mediático que algunos osados compararon casi con la llegada del hombre a la Luna, constituyó otro triunfo de la globalización, vista como acción unitaria, a partir de la comprensión de las diferencias para poder andar juntos.

Para ello, el presidente Sebastián Piñera no apeló a principios ideológicos ni citó a Bernardo O’Higgins para requerir o rechazar la ayuda de la NASA o recibir el aporte de los japoneses. Su objetivo era sacar a los mineros y lo cumplió. De paso, sumó varios puntos a su ya elevada aprobación como mandatario.

Algo distinto habría pasado si el accidente minero hubiera tenido como escenario la patria de Simón Bolívar y la del Presidente que se empeña en atrasar las manecillas del reloj para vendernos un socialismo basado en destrucción de empresas, confiscación de tierras productivas e impulso a las invasiones con fanáticos cuyo único argumento no es otro que un montón de viejas utopías.

Para decirlo de una vez, Chávez no ha entendido ¿será que se hace el loco para no entenderlo? que la cartografía política del país cambió hace años, y que el punto de quiebre quedó expresado el 26S.

Al insistir en darle la patada a la Constitución y pasar por encima de una mitad de la sociedad que piensa de modo diferente, el Presidente se dirige cada vez más desesperado al precipicio, llevando consigo a una gente chavista y no chavista que se levanta cada mañana para trabajar, dejar una huella de su aporte y dormir con la ilusión de que ha hecho algo útil.

La semana pasada, un joven biólogo, que realizaba un estudio a una especie de aves que tenían como hábitat la vasta extensión de Hato Piñero, narró casi con lágrimas en los ojos lo que había quedado de aquel paraíso que servía incluso para el turismo.

Hablaba y una pensaba en la empresa Agroisleña y en los anuncios de nuevas expropiaciones de fincas que, junto con la actitud hostil y poco constructiva de los miembros de la moribunda Asamblea Nacional, avizoran un clima de tensión que seguramente Chávez quisiera se resolviera con violencia.

Atrapados como estamos en una profunda crisis económica y social que no ha sido encarada con eficacia por quienes nos gobiernan, los venezolanos somos de algún modo la representación de esos 33 hombres de la mina San José, a punto de emerger.

Digamos que el 26S montamos la excavadora que cavó la superficie, según lo trazado en el plan B, hasta llegar al punto de reencuentro. Con la diferencia de que no necesitamos de ayuda externa para salir a la superficie, y para infortunio de Hugo Chávez, empezamos a advertir la luz del otro lado del túnel.

Diario El Universal de México
Qué aprender de los chilenos

Chile está de fiesta. Los 33 mineros atrapados en la localidad de Copiapó salieron vivos a dos meses de haber quedado sepultados. Enhorabuena. Pero muchos mexicanos se preguntaron ayer en la calle y en las redes sociales ¿por qué no pasó lo mismo en Pasta de Conchos, México, hace cuatro años, cuando 65 mineros quedaron bajo los escombros?

La respuesta inmediata, de inercia, fue que aquí no se quiso rescatar a las víctimas. En realidad, la negligencia se dio antes del accidente.

Hay dos diferencias fundamentales entre los casos chileno y mexicano. La de Chile es una mina de cobre que sufrió un derrumbe. En México era una mina de carbón que tuvo una explosión. No es lo mismo intentar un rescate que consiste sólo en remover rocas, que perforar una zona llena de combustible, como lo es el carbón y el metano, en donde las estructuras quedaron en el peor estado debido a un estallido. La pertinencia de llevar a cabo los rescates en ambos casos la determinaron expertos que conocen estas diferencias.

Hubo negligencia, corrupción y encubrimiento, ni duda cabe. Abusos y delitos que se dieron antes del accidente cuando la empresa Minera México, los gobiernos estatal y federal de ese entonces, así como el sindicato minero incumplieron con las normas de seguridad que una mina de carbón requería.

El Panel Internacional de Expertos en Seguridad en Minas realizó un diagnóstico de las fallas en octubre de 2007. Nada hubiera pasado, dice el panel, “si existiera un sistema de mantenimiento y monitoreo riguroso e íntegro, un sistema con una ventilación eficiente (de gases tóxicos y explosivos), si se implementara una mejor tecnología para soportar los pilares y los marcos de apoyo, y si hubiera una política gubernamental que promoviera la desgasificación de las minas de carbón”.

