Así lo anunció la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, en Berlín, ocasión en que indicó que esta estrategia contra la extrema derecha se basará en la “prevención y dureza”.
En este sentido, Faeser señaló que actualmente es necesario “utilizar todos los instrumentos del Estado de Derecho para proteger la democracia”, ante una “extrema derecha alemana y autócratas extranjeros que quieren atizar la ira y dividir a la población, sobre todo a través de la desinformación”.
El Gobierno alemán ha anunciado este paquete de medidas tras las manifestaciones multitudinarias contra la extrema derecha que han tenido lugar este año en el país.
Estas movilizaciones surgieron después de que el medio de investigación y verificación alemán Correctiv revelara que varios representantes de AfD y de otras formaciones neonazis habían mantenido una reunión en noviembre de 2023 para desarrollar un plan destinado a deportar a inmigrantes que residen en el territorio, incluidos los que tienen la ciudadanía alemana.
A esto se ha sumado también el aumento del apoyo por parte de la ciudadanía a AfD, formación a la que las últimas encuestas sitúan en segundo lugar a nivel nacional con un apoyo superior al 20%, muy por encima del 10,3% de los votos que obtuvo en las últimas elecciones federales de 2021, según recoge Associated Press.
Un paquete de trece medidas
El nuevo paquete de medidas anunciado por el Gobierno alemán está basado en el “Plan de acción contra el extremismo de derecha”, presentado por la ministra del Interior alemana en marzo de 2022, y está dividido en 13 ámbitos clave. Estas son algunas de las actuaciones que propone la nueva iniciativa contra la extrema derecha:
- Vigilancia financiera. Esta medida propone, entre otras cosas, ampliar las capacidades de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución con el objetivo de permitirle investigar las fuentes y flujos financieros de las redes de extrema derecha y simplificar el procedimiento.
- Reforzar los controles de armas. En este ámbito se propone hacer más estrictas las leyes existentes sobre la tenencia y uso de armas en el país. Así, se contempla prohibir las armas semiautomáticas similares a las militares para “reducir el riesgo de ataques mortales” y se podrá anular la licencia de armas a los miembros de una organización considerada “sospechosa”.
- Desmantelar las redes de extrema derecha. El Gobierno alemán plantea desarrollar nuevas normas para prohibir a las asociaciones de extrema derecha que traten de “cometer delitos o dañar el orden constitucional”. En 2023 el Ejecutivo nacional vetó a los grupos ultras ‘Hammerskins Germany’ y ‘Artgemeinschaft’.
- Controlar las redes internacionales. En este punto se incluye el desarrollo de medidas para restringir la libertad de movimiento impidiendo a los miembros de las organizaciones de extrema derecha entrar y salir de Alemania.
El control de la desinformación en internet es uno de los puntos centrales del paquete de medidas anunciado por Alemania
El paquete de medidas anunciado por el Gobierno alemán también busca contrarrestar las campañas de desinformación procedente de otros países y de la extrema derecha a través de internet y redes sociales.
El Ministerio del Interior ha explicado que está desarrollando un sistema de detección temprana para identificar y acabar con este tipo de mensajes engañosos que tienen por objetivo “manipular la opinión” de la ciudadanía y el “desarrollo político” a través de los canales de comunicación digital. Este sistema comenzará a operar pronto.
Por otro lado, el Ejecutivo pretende también reforzar las acciones contra la difusión de mensajes de odio y contenido radical por parte de la extrema derecha en el espacio virtual.
Sin embargo, el resultado se ve incierto. No obstante, un grupo de parlamentarios, de diversas bancadas, se propone a intentarlo. Este jueves, 37 diputados, aglutinados en torno al cristianodemócrata Marco Wanderwitz, publicó una declaración en la que aboga por la prohibición del partido Alternativa para Alemania (AfD), calificado de extrema derecha. Entre los firmantes se cuenta la socialdemócrata Carmen Wegge, quien señaló: "En Alemania ya se eliminó una vez la democracia por medios democráticos y se lanzó a nuestro continente al desastre”. Wanderwitz agregó: "Se trata de impedir que, tras el terrible imperio de nacionalsocialismo, un partido considerado en gran parte de extrema derecha vuelva a ser poderoso en Alemania”.
El AfD ya tiene gran influencia. Cuenta con 77 parlamentarios en el Bundestag, y en el estado federado de Turingia se convirtió en la mayor bancada, tras los comicios locales de septiembre. También aumentó mucho su caudal de votos en las elecciones regionales de Sajonia y Brandeburgo. No obstante, la extrema derecha no participará en esos gobiernos regionales, porque ningún otro partido quiere aliarse ni colaborar con éste. Esto significa que a pesar de ganar la elección, ningún otro partido quiere unirse al AfD para poder crear un gobierno de mayoría.
El Tribunal Constitucional decide
La Carta Fundamental alemana, en su artículo 21, declara inconstitucionales a aquellos "partidos que apuntan en sus objetivos o en las acciones de sus seguidores a conculcar el orden democrático liberal o a eliminarlo, o que pongan en peligro la existencia de la República Federal de Alemania”. El Tribunal Constitucional alemán es el encargado de decidir si este es el caso. Están facultados para presentar una solicitud de esa índole el Gobierno federal, el Bundestag, y la cámara de los 16 estados federados, el Bundesrat (Consejo Federal).
Los iniciadores de la actual petición, entre los que se cuentan políticos de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), del Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y La Izquierda, cuentan con que su moción sea sometida a votación en el Parlamento en diciembre o enero.
Para lograr el apoyo de la mayoría de los 736 integrantes del Bundestag, tendrán que hacer todavía una gran labor de convencimiento. Destacados políticos, como el canciller Olaf Scholz, son escépticos en cuanto a si sería inteligente prohibir a AfD, representado en 14 de los 16 parlamentos regionales. Porque eso no bastaría para que sus votantes modificaran sus convicciones.
Así lo ve también el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, quien no cree que una prohibición sea el método adecuado para alejar al electorado de AfD de su ideología. La iniciativa plantea acciones de vigilancia financiera a redes “radicales” y un mayor control de las campañas de desinformación por internet, entre otras.
Más escéptico se muestra el abogado constitucionalista Azim Semizoğlu, de la Universidad de Leipzig. Estima que, aunque el Organismo de Protección de la Constitución -el servicio de inteligencia del interior- haya catalogado al partido como de "extrema derecha”, de eso no se deduce automáticamente que tenga éxito un proceso de prohibición. Ese sería solo un indicio entre muchos.
En la historia alemana de posguerra sí han tenido lugar prohibiciones de partidos. En la década de 1950, por ejemplo, fue prohibido el Partido Comunista de Alemania. El connotado jurista Ulrich Battis dijo al respecto a DW: "La prohibición está claramente definida. El artículo 21 de la Constitución contempló desde un comienzo esa posibilidad. Tiene que tratarse de una lucha activa contra el orden democrático liberal. Y el partido en cuestión debe apuntar a superar el sistema político”.
Actualmente se considera improbable que el más alto tribunal alemán se ocupe siquiera de una posible ilegalización del partido AfD. Los 37 diputados que la impulsan tendrían que conseguir un gran número de apoyos para que su moción de prohibición encontrara una mayoría en el Bundestag.
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