“Pedimos perdón por todos nuestros pecados (...) Pedimos perdón,
sintiendo vergüenza, a aquellos que han sido heridos por nuestros pecados”,
dijo el papa
en una
inédita ‘vigilia penitencial’ previa al Sínodo, la asamblea de obispos que
comienza este miércoles para abordar los temas más importantes para la Iglesia.
Francisco quiso escribir personalmente “las peticiones de perdón leídas
por algunos cardenales porque era necesario llamar por su nombre a nuestros
principales pecados”, como “la falta de coraje para luchar contra la paz”, la
conversión del mundo “de un oasis a un desierto” y los pecados contra los
pueblos indígenas, los migrantes y las mujeres, entre otros.
“¿Cómo podríamos ser creíbles (...) si no reconocemos nuestros errores y
nos inclinamos a curar las heridas que hemos causado con nuestros
pecados? La curación comienza confesando el pecado que hemos cometido”,
aseguró.
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