Si la empresa hubiera invertido en la seguridad de los trabajadores, si los gobiernos hubieran castigado la inseguridad en la mina, si el sindicato hubiese hecho algo para presionar por las quejas de los obreros. Hoy sabemos que varios trabajadores habían alertado de las condiciones en Pasta de Conchos. Si se les hubiera escuchado... Pero el hubiera no existe.

Comparar dos minas tan distintas es equiparar peras con manzanas. En cambio, con la actitud es diferente. Mientras los chilenos enfrentaron la tragedia con solidaridad y temple, en México todos estuvieron más interesados en repartir culpas que en hallar soluciones. Esa fue la gran lección que nos dieron.

Depresión en Chile: Un mal en aumento.

Por Jessika Krohne
http://www.psicologiaglobal.cl/

Hoy en día, la depresión, que se define como una alteración patológica del estado de ánimo con descenso del humor que termina en tristeza, acompañada de diversos síntomas y signos emocionales, del pensamiento, del comportamiento y de los ritmos vitales que persisten por tiempo habitualmente prolongado, es una de las enfermedades más devastadoras que aquejan a la humanidad. Según antecedentes de la Organización Mundial de la Salud, 121 millones de personas la padece en la actualidad y los pronósticos a futuro no son nada de alentadores: se calcula que en el 2020 ésta será la primera causa de baja laboral en las naciones desarrolladas y la segunda enfermedad más frecuente en el planeta, tras la cardiopatía.

En Chile, según antecedentes de la Sociedad Chilena de Salud Mental, cerca de un millón de personas sufre del mal, una cifra equivalente a la población de la primera y segunda región. Estadísticas de la OMS señalan que Santiago encabeza la lista de capitales con más alto número de depresión.

Según la Dra. Alejandra Armijo, estudios de la Universidad de Chile revelan que una de cada tres consultas en todo el servicio público de Santiago son por trastornos depresivos.
La depresión es el trastorno mental más frecuente de todos y no hace diferencia de sexo, edad, clase social o nacionalidad. Afecta a hombres y mujeres, de todos los grupos etáreos y de cualquier condición socioeconómica. No obstante, las mujeres son el grupo más expuesto. Tal como lo afirma la Dra. Armijo, “de acuerdo a una serie de estudios que se han efectuado durante largo tiempo, se ha visto que las mujeres en edad reproductiva, desde que comienza el ciclo menstrual hasta que lo finaliza cerca del climaterio, son más proclives a sufrirla”. Agrega que en la adolescencia o en la edad adulta, la frecuencia de la depresión es la misma para hombres y mujeres.

La depresión puede caracterizarse por diversas situaciones: Desmotivación, desesperanza, desgano, sentimientos de inutilidad, falta de estima propia, pérdida de interés o de placer en actividades que antes la persona disfrutaba, insomnio o exceso de sueño, pérdida o exceso de apetito, disminución de la energía, angustia, irritabilidad, llanto fácil o agresión. También puede manifestarse a través de síntomas físicos, como cefaleas, molestias digestivas y dolores crónicos.

La depresión no es un simple estado de ánimo triste ni un estado del cual la persona pueda sobreponerse sólo con voluntad. Sin un tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos.

Muchas formas de psicoterapia, incluso algunas terapias a corto plazo, pueden ser útiles para los pacientes deprimidos. Las terapias "de conversación" ayudan a los pacientes a analizar sus problemas y a resolverlos, a través de un intercambio verbal con el terapeuta. Algunas veces estas pláticas se combinan con "tareas para hacer en casa" entre una sesión y otra. Los profesionales de la psicoterapia que utilizan una terapia "de comportamiento" procuran ayudar a que el paciente encuentre la forma de obtener más satisfacción a través de sus propias acciones. También guían al paciente para que abandone patrones de conductas que contribuyen a su depresión o que son consecuencia de su depresión.

El rescate de los 33 subió el nivel de calidad y eficiencia de los chilenos en el mundo

Por Walter Krohne

Los generales después de la batalla han despertado hoy, un día después del rescate de los 33, llenos de imaginación, pensando seguramente que ellos podrían haberlo hecho mucho mejor. Igual que algunos políticos opositores que ya están escudriñando en las cifras del costo de la Operación San Lorenzo para pedir cuentas con “comprobantes en mano”.

Otros del oficialismo comentarán quizá que los 33 tuvieron mucha suerte por haber sido atendidos en su tragedia por un equipo de rescatistas eficientes y no como ocurrió en algunos casos del pasado en que por la falla de buenos equipos humanos grandes proyectos se derrumbaron o dejaron al país en el más soberano ridículo (transantiago, reconstrucción del norte terremoteado, falta de una alerta oportuna de tsunami en febrero,  una Onemi inoperable o la inauguración de un hospital con camas y personal prestados).

Todo esto o todo lo que se diga ahora ya no tiene importancia, porque los 33 están vivos y en condiciones de comenzar a vivir de nuevo. Es decir, la vida humana era en este caso lo más importante y este objetivo se cumplió plenamente.

Tampoco resulta relevante los comentarios que me llegan del extranjero cuando se justifica en parte el éxito obtenido en Chile, por el envío de Estados Unidos de un técnico experto en perforaciones o en los consejos dados por la Nasa sobre cómo debe organizarse la vida humana en espacios tan reducidos como si se tratara de una cápsula espacial. Y desde Alemania se nos dice que algunos medios destacan el éxito de la operación rescate, pero sin dejar de mencionar que “los cables que tiraron la cápsula Fénix durante más de 22 horas seguidas” eran de fabricación alemana.

Es una cuestión humana y del ser humano que está dispuesto a opinar después de la batalla, porque así somos en todas partes, en Sudamérica, en Africa, en Asia o en el norte de Europa. Da lo mismo de dónde, pero somos así. ¿Qué habrían dicho los alemanes si las cuerdas del Fénix se hubiesen cortado en medio del rescate? Seguramente que los chilenos las emplearon mal, evitando reconocer una supuesta falla de materiales.

Me acuerdo muy bien cuando la televisión, después de comenzar el derrumbe que podía transformarse  en tragedia, mostró a un hombre que corrió detrás del ministro estrella Laurence Goldborne en una calle del centro de Santiago diciéndole que en las perforaciones estaban ocupando una máquina equivocada y que no necesitaban recurrir a maquinaria extranjera porque aquí en Chile había varias y de todo. El ministro de Minería, quien como tal, sabía lo que había o no había en el país, sólo atinó a escucharlo con la diplomacia y educación que lo caracteriza. Es el humano que cree saberlo todo.

En el caso de la mina San José hay que destacar la calidad humana y profesional que hubo en los actores de todos los niveles que participaron en la Operación Rescate. La parte de los 33 fue fundamental en la forma como se organizaron, como proyectaron sus vidas en un mar de incertidumbres, respetándose unos a otros, los más jóvenes a los más viejos y viceversa. Otro punto fue la coordinación que existió entre los de arriba y los de abajo. Todos terminaron dialogando y algunos se convirtieron en amigos. Fue una muestra desconocida de unidad que no veíamos desde hacía muchos, muchos años.

Hubo un intercambio permanente de ideas y modos de vida, porque por Dios que habían problemas que resolver día a día. La parte médica, psicológica y nutricional fue fundamental para que este proyecto tuviera éxito. Ninguno jugó o adoptó el papel del "jefe tradicional o ya pasado de moda", porque desde el punto de vista organizativo todos estaban en un mismo nivel e iban navegando en el mismo buque. El objetivo era mantener vivos a los de abajo con ideas y mucha tecnología que proporcionaban los de arriba.

Habría que dar muchos nombres de verdaderos “héroes” que sin ellos esta operación hubiese tenido algunos percances muchos más graves que los hasta ahora conocidos. Partiendo por el ministro Goldborne, que se preocupó de todos los detalles, tanto técnicos, de equipamiento o de abastecimiento, siempre con la sonrisa en sus labios de noche y de día. Para que decir del ingeniero de Codelco André Sougarret que recibió el título de líder máximo del salvataje o algunos mineros como el “gran líder” de los de abajo, Luis Urzúa, y tantos otros. Todos héroes.

Todo esto permite explicar el interés del gobierno de proyectar esta imagen de eficiencia y éxito a todo el mundo, mediante una transmisión oficial de televisión que captó detalladamente la Operación San Lorenzo en la mina San José, porque como escribió José Rodríguez Elizondo, el rescate es hoy nuestra mejor marca. Así somos, eficientes y creativos, pero nuestro problema está en que nunca lo demostramos o lo decimos, porque nos damos a conocer muy poco.

El día después del rescate: Los cambios en la seguridad laboral que estudia el gobierno

Por Juan Andrés Guzmán
CIPER.

A sólo horas de haber sido rescatado, Mario Sepúlveda, el minero que emocionó al país con la energía que derrochó tras salir de la mina San José habló ante las cámaras y su mensaje fue tan claro como contundente: “Es el momento de hacer cambios. El país tiene que entender de una vez por todas que podemos hacer cambios en el mundo laboral”. La comisión que formó el Presidente Piñera para abordar reformas en las normas de seguridad laboral tras la tragedia minera termina mañana viernes su ronda de consultas y entregará sus conclusiones el 22 de noviembre. El encargado de ese grupo, el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias, dijo a CIPER que las sugerencias van por la vía de profundizar la prevención más que aumentar la fiscalización.


Todos los años la minería chilena debe lamentar la muerte de más de 30 trabajadores. En 2010 –hasta septiembre- ya se habían contabilizado 31 muertos y si no hubiéramos vivido el milagro de la mina San José, el actual sería el año más negro en décadas en esta área productiva. A esa realidad apuntó en la madrugada de ayer Mario Sepúlveda, el segundo trabajador rescatado y el primero que decidió hablar con la prensa.


-Este es el momento de hacer cambios, este país tiene que entender de una vez por todas que podemos hacer cambios en el mundo laboral. No podemos quedarnos en esto- dijo ante las cámaras, junto a su familia, a sólo horas de haber salido a la superficie.

Este trozo de su mensaje fue poco difundido por los medios que han puesto el énfasis en los aspectos emotivos del rescate. Pero, como dijo Juan Somavía, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la felicidad del reencuentro no puede borrar el motivo por el cual Sepúlveda y sus 32 compañeros pasaron 69 días enterrados:

-El comienzo de esta dramática historia es que los mineros quedan atrapados porque las medidas de seguridad eran insuficientes. No nos podemos olvidar de eso -dijo el funcionario internacional.

Comisión en marcha

Precisamente esa es la petición que han estado formulando al gobierno trabajadores de distintos sectores productivos, según relata el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias. El funcionario es vocero de la Comisión de Seguridad del Trabajo que se formó luego del accidente de la mina San José y que tiene como tarea entregarle al Presidente Sebastián Piñera recomendaciones para reformar la legislación laboral en materia de seguridad.

Al crear esta comisión Piñera sostuvo que el grupo debía revisar “nuestras leyes, nuestros reglamentos, nuestros estándares y nuestras normas de seguridad” y también los mecanismos “y montos de las sanciones” para “crear en Chile una cultura del trabajo digno, sano y seguro”.

Para realizar eso la comisión ha convocado 24 audiencias públicas (diez en Santiago y 14 en regiones) en las que han participado sindicatos, expertos y empresarios. La última audiencia será mañana viernes en Puerto Montt y a partir de ese momento se dedicarán a extraer las propuestas para presentárselas al Mandatario el 22 de noviembre.

A estas alturas, sin embargo, ya están claros algunos problemas que cruzan a todos los sectores. Uno de los más recurrentes tiene que ver con la fiscalización:

-Ese sistema de fiscalización tiene que ser mejorado en cuanto a la capacitación de los funcionarios, pues aparecen problemas relacionados con falta de conocimientos en seguridad -dice el subsecretario Iglesias.

Por cierto, también faltan fiscalizadores, tal como se criticó en el caso de la mina San José, luego de que se denunciara que Sernageomin de Copiapó carecía de los funcionarios necesarios para supervisar los miles de yacimientos en operaciones en esa zona.

-Eso es cierto pero también tiene un límite. En Chile hay más de 800 mil empresas y es imposible tener los fiscalizadores para cubrirlas todas. En ese sentido, es muy interesante otro tema que ha aparecido en estas audiencias y que es entender el rol clave que tiene la prevención –sostiene Iglesias.

El subsecretario dice que “por una parte, es necesario que el empleador esté consciente de sus responsabilidades y provea al trabajador de la información y de los elementos de seguridad”. Y, en segundo término, señala, “necesitamos también que el trabajador adopte hábitos de trabajo seguro porque una buena cantidad de accidentes se produce incluso cuando el medio de trabajo no es inseguro”.

El funcionario es claro al indicar que las recomendaciones no irán por el lado de aumentar la fiscalización, sino de profundizar las medidas de prevención:

-Es importante entender que este no es un problema que se resuelva principalmente con regulaciones, sino con una actitud hacia el trabajo y hacia los riesgos –dice.

“Hay riesgo en todas las profesiones”Más allá de esas líneas comunes, la comisión ha recogido críticas y sugerencias variadísimas y contradictorias. “Aquí no hay un cuento que refleje bien la realidad de todos los sectores. El tema es complejo y la comisión va a tener que hacer un buen esfuerzo para sintetizar normas en propuesta útiles”, asegura Iglesias.

-¿Cómo se va a llegar a normas que permitan aprender de lo ocurrido en San José y decir “con esta legislación esto no habría ocurrido”?

-Ese tipo de conclusión general, que haría fácil la vida de la comisión y de los legisladores, no emerge. El tema es más complejo.

-Pero la comisión surge a partir del accidente de San José. Tendría que proponer cosas que cambien algo la situación de seguridad…

-Sí, pero accidentes van a haber siempre. Porque una parte importante de los accidentes ocurre por conducta humana que ocurren en un minuto específico y eso está fuera del alcance de cualquier ley.

-También ocurren por negligencia, por normas que nos se cumplen para ahorrar recursos…

-El problema de San José es que esa empresa no estaba cumpliendo con nada, prácticamente. Tenía un grado altísimo de incumplimiento y eso, claro, con un buen sistema de fiscalización podría minimizarse. Pero es importante tener claro que no vas a poder evitar todos los accidentes. Y aquí hay un tema de fondo: piense en el piloto de aviones de acrobacia. Él sabe el riesgo al que se somete cuando hace cada pirueta, sin embargo, decide hacerlas. La diferencia entre ese piloto y una persona que en otra actividad decide tomar un riesgo concientemente es bien sutil y da para mucha discusión. Lo que si está claro es que en ambos casos por lo menos, las condiciones de riesgo deberían estar claras para el que las asume.

-¿Por qué para usted el caso de un piloto aéreo es valido para entender la situación de un minero que lo que quiere es volver a su casa sin salir lesionado? No entiendo la comparación.

-Porque hay riesgo en todas las profesiones. Los periodistas tienen riesgos. Los carabineros… Ahora, por ejemplo, se reclama que se está aumentado la intensidad de la fiscalización en la pequeña y mediana minería, eso está siendo criticado con el legítimo argumento de que cierra puestos de trabajo…. Esto ilustra que en su naturaleza el tema es bien complejo.

-Las empresas enfocadas a la exportación y que deben cumplir estándares internacionales tienen menos accidentes que las empresas dedicadas al mercado interno. Eso indica que, más que el riesgo propio de la actividad, lo que influye son las exigencias que se ponen a las empresas.

-Tiene que ver con eso, pero también con el tamaño de la empresa. Es más riesgoso trabajar en una Pyme que en una transnacional ¿Por qué? A lo mejor es por el financiamiento, es por la urgencia de la producción. Son hipótesis.

(*)  En este trabajo colaboró Javiera Pacull

Fin de una larga y exitosa jornada

Foto del diario La Tercera de Chile

miércoles, 13 de octubre de 2010

Urzúa el último en salir - Su padre y su padrastro fueron asesinados por la dictadura de Pinochet

Por Jorge Barreno

Diario El Mundo
desde el Campamento Esperanza
 
Poco se sabe de Luis Urzúa (54 años) y de su familia, la que menos ha hablado de las 33. Sin embargo, este jefe de turno, oriundo de Vallenar, es igual de importante, o más, que el mismísimo Laurece Golborne, ministro de Minería, y que André Sougarret, el ingeniero de Codelco que ha liderado la operación de rescate. Sin él, el rescate no se hubiera podido llevar a cabo.

El jefe de turno de los mineros de San José, de profesión topógrafo, fue el primero en hablar con el mundo exterior. -"Aló, ¿Con quién hablo?", dijo Golborne. "¿Me escucha?", contestó una voz a más de 650 metros de profundidad. "Lo estamos escuchando todos fuerte y claro. ¿Quién habla?". "Está hablando el jefe de turno, Luis Urzúa. Estamos bien. Esperando que nos rescaten".

El último en salir, el primero en hablar

Las fuentes oficiales ya han confirmado que este 'héroe de Atacama' será el último en salir, por lo que se convertirá en el ser humano que más tiempo habrá permanecido bajo la superficie terrestre, un título que, después de 67 días de sufrimiento y alegría, se lo tiene bien merecido. Sin embargo, muy poca gente sabe lo dura que ha sido la vida de este luchador nato.

Persona tranquila, el mayor de seis hermanos, colaboró en la crianza de los más pequeños. Luis fue un sufridor, no tuvo más remedio. Su padre, Luis Urzúa, murió asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet cuando él era casi un niño. Pertenecía al Partido Comunista (PC). Su padrastro, Benito Tapia, también fue asesinado por en la caravana de la muerte. Pertenecía al Partido Socialista.

La NASA ha dicho de Luis Urzúa que es un 'líder natural'Las autoridades gubernamentales y la agencia espacial estadounidense (NASA) calificaron a Luis Urzúa hijo, atrapado, como 'líder natural'. "Mi hijo siempre ha sido muy disciplinado, en la casa era el que llevaba la batuta entre sus seis hermanos. Como mi marido murió cuando ellos eran pequeños, Luis ha sido el hombre de la casa, el que me ayudó a criar a sus hermanos y el que siempre puso las reglas", cuenta Nelly Iribarren, madre del 'héroe de Copiapó'.

"Luis es minero hace 31 años, tiene conocimientos de rescate subterráneo y primeros auxilios, por eso sabíamos que él buscaría alguna forma de salir de ahí. Es más, yo me imaginaba cómo mi negro debía estar dando vueltas por el refugio pasando lista a sus compañeros, racionando la comida y entregándoles labores, porque él es así, mandón, pero ordenado", asegura esta mujer de 78 años, quien no sube al Campamento Esperanza por problemas de salud.

Lo que no cuenta esta buena mujer es el sufrimiento que pasaron ella y sus hijos, incluido el que será el hombre que más tiempo estuvo en las entrañas de La Tierra, si todo sale bien. Del primer padre de Luis Urzúa se sabe poco. Sólo que también se llamaba Luis Urzúa y que desapareció en la dictadura militar del general Augusto Pinochet. Del segundo marido de Nelly Iribarren, madre de Luis, se sabe más.

El asesinato del padrastro de Luis Urzúa

Benito Tapia Tapia, de 32 años, empleado de Cobresal, el padrastro de Luis Urzúa, todo un padre para el minero. Fue dirigente nacional de la Confederación de Trabajadores del Cobre y miembro del Comité Central de las Juventudes Socialistas. El l7 de septiembre de l973 fue detenido y conducido al presidio de Copiapó. Desde allí, al Regimiento de esa ciudad. Ya no vivió más.

Benito fue asesinado por la Caravana de la muerte junto al gerente general de Cobresal, Ricardo Díaz Posada, y junto a Maguindo Castillo Andrade, dirigente sindical al igual que él.

A las nueve de la mañana del miércoles 17 de octubre de 1973, el mayor Carlos Brito del Regimiento Atacama de Copiapó sacó a Ricardo García de la cárcel pública. A las 19:20 de ese día, el sargento Óscar Pastén hizo lo mismo con Benito Tapia y Maguindo Castillo. Los tres fueron conducidos al regimiento.

Del regimiento se fueron al cementerio. "El fusilamiento de García, Castillo y Tapia lo dirigió el teniente Ramón Zúñiga Ormeño, y lo acompañó el subteniente Fernando Castillo Cruz", declaró hace unos pocos años Díaz Araneda ante el juez Juan Guzmán.

Arturo Araya, asistente del médico legista Juan Mendoza, llegó temprano a la morgue de Copiapó aquel día 18. Vio los tres cuerpos tendidos en camillas y tapados con sábanas blancas. Destapó a uno para desvestirlo y preparar la autopsia, pero el administrador del cementerio, Leonardo Meza, se lo impidió. "Esos cuerpos son intocables", le dijo.

Los tres cuerpos fueron sepultados sin urnas en una fosa abierta en el Patio 16. En el libro de ingreso a García se asignó el número 13, Tapia el 14 y Castillo el 15. Días después, Bernardo Pinto, trabajador de Cobresal, pagó a un sepulturero para que abriera la fosa y lo que vio no lo olvidó jamás.

Cuando salgan a la superficie, más "Estaban sin ataúdes y los tres cuerpos destrozados, con tajos en la cara, el tórax, las piernas, se les veían a veces los huesos en las heridas", manifestó Bernardo. Poco después, los tres cuerpos, incluido el de Benito, desaparecerían para siempre del cementerio.

Maglio Cicardini, alcalde de Copiapó y Sergio Iribarren, primo de Luis Urzúa y concejal de Vallenar corroboran la historia: "Sí, es cierto, su padre y su padrastro murieron asesinados". Jaime Tapia, hermano del asesinado Benito, se halla en el campamento. Representa a Luis Urzúa. Ante la pregunta de sí a su hermano lo asesinaron en la dictadura o no, contesta: "No puedo contar nada, las cosas se sabrán a su debido tiempo, después de que salgan